La UE refuerza su alianza con Estados Unidos

Europa da por superada la más grave división interna de su historia originada por la guerra de Irak y la tensión surgida con EE UU. Con la vista puesta en la cumbre euro-estadounidense que se celebrará el miércoles en Washington, los 25 han sentado las bases para una alianza estratégica con EE UU encaminada a actuar conjuntamente ante las amenazas para la seguridad mundial: armas de destrucción masiva, terrorismo y Estados fallidos. Los Quince, más los 10 candidatos, han acordado en la cumbre de Salónica que Europa se involucre y comparta "la responsabilidad de la seguridad en el mundo" como "potencia de envergadura mundial".

Europa se involucrará en esa responsabilidad de la mano de EE UU, pero "en pie de igualdad", como se dice en el documento de conclusiones de la cumbre europea concluida ayer. Para ello, de entrada, se propone aumentar sus capacidades militares. Los líderes europeos han analizado estos días en Porto Carras la situación internacional y la crisis de Irak; por primera vez, ha ocupado poco tiempo. El presidente francés, Jacques Chirac, el líder europeo que más criticó la guerra, afirmó : "La crisis apenas ha sido evocada porque no planteaba problemas particulares".

Francia inició el deshielo al firmar sin objeciones la resolución de EE UU, Reino Unido y España que consagra a las fuerzas ocupantes como autoridad en Irak, pero Chirac ha afianzado esa aproximación: "Cada uno se ha expresado sobre la necesidad de un vínculo trasatlántico fuerte y decidido. Es evidente ahora, y más aún en el futuro, en un mundo multipolar donde los grandes polos deben equilibrarse. Ese equilibrio exige por definición que los polos que comparten los mismos valores deben imperativamente tener un vínculo que sea fuerte".

Aznar y Berlusconi

En el grupo de los más fieles aliados de Washington durante la guerra, José María Aznar y Silvio Berlusconi aprovecharon para acercar el ascua a su sardina. "No hay alternativa" a la relación trasatlántica, comentó Aznar. "Es necesaria para afrontar las amenazas del presente y del futuro", agregó.

En las conclusiones de la cumbre, los 25 afirman que "la caída de Sadam ha allanado el camino para que el pueblo iraquí disfrute de un futuro pacífico, seguro y próspero" y que la resolución 1.483 del Consejo de Seguridad "es prueba de un nuevo espíritu de cooperación en la comunidad internacional", por lo que la UE se declara "dispuesta a participar en la reconstrucción de Irak".

"Hubo una crisis entre EE UU y la UE, pero las relaciones trasatlánticas son determinantes para la política exterior de la UE", zanjó Yorgos Papandreu, ministro de Exteriores de Grecia, el país que preside la Unión. Superado Irak, los 25 se concentran en identificar las "amenazas comunes" para la seguridad mundial, que coinciden con las señaladas por EE UU: armas de destrucción masiva, terrorismo y Estados fallidos. Especialmente contundentes son las referencias en las conclusiones de la cumbre a los programas nucleares de Corea del Norte e Irán, los dos países, junto con Irak, mencionados en su día por Bush como integrantes del eje del mal. La UE advierte a los dos, como ha hecho EE UU, de que deben renunciar al arma nuclear si no quieren enfrentarse a la comunidad internacional, sin descartar medidas contundentes.

En el mismo capítulo sobre "la amenaza creciente para la paz" que supone el hecho de que "algunos Estados han buscado o buscan" esas armas de destrucción masiva, los 25 destacan su "compromiso de cooperar con los Estados Unidos de América y demás interlocutores que compartan nuestros objetivos". Y en el dedicado al terrorismo, los dirigentes europeos señalan la necesidad de colaborar con terceros países, "en particular Estados Unidos".

En el apartado específico sobre las relaciones con EE UU, el Consejo Europeo se refiere a esa próxima cumbre del día 25 en Washington y señala que la cita debe servir para ahondar en las "propuestas para reforzar las relaciones, incluyendo las ideas que podrían derivarse de la elaboración de la Estrategia Europea de Seguridad". El primer documento sobre esa estrategia es el presentado a los líderes europeos en la cumbre de Salónica por Javier Solana, el Alto Representante para la Política Exterior de la Unión. En el informe, ensalzado sobre todo por Francia y Alemania, se asegura que "la relación transatlántica es insustituible".

Pero quedan contenciosos pendientes. Los evocarán el miércoles en Washington el primer ministro griego, Costas Simitis; el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y Javier Solana. La UE insistió en esta cumbre en su "firme apoyo" al Tribunal Penal Internacional, torpedeado por EE UU. Las llamadas europeas al multilateralismo, el programa europeo Galileo para competir con el GPS estadounidense o los litigios ante la Organización Mundial del Comercio son otros desencuentros.

"Un vínculo no significa una dependencia; quiere decir una asociación", precisa Chirac. "Habrá altos y bajos en la relación, como siempre", dice Solana, pero, "cuando Europa y EE UU colaboran, se resuelven los problemas". "Actuando juntos, la UE y EE UU pueden construir una fuerza extraordinaria en pro del bien en el mundo", agrega. Una prueba del interés europeo por mejorar las relaciones: en Washington se planteará elevar el nivel de la representación de la Comisión en EE UU. Otra más importante: la UE firmará el miércoles un acuerdo de extradición tan polémico en Europa como ansiado en Washington.