EE UU anuncia la detención del secretario personal de Sadam Husein

Un soldado estadounidense mató ayer a dos iraquíes al disparar contra una manifestación de veteranos del Ejército que exigían su paga a las nuevas autoridades del país. Poco después, un ataque contra militares norteamericanos en otra zona de Bagdad dejaba un muerto y un herido entre los estadounidenses. Pero estos incidentes no evitaron la satisfación del Pentágono al anunciar desde Washington que sus tropas han detenido a Abed Hamid Mahmud al Tikriti, el que fuera secretario personal de Sadam Husein. Mahmud hacía el número cuatro en la lista de los 55 ex dirigentes iraquíes más buscados.

[Un portavoz militar estadounidense anunció ayer desde el anonimato que el secretario de Sadam "se encuentra bajo custodia de las tropas de EE UU en Irak", según informa Reuters desde Washington. Mahmud, al que se atribuyó el as de diamantes en la baraja difundida por Washington a sus soldados, es el más importante de los dirigentes del antiguo régimen detenidos hasta ahora, por su proximidad al dictador depuesto. La fuente no precisó si Mahmud se había entregado o había sido detenido, ni tampoco el lugar o la fecha exacta de su captura.]

La satisfación por esta nueva detención de un alto dirigente de Sadam se vio eclipsada sin embargo por dos nuevos incidentes con víctimas mortales ayer en Bagdad. Varios centenares de militares desempleados se concentraron a primera hora de la mañana ante la puerta del Palacio de la República, sede de la Autoridad Provisional de la Coalición, situado en pleno centro de Bagdad. La protesta discurría pacíficamente hasta que la llegada de un convoy de la Policía Militar, que quería entrar en el recinto, encrespó los ánimos de los manifestantes, que empezaron a arrojar piedras contra los vehículos.

En ese momento el soldado (una mujer, según los testigos) disparó indiscriminadamente contra la multitud. Horas más tarde, al sur de la capital iraquí, moría otro militar de EE UU y uno más resultaba herido tras ser tiroteados por unos desconocidos. La violencia de posguerra ha llegado a Bagdad.

Los portavoces militares norteamericanos explicaron que la violencia de los manifestantes empezó antes de la llegada del convoy, pues con anterioridad ya habían zarandeado y golpeado con sus zapatillas a un vehículo de la ONU. Aseguraron también que se habían realizado disparos de advertencia y que el soldado que abrió fuego actuó "en defensa propia" ante la lluvia de piedras que le caía encima. Los dos heridos fallecieron posteriormente en el hospital al que habían sido trasladados por tropas norteamericanas.

La versión de los militares iraquíes, que están desesperados porque no cobran desde que el pasado 23 de mayo el máximo responsable civil de las fuerzas de ocupación, el diplomático estadounidense Paul Bremer, decidió expulsarlos a todos del Ejército, es diferente. Husein Yasin, que tenía el empleo de comandante, explica que esa mañana fueron a unas oficinas próximas a cobrar "los 50 dólares que tenían que pagarnos". Al no obtener ninguna respuesta ni mucho menos un dinar, salieron en manifestación hacia la sede de las autoridades de ocupación, como hacen regularmente en las últimas semanas. Una vez allí comenzaron los eslogánes: "Down Bush, Down America" (Abajo Bush, abajo Estados Unidos) y los intentos frustrados de ser escuchados por algún responsable norteamericano. Luego llegaron el convoy, las piedras y los tiros. "Una soldado rubia se puso a disparar a lo loco. Hay al menos tres heridos y han detenido a dos a culatazos. A un fotógrafo le han roto la cámara", contaba el capitán Husein Alawy. "Vengaremos a nuestros mártires", gritaba otro al disolverse la manifestación.

Las tropas norteamericanas volvieron ayer a ser atacadas en Bagdad. El vehículo militar en el que viajaban dos soldados de la 1ª División Acorazada fue tiroteado cuando pasaba por la refinería de petróleo Hamadi, al sur de Bagdad, según la información oficial del Ejército de Estados Unidos. Uno de ellos murió y el otro resultó herido de gravedad, aunque su condición ayer era estable. Ya son 42 los soldados estadounidenses muertos en ataques desde que el pasado 1 de mayo el presidente George W. Bush decretara el fin de las hostilidades.

Mientras tanto, la Operación Escorpión del Desierto contra los grupos leales a Sadam continúa. Ya son más de 400 los detenidos desde que empezaron estas incursiones el domingo.