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Greenpeace exige ante las embajadas españolas que su buque insignia retenido en Valencia sea liberado

Protestas en París, Londres, Estocolmo y Moscú por el arresto del 'Rainbow Warrior'

Greenpeace protestó ayer ante embajadas españolas en al menos seis países para pedir la libertad del Rainbow Warrior, su buque insignia retenido en Valencia. En París, Londres, Moscú y Estocolmo hubo protestas contra la fianza impuesta al buque por el Ministerio de Fomento hace 19 días tras abordar un barco de madera que supuestamente transportaba madera ilegal. El grupo británico The Pretenders, que actuó el martes en Valencia, se solidarizó con Greenpeace.

Las manifestaciones contra la decisión del Gobierno español de inmovilizar el Rainbow Warrior e imponerle una fianza de 300.500 euros para abandonar el puerto de Valencia se sucedieron durante toda la jornada. Greenpeace cifró en 13 los países en los que las embajadas españolas en sus respectivas capitales vivieron protestas de activistas de la organización. Sin embargo, al cierre de esta edición, el Ministerio de Exteriores tenía constancia de cuatro protestas, en Moscú, París, Londres y Estocolmo. Los ecologistas añadieron que se habían producido también protestas en Ankara y Tokio. El director ejecutivo de Greenpeace España, Juan López de Uralde, confirmó ese dato. Un elemento fue común a todas: "Libertad para el Rainbow Warrior". La situación generada tras el abordaje que realizó la organización desde su barco insignia en la madrugada del 13 de junio del buque Honour, cargado de madera y procedente de África, es de bloqueo. La supuesta madera ilegal que el Honour transportaba no ha sido certificada como tal. El Ministerio de Fomento abrió un expediente sancionador por la acción del Rainbow Warrior y exige una fianza millonaria.

Joel Stewart, capitán del buque, dijo ayer: "No se puede secuestrar un arco iris, es el símbolo de la esperanza". De momento, el barco no puede salir del puerto de Valencia. Entre los actos de apoyo, el grupo británico The Pretenders colocó una pancarta en el escenario de su concierto del pasado martes en Valencia y ayer visitó el barco.Chrissie Hynde, cantante del grupo The Pretenders, puso ayer voz a la protesta de Greenpeace contra la inmovilización desde la madrugada del pasado 16 de junio de su buque insignia, el Rainbow Warrior, en el puerto de Valencia. Hynde acudió con el resto del grupo al muelle del Turia, donde está amarrado el buque, a las 14.00. Tres taxis trasladaron a los componentes del grupo británico hasta el barco, en el que Chrissie Hynde, después de saludar a la tripulación, pidió al Gobierno español que "suspenda la sanción y deje salir a navegar al Rainbow Warrior". Hynde afirmó: "Greenpeace necesita muchas voces que extiendan por el mundo lo que hacen, necesitan ser más conocidos, y para el Gobierno español debería ser un orgullo contar con gente como la que está colaborando por un mundo mejor, para que nuestros hijos y los suyos tengan una naturaleza a salvo. Es muy injusto lo que las autoridades de este país están haciendo".

La cantante de The Pretenders, que empezó su intervención ante los medios de comunicación preguntando en tono de broma si alguien tenía 300.500 euros, la fianza que pide el Ministerio de Fomento a Greenpeace, insistió en varias ocasiones en "la necesidad de mantener y dar altavoz a quienes denuncian las barbaridades que se están cometiendo contra el medio ambiente" y en "la inexplicable actitud del Gobierno español".

Diputados socialistas

La vista de Chrissie Hynde y sus músicos no fue la única que recibió la tripulación del Rainbow Warrior ayer. Representantes del PSPV en las Cortes Valencianas acudieron a dar apoyo a la organización y solicitar el desbloqueo inmediato de la situación. La delegación socialista estuvo formada, entre otros, por el secretario de medio ambiente, Francesc Signes, y los diputados autonómicos Adolf Sanmartín y Ana Noguera. Esta última explicó: "Hemos querido saber de primera mano qué está ocurriendo y exigimos que se articule un mecanismo que desbloquee la inmovilización del buque".

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Paralelamente, los socialistas presentaron en las Cortes una propuesta para que la Generalitat favorezca una política de adjudicaciones públicas que fomente "el consumo de madera certificada, dentro del marco de un esquema de certificación transparente y reconocido internacionalmente". En esa propuesta se incluye la sugerencia de campañas de comunicación para sensibilizar a los consumidores sobre los beneficios sociales y ambientales de la madera certificada. El texto de la proposición señala que las actividades de tala y comercio ilegal de madera son "una gran amenaza para la gestión y conservación de bosques en tal magnitud que el Banco Mundial ha calculado que entre 10.000 y 15.000 millones de dólares se pierden cada año por la explotación ilegal, con la consiguiente pérdida de fondos para reducir la pobreza".

También los socialistas en el Ayuntamiento de Valencia plantearon una iniciativa sobre el arresto del buque Rainbow Warrior. El concejal Rafael Rubio envió una carta a Rafael del Moral, máximo responsable de la Autoridad Portuaria, solicitándole el cambio de ubicación de la zona de amarre del barco para facilitar el acceso a los visitantes y evitar los riesgos que supone recorrer varios kilómetros entre contenedores para llegar donde está actualmente.

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