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UNA NUEVA ENFERMEDAD

Los inspectores de la OMS destapan 200 casos ocultos de neumonía en Pekín

Los expertos alertan del peligro de colapso del sistema sanitario chino si no ataja la enfermedad

Los inspectores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaron ayer, tras investigar en dos hospitales militares chinos, la existencia en Pekín de hasta 200 casos de neumonía asiática no declarados, así como de un millar de personas en observación por la enfermedad. El cálculo echa por tierra las cifras facilitadas por el Gobierno chino (37 infectados en la capital) y revela, según los inspectores, no sólo el secretismo con que han actuado las autoridades sino la magnitud alcanzada por la epidemia. Los expertos también criticaron el pésimo sistema de detección y registro empleado para frenar la enfermedad y alertaron del riesgo de colapso del sistema sanitario chino si no pone la neumonía "bajo control".

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La declaración del equipo de expertos refrenda las afirmaciones realizadas en las últimas semanas por algunos médicos chinos, que, en un gesto inusual, se han desmarcado de la línea oficial y han asegurado que la cifra de infectados en Pekín es muy superior a la declarada por el Gobierno. En un intento de aclarar la situación, la OMS visitó entre el pasado sábado y el martes, nueve hospitales y clínicas en la capital para evaluar la situación. Dos de los centros recorridos son militares, el 301 y el 309. La conclusión, presentada ayer en una multitudinaria conferencia de prensa, en la que entre el 10% y el 20% de los informadores se protegían con mascarilla, arrojó poca luz.

"Ha habido casos de SARS de los que no han informado oficialmente, de esto no hay duda", dijo el virólogo alemán Wolfgang Preiser, uno de los miembros del equipo. "Los militares parecen tener su propio sistema de información, que no está ligado actualmente con el municipal".

Según Henk Bekedam, responsable de la oficina de la OMS en Pekín, existe un problema, ya que "bajo la ley china, los militares no informan a las autoridades civiles". Bekedam aseguró que los datos que han recibido "encajan con los rumores", pero no quiso explicar más. Los expertos dijeron que el Gobierno les ha pedido que no revelen datos considerados confidenciales.

Ante las insistentes preguntas sobre el alcance real de la enfermedad en la capital, Alan Schnur, miembro de la oficina de la OMS en Pekín, respondió: "Yo estimo que hay entre 100 y 200 casos probables". La cifra de fallecidos en todo el mundo ascendió ayer a 159 y la de infectados a 3.486.

El jefe del equipo, el epidemiólogo James Maguire, explicó que durante la visita a los dos hospitales militares pudieron ver todo aquello que quisieron. "En nuestros intercambios han sido muy transparentes", dijo.

El organismo internacional considera, sin embargo, que el sistema de detección y registro de casos deja mucho que desear y que debe ser mejorado "de forma urgente", "porque sabemos que la enfermedad se está transmitiendo en Pekín", dijo Preiser.

Los expertos aseguraron que la situación en el sur de China, en la provincia de Guangdong, donde se detectó el primer caso en noviembre, es mucho más clara, y que las cifras allí sí incluyen los hospitales militares. También recordaron el claro compromiso político y financiero de las autoridades chinas para luchar contra la infección.

Sin embargo, mostraron su preocupación por la evolución de la epidemia en aquellas provincias que carecen de recursos, "porque la enfermedad se está propagando". China ha anunciado oficialmente 64 fallecidos y 1.432 afectados. La OMS puso como ejemplo de la dificultad para conocer la magnitud de la crisis el hecho de que en la provincia de Shanxi surgieron de repente 47 casos tras la visita de un equipo de médicos chinos enviado desde Pekín. Maguire aseguró que China ha hecho progresos y que está suministrando datos regularmente. "El sistema está tomando velocidad".

La OMS llamó también la atención sobre las dificultades a las que se puede enfrentar el sistema sanitario si no se pone la neumonía atípica "bajo control", ya que puede colapsar la red hospitalaria.

El Gobierno municipal de Pekín aseguró ayer que "aunque los tres hospitales designados para tratar a pacientes de SARS tienen suficiente capacidad, han sido seleccionados otros 18 para el caso de que hagan falta". La preocupación ha aumentado en los últimos días en la capital, donde también se critica la falta de transparencia del Gobierno chino. Algunos habitantes han comenzado a cambiar sus hábitos: han dejado de acudir a clase, evitan ir a lugares públicos o prescinden de los transportes públicos cuando pueden.

En Hong Kong, el mayor foco de la enfermedad después de China continental, fallecieron ayer cinco personas, lo que eleva la cifra total a 61, y resultaron infectadas 36, sobre un total de 1.268.

James Maguire, del equipo de inspectores de la OMS, durante su conferencia de prensa ayer en Pekín.
James Maguire, del equipo de inspectores de la OMS, durante su conferencia de prensa ayer en Pekín.ASSOCIATED PRESS

Cinco especialistas sin mascarilla

El 23 de marzo, una semana después de que la OMS lanzara la alerta mundial, cinco especialistas aterrizaron en Pekín para investigar la neumonía. Luego se desplazaron al sur de China, cuna de la epidemia. Son epidemiólogos, virólogos, especialistas en enfermedades respiratorias, parasitarias o gripe. Trabajan en lugares tan dispares como Bangladesh, Reino Unido, Australia, Alemania o EE UU. Llegaron a la ciudad de Guangzhou (Cantón) sin mascarilla. A la pregunta de si se la pondrían en el avión de regreso a Pekín, respondieron: "Sólo si alguien está tosiendo o estornudando". Ayer tampoco la llevaban.

James Maguire, experto en enfermedades infecciosas en Atlanta (EE UU), y Wolfgang Preiser, virólogo especialista en medicina tropical en Francfort, dos de los miembros del equipo inicial, se mostraban ayer apasionados "pese a las jornadas de 14 horas". "Como investigadores, están encantados", dice una fuente de la OMS. "Además, está el lado político de la crisis, que para ellos es muy interesante".

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