La asamblea de intelectuales pide que no se vote al partido que secundó la guerra de Irak
La plataforma, nacida durante las protestas por el conflicto de Irak, tiene 2.500 adheridos
La Asamblea de Intelectuales, Profesionales y Artistas, creada hace un mes y que cuenta ya con 2.500 miembros, ha aprobado un comunicado en el que hace un llamamiento a los ciudadanos para que no voten al PP en las elecciones municipales del próximo domingo. "La gran movilización ciudadana en favor de la paz y contra la guerra debe continuar ahora con la participación electoral e implica no votar, en ningún caso, al PP, que impulsó la guerra al margen de la legalidad internacional y contra la opinión pública española", se sostiene en la nota aprobada por la permanente de la asamblea.
La asamblea nació para dar respuesta a uno de los asuntos más delicados de las grandes movilizaciones: darle continuidad. Cuando terminan, muchas de las personas que han participado en ellas se preguntan ¿y ahora qué? Después de las masivas concentraciones de febrero y marzo contra la guerra de Irak, el cineasta Pere Portabella, viejo conocedor de estos mecanismos, decidió aportar su respuesta, "El quid de la cuestión es la permanencia de una opinión pública que presione en la misma dirección".
Portabella se puso en acción junto con antiguos compañeros de luchas, Xavier Folch, Jordi Borja, Mercedes García Arán y Pere Camps, entre otros, y el fruto fue la constitución de la Asamblea Permanente de Intelectuales, Profesionales y Artistas Catalanes. A la constitución, llevada a cabo en el Auditori de Barcelona el pasado 5 de mayo, asistieron unas 700 personas. Hoy cuenta con 2.500 miembros, incluyendo asociaciones, ONG, fundaciones colegios oficiales y universidades. La asamblea adoptó un manifiesto que centra la acción del colectivo en dos puntos: "La defensa de la paz, las libertades y los derechos humanos vulnerados en el mundo y también en el Estado español" y "la exigencia de responsabilidades a los promotores de la guerra".
El éxito de la primera convocatoria no resolvió, sin embargo, todas las incógnitas. Surge de nuevo la pregunta ¿y ahora qué? "Esto puede ser un gran laboratorio de ideas sobre cómo enfrentarnos a la ola reaccionaria que encabezan [George W.] Bush en todo el mundo y [José María] Aznar en España", afirma Pere Camps.
El día 19 se celebró un nuevo encuentro de los convocantes, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), al que asistieron 230 personas para poner en común las primeras propuestas de acción. Acordaron crear una página web, dotarse de una infraestructura estable -se ubicará en el mismo CCCB- y poner en marcha varias comisiones de trabajo.
La asamblea pondrá especial ahínco en potenciar las iniciativas ya en marcha que estudien las posibles responsabilidades políticas y legales de los dirigentes que promovieron la guerra. Sus promotores consideran que "el Gobierno del PP impulsó la guerra de Irak al margen de la legalidad internacional y contra la opinión pública española". En el comunicado difundido ayer se afirma: "Por esta razón, con motivo de las elecciones del 25 de mayo es necesario que los ciudadanos no olvidemos la responsabilidad de Aznar y del PP".
Entre los convocantes de la asamblea figuran la Asociación de Artistas Visuales de Cataluña, ATTAC Cataluña, el Colegio de Directores de Cine, el Centro de Trabajo y Documentación, Esquerra XXI, Fundació Catalunya Segle XXI, Fundación Alternativas, Fundació Nous Horitzons, Juristas sin Fronteras, el centro catalán del Pen Club, la Plataforma Cultura y Espectáculos contra la Guerra, la revista Antrophos y la Plataforma Art contra la Guerra.
Al acto del Auditori asistieron también representantes de grupos que han contribuido a articular las movilizaciones contra la guerra: la Plataforma Cultura y Espectáculos, la Plataforma Art contra la Guerra, la Asociación del Patrimonio, la Documentación y las Bibliotecas y la Gestión Cultural.
El impulso de esta asamblea es una reedición y adaptación de una de las formas de articulación del antifranquismo en la última etapa de la dictadura. Gentes que en razón de sus profesiones disponen de mayores posibilidades de intervención pública deciden poner esa capacidad al servicio de una causa política.
Pero Portabella quiere marcar diferencias. "No es una vuelta a empezar", afirma. Aunque reconoce que entre los promotores y los asistentes a la primera asamblea hay militantes de la época antifranquista, asegura que la media de edad de los adheridos está entre los 30 y 40 años. "La lucha bajo el franquismo perseguía pasar de la dictadura al Estado de derecho. Ahora es lo contrario. Tenemos un Estado de derecho y se trata de evitar la regresión de los principios democráticos; los estragos en la legalidad internacional perpetrados por Bush, Blair y Aznar; la degradación de los derechos humanos en tantos lugares del mundo; la utilización del terrorismo para justificar la ocupación de un país extranjero, el control de los medios de comunicación, etcétera".
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