Un Goya para el candidato revelación

Miles de banderas rojiblancas con el puño y la rosa. Casi tantas como personas. Unas 10.000 que abarrotaron el auditorio del parque Juan Carlos I. Era el mitin de fin de campaña del PSOE y se convirtió en toda una fiesta. Una fiesta en la que no cabía ni un alfiler en las gradas o haciendo cola para conseguir un refresco, una cerveza y un bocadillo. Los candidatos a la alcaldía, Trinidad Jiménez, y a la Comunidad, Rafael Simancas, lograron movilizar a jóvenes y no tan jóvenes que aplaudieron con entusiasmo a los grupos musicales programados.

La diversión comenzó con el grupo Suburbano que arrancó la primera marea de banderas al viento. Fue cuando interpretaron su versión de La puerta de Alcalá con una nueva letra que ha servido de himno de campaña para Trinidad Jiménez. Este tema cerró su actuación en un pequeño escenario junto a otro más grande habilitado para los candidatos. Se coreó el estribillo y los músicos se embalaron en una versión blusera de esta canción emblemática de los años ochenta.

Siguió un grupo al que presentaron como una banda que tiene "otra forma de hacer música, otra forma de interpretar", parafraseando el lema socialista "otra forma de ser, otra forma de gobernar". Resulta que eran tres bailarines de claqué y dos percusionistas que se hacen llamar Cammut Band. Juguetearon con la audiencia. "Me gusta más cómo lo hace la izquierda que la derecha" refiriéndose a cómo la grada situada a su izquierda era la que con más escándalo seguía las indicaciones de uno de los artistas. Cerró la gala musical el grupo Danza Invisible que se vio obligado a prolongar su actuación con "una canción muy larga" hasta que los candidatos llegaron.

Cuando eso ocurrió, el auditorio se vino abajo y la gente arriba. La sintonía del grupo Vangelis que se escucha en todos los mítines del PSOE sonaba a toda pastilla. El secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, seguido por Rafael Simancas y Trinidad Jiménez subieron al escenario, saludaron al respetable y se sentaron en primera fila. Entonces subió a las tablas una de las protagonistas de la noche: la actriz María Barranco. La protagonista de Mujeres al borde de un ataque de nervios sacó toda su artillería. Primero se refirió a Trinidad Jiménez: "Las dos somos malagueñas, las dos vivimos en Madrid, a las dos nos gusta mucho reírnos, a las dos nos encantaría ver a la misma persona en la alcaldía", afirmó Barranco. Luego, Barranco piropeó a Rafael Simancas: "Yo le daría el Goya a la mejor campaña electoral, al candidato revelación de estas elecciones". Tampoco se olvidó de José Luis Rodríguez Zapatero: "Yo sé que te molesta que diga esto y que te da mucho corte; pero eres el político que tiene los ojos de Paul Newman".

Aquello entró en su fase apoteósica previa a los discursos. Se nombraba a Trini y la grada respondía como un solo hombre o mujer (un candidato para todos y todas, como reza otro de los lemas del PSOE): "Esa, esa, esa. Esa es mi alcaldesa". Se pronunciaban las palabras Simancas y, como un resorte respondía el público: "Se nota, se siente Simancas presidente".

Después de un ping-pong escenario-público, llegó el momento de las arengas. De pedir el voto como corresponde a un fin de campaña. "Los representantes del PP pretenden hacernos hablar un día cada cuatro años y callar el resto del tiempo. Si salgo elegida alcaldesa os prometo que los 1.500 días del mandato de la legislatura escucharé todas las demandas de la gente", dijo Jiménez.

Simancas arremetió contra su contrincante, la popular Esperanza Aguirre, recordando que "desde el principio de la campaña esta señora dijo que la gente que realmente tenía un problema se iba a Houston (Texas) para ser operada". También recordó cómo Aguirre había asegurado que daría un giro de 360 grados para arreglar el problema de la seguridad ciudadana en Madrid. "Así que pretende dejarnos tal y como estamos, con la ciudad más insegura de toda España", recalcó Simancas.