Claves para el románico de Boí

Dos años y medio después de ser declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco -el 20 de noviembre de 2000-, el conjunto arquitectónico-religioso del valle de Boí, en Lleida, inauguró el pasado 1 de abril un hogar propio y autónomo. Quienes visiten el valle atraídos por sus airosas y vetustas nueve iglesias románicas podrán acudir a Erill la Vall para recibir información previa. Esta cuidada villa, cuyo campanario (Santa Eulàlia) está perfectamente alineado con los de Boí (Sant Joan) y Taüll (Sant Climent), como torres de una antigua forma de comunicación visual -de noche, con antorchas, y de día, con espejos-, acoge ahora el llamado centro de interpretación del románico. Ocupa un edificio de piedra de tres alturas en consonancia con la estética arquitectónica local. En la primera planta se encuentran la recepción y dos salas. A la izquierda, la de exposiciones, que albergará hasta el 10 de junio una muestra fotográfica sobre la trashumancia (a partir de esa fecha está prevista una exposición, también fotográfica, sobre la flora del valle). Y a la derecha, la sala de conferencias y audiovisuales. La segunda planta es de uso administrativo, con las oficinas de gestión y promoción. Y la tercera albergará, a principios de 2004, un centro de documentación y una biblioteca.

Desde el centro se organizan las visitas guiadas por el valle (en 2002, el conjunto románico recibió 126.174 visitantes, de los cuales un 19% disfrutó del servicio de guías). Durante el verano -julio, agosto y septiembre- existe un horario preestablecido de salidas al que los turistas se pueden sumar de forma gratuita. Fuera de estos meses -o para visitas especiales- también se puede contratar a un guía. En este caso, el precio de las rutas es de un euro por persona e iglesia (con un precio mínimo calculado sobre 25 personas). Además hay que tener en cuenta que la mayoría de las iglesias cobran un euro de entrada por persona, independientemente de que se visite con o sin guía.

Actualmente están abiertas, en cualquier época del año, seis de las nueve iglesias (de los siglos X al XIII): Sant Climent y Santa María de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera y la Natividad de Durro (reabierta el 5 de abril, tras su restauración). La de Santa María de Cardet y la Asunción de Coll sólo pueden verse en Semana Santa y en verano. Y la ermita de Sant Quirc de Durro, en verano. En tres de ellas puede subirse además a los campanarios para contemplar unas espectaculares panorámicas del valle: Sant Climent de Taüll, con su torre de seis pisos; Sant Joan de Boí, de tres pisos, y Santa Eulàlia de Erill la Vall, también de seis pisos.