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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más legionela

La rotura accidental en un centro de distribución de paquetería en Madrid de un paquete con supuestas muestras de legionela remitidas para su análisis al Instituto Nacional de Toxicología ha coincidido con un nuevo brote de esta enfermedad en la localidad alicantina de Alcoi. La alarma producida por ese suceso era infundada: la legionela no se contagia por contacto, sino por el aire. Pero se explica en buena parte por el hecho de que esa enfermedad no acaba de controlarse en España, como lo demuestran los 1.406 casos de contagio habidos en 2002. Una razón más para cuestionar la expedición de sustancias peligrosas por vías ordinarias de transporte y, en todo caso, para extremar las precauciones en el envío de las numerosas muestras de legionela que se remiten al cabo del año para su análisis al Centro Nacional de Microbiología desde distintos puntos de España.

Más preocupante es el nuevo foco de este tipo de neumonía causado por la legionela que se ha detectado en Alcoi, una localidad que en los tres últimos años ha sufrido siete brotes, con más de 200 afectados y al menos siete fallecidos. Es natural que las alarmas, plenamente justificadas en este caso, hayan saltado en la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana.De momento, son cuatro las personas afectadas, pero la llegada del calor acrecienta el riesgo de la expansión de la legionela, una bacteria que crece en el agua y que se contagia al inhalarla en las gotas de aire que se desprenden de los aparatos y torres de refrigeración.

Desde que en 1997 el Ministerio de Sanidad incluyera la legionela entre las enfermedades de declaración obligatoria, los casos se han multipicado por siete. La tasa de infección en España duplica la de Francia, con 3,55 casos por cada 100.000 habitantes. Las medidas preventivas a que obliga el decreto de Sanidad de julio de 2001 -dos revisiones anuales de las instalaciones de refrigeración y análisis periódicos- no han bastado para contener la enfermedad porque se incumplen en muchos casos. La legionela es evitable, aunque puedan producirse casos aislados. Su carácter epidémico puede erradicarse si se cumplen a rajatabla los controles de prevención y funcionan los mecanismos de vigilancia sanitarios previstos para el seguimiento de la enfermedad.

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