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62ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Fernando Savater y Rosa Montero dialogan sobre la ficción y la memoria

Ambos destacaron sus diferencias estilísticas

El filósofo Fernando Savater acaba de publicar Mira por dónde. Autobiografía razonada (Taurus), mientras que la escritora y periodista Rosa Montero ha presentado recientemente La loca de la casa (Alfaguara), un libro de memorias en el que, según la propia autora, "hay más ficción que realidad". Tanto es así que, para sorpresa de algunos de sus lectores, reconoció haberse inventado una hermana. "Se llama Martina y nació hace dos años, cuando empecé el libro. Desde entonces me ha ayudado mucho".

Dentro de esta exploración de las complejas relaciones entre lo real y lo ficticio, Fernando Savater se detuvo en señalar las diferencias entre su libro y el de Rosa Montero. "Yo no tengo imaginación, y lo siento muchísimo. Sólo tengo mala memoria, no sé inventarme cosas. Miento muy mal, me pillan siempre; por eso, cuando veo describo y cuando no veo razono", explicó el filósofo. Montero contestó asegurando que "la memoria no es que sea mala, es que es selectiva. Aunque uno crea que no tiene imaginación, la utiliza constantemente para hacer su vida más llevadera. Se escribe para recuperar el paraíso perdido de la infancia, un paraíso que igual no existió nunca".

Refiriéndose a la juventud que a ambos les tocó vivir en las postrimerías del régimen franquista y su representación en cada uno de los libros, Savater manifestó que "el dicho ése de que contra Franco vivíamos mejor es una tontería. Rosa y yo distinguimos entre aquella dictadura y esta democracia, que indudablemente está llena de imperfecciones, pero que es mejor que aquello".

Debido a la participación de algunos de los oyentes, el diálogo derivó a partir de ese momento hacia asuntos más actuales como el problema del terrorismo etarra y las recientes manifestaciones contra la guerra de Irak. Fernando Savater se mostró satisfecho de que algunos personajes del mundo del espectáculo "se dieran por aludidos" tras un artículo suyo en el que criticaba a quienes habían participado en las movilizaciones contra la guerra pero nunca habían asumido un compromiso publico similar contra el terrorismo. "El problema es que hay muchas personas que quieren ser reconocidas como buena gente pero no están dispuestas a arriesgar nada. A mí me parece que hay que arriesgarse a caer mal".

La escritora Elvira Lindo, que se encontraba entre el público asistente, pidió la palabra para explicar que ella apoyó enérgicamente las movilizaciones antibelicistas. "Pude ver cómo mucha gente del mundo del espectáculo no dudó en colocarse en primera fila detrás de la pancarta. Creo que si no lo hacen en el caso del terrorismo es porque se mezclan varias razones: en primer lugar, pudor, y luego, también hay miedo y desconfianza".

Al terminar las intervenciones, buena parte del público que abarrotaba la carpa de la Universidad Nacional de Educación a Distancia donde tuvo lugar el acto hizo cola para conseguir un autógrafo de los autores antes de seguir camino.

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