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El alcalde se despide con unas cuentas saneadas por el freno en las inversiones

La Corporación ignora aún la repercusión que tendrá la supresión del IAE en Madrid

¿Cuánto podrá gastar el gobierno municipal que salga de las urnas? Cuando falta un mes para que se cumpla la mitad del ejercicio, no es posible responder esa pregunta. El actual alcalde, José María Álvarez del Manzano, del PP, deja las arcas municipales bastante saneadas, con una deuda de apenas 1.200 millones. Pero, al tiempo, ha adjudicado contratos, como el de la limpieza de 15 distritos, que comprometen a la Corporación hasta dentro de 10 años. Además, éste es el primer año de la supresión parcial del impuesto de actividades económicas (IAE) y se ignora aún cómo repercutirá eso en Madrid.

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No es casualidad que al Ayuntamiento se le denomine Casa de la Villa: Madrid es una enorme casa. Una comunidad de vecinos compuesta por 3.016.000 personas. Como cualquier otra comunidad de vecinos, Madrid contrata a un administrador para que atienda las necesidades de la comunidad, controle los gastos y decida las inversiones. Ése es, en síntesis, el papel del alcalde: actuar como gran administrador, regir la ciudad y conseguir que las cuentas cuadren. Unas cuentas que, dadas las dimensiones de la capital, suponen miles de millones de euros: este año el Ayuntamiento cuenta con 2.414 millones de euros, para pagar los salarios de sus 20.000 empleados (funcionarios y contratados laborales), pagar gastos corrientes (como el alumbrado de las calles) y servicios subcontratados (recogida de basuras, riego de zonas verdes).

Con ese dinero también hay que realizar las labores de mantenimiento de la ciudad (como la tradicional Operación Asfalto de cada verano) y decidir las prioridades en las inversiones. Es decir, si se considera más urgente construir centros culturales, polideportivos y centros para mayores o si se da prioridad a la construcción de infraestructuras como túneles y puentes.

Tras las elecciones de mañana, el actual administrador de Madrid, José María Álvarez del Manzano, tendrá que entregar los libros de cuentas a su sucesor o sucesora. Unas cuentas que, en principio parecen saneadas y sin números rojos, según la opinión unánime de los tres grupos que componen actualmente la Corporación (PP, PSOE e IU). Ello se debe a que Álvarez del Manzano, que en los dos últimos mandatos ha encomendado el área de Hacienda a Pedro Bujidos, amigo personal suyo, ha sido cauto en inversiones. A Madrid, con una deuda global de 1.200 millones de euros, le anteceden otras cinco ciudades españolas (Barcelona, Valencia, Zaragoza, Málaga y Sevilla) si se analiza la deuda en función del número de habitantes. Siguiendo con el símil de la casa de vecinos, cada madrileño adeudaba sólo 402 euros al cierre del ejercicio del 2002.

Esa es una cantidad totalmente asumible, según reconocieron los portavoces de la oposición (la socialista Ruth Porta y Gerardo del Val, de IU) en el último pleno municipal de este mandato, celebrado el pasado 30 de abril; el concejal Pedro Bujidos, por su parte, resaltó que "la diferencia entre ingresos y gastos corrientes generó al cierre del ejercicio de 2002 un ahorro de 372 millones de euros que se destinan a financiar parte de los 693 millones del capítulo de inversiones directas.

Pero los portavoces de PSOE e IU se muestran críticos con las decisiones económicas adoptados durante el primer trimestre de 2003 con la firma de contratos con los grandes proveedores de servicios. Una medida esta que puede condicionar las decisiones del futuro gobierno que resulte de las urnas. Hay que tener en cuenta que el 60% del presupuesto municipal (1.460 millones de euros) se va en pagar los sueldos del personal, los gastos de funcionamiento (pago de contratas como mantenimiento de parques, limpieza, recogida de basura, etc.) y la deuda.

Pero el pasado marzo, apenas a mes y medio de las elecciones, el gobierno del PP adjudicó un contrato de 1.130 millones de euros para la limpieza de 15 de los 21 distritos de la capital. El compromiso contractual abarca desde el 1 de enero de 2004 al 31 de diciembre de 2014 y supone un incremento del 166% con respecto al que concluye este año. Ese contrato de 1.130 millones (casi 200.000 millones de pesetas) "es la mayor inversión realizada por un Ayuntamiento, no sólo en nuestro país, sino también en Europa, para mejorar la limpieza urbana", según afirmó Alberto López Viejo, concejal de limpieza.

Hipotecas

La concejal Marta Rodríguez-Tarduchy (PSOE) y Justo Calcerrada (IU), portavoces en el área de Obras, han acusado también a Álvarez del Manzano de dejar "hipotecada" a la próxima Corporación en el mantenimiento de las vías públicas (asfaltado y reparación). El PP ha adjudicado por 146 millones de euros (24.500 millones de pesetas) ese contrato hasta el año 2009.

Además de esas decisiones -"revisaremos los contratos uno a uno", apuntan fuentes del grupo socialista-, el nuevo gobierno se encontrará con otro condicionante para adoptar medidas económicas: los vecinos ignoran aún cómo repercutirá en las cuentas generales la supresión parcial del impuesto de actividades económicas (IAE). "El Estado dará una compensación a final de año, pero aún así sabemos que Madrid va a perder dinero, pero no sabemos cuánto hasta que, a final de año, se haga la liquidación", explica un técnico municipal. "Además, la nueva Ley de Financiación de las Corporaciones Locales ha abierto la espita a las bonificaciones. Esto permite medidas como subvencionar el principal impuesto que recaudan los ayuntamientos (el impuesto de bienes inmuebles ) a las familias numerosas", agrega el técnico.

El interventor, la venta de suelo y el túnel más largo

La gestión económica del actual regidor, José María Álvarez del Manzano, ha estado acompañada de varias constantes: la prioridad marcada en las inversiones (la construcción de túneles) y el enfrentamiento con el interventor municipal, Vicente Arnau (jubilado hace un año), por el destino dado a los fondos recaudados con la venta de terrenos.

El alcalde ha cerrado su largo mandato inaugurando el túnel urbano más largo de España: el que enlaza el paseo de la Castellana con la carretera de Barcelona (N-II), llevando la circulación bajo la calle de María de Molina. No se trata sólo del subterráneo más largo (casi dos kilómetros), sino que ha sido también el más costoso de la era Manzano. Construido entre octubre de 2001 y mayo de este mismo año -fue inaugurado el pasado día 8, dos horas antes del inicio de la campaña electoral-, el túnel se ha llevado 50 millones de euros (8.300 millones de pesetas) de las arcas municipales. El PP, a tenor de las propuestas de su candidato a la alcaldía, Alberto Ruiz-Gallardón, quiere seguir priorizando la construcción de túneles. Pero IU considera que el principal proyecto del alcaldable (reformar y soterrar parte de la M-30) tendrá un coste excesivo para la ciudad. "Madrid tiene déficit en dotaciones y está bien en infraestructuras. La reforma de la M-30 costará más de 1.500 millones de euros [250.000 millones de pesetas] y no se atenderán las necesidades sociales", dice Inés Sabanés, candidata de IU.

Respecto a la venta de terrenos para conseguir dinero rápido y financiar parte de la actividad municipal, el concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, se dio la satisfacción de presentar en el último pleno, celebrado el 30 de abril, la ejecución presupuestaria del ejercicio pasado acompañada de un informe del interventor. Éste muestra, a juicio del edil, "lo injusto de las críticas de la oposición". "Se ha invertido en patrimonio municipal más de lo que hemos recaudado con la venta de parcelas", enfatiza Bujidos. Frente a eso, PSOE e IU mantienen que los informes del interventor han criticado reiteradamente los expedientes de Urbanismo para enajenar terrenos y destinar ese dinero a fines ajenos a lo que establece la Ley del Suelo.

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