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Reportaje:

Niños de diseño: ¿qué es normal?

Los expertos debaten en el foro Biovision las perspectivas que las nuevas técnicas genéticas abren a la elección de hijos 'a la carta'

Propender al Alzheimer o al cáncer colorrectal a los 50 años puede ser pronto motivo para que una pareja decida no tener un hijo, y la sociedad ampliará su concepto de enfermedad o defecto genético y reducirá el de normalidad para aumentar los requisitos de su hijo futuro, piensan los expertos que han debatido sobre niños de diseño en Biovision, foro de las ciencias de la vida. Utilizar o no las herramientas de diagnóstico genético para tener hijos sanos debe dejarse en principio a las familias, ya que el mundo desarrollado es ahora más liberal sobre esas posibilidades, coincidieron los expertos.

Mientras, la mayor parte de la población mundial no tiene acceso a las aplicaciones de la nueva información genética que emerge del proyecto genoma humano, a punto de completarse, y los problemas que se plantean en reproducción son mucho más graves, como recordó el genetista clínico holandés Hans Galjaard. Muchas parejas deciden tener el hijo aunque sepan que tendrá una tara, indicó, aunque el porcentaje baja cuanto más grave es la tara. El que las familias occidentales tengan cada vez menos hijos y más tarde influye en sus decisiones, ya que son hijos muy deseados, para los que se quiere la mayor perfección posible, recordó. Pero hay casos extremos para los que la sociedad no tiene aún respuesta y que tienden o tenderán a ser regulados por los Gobiernos, como la concepción de un bebé con determinadas características genéticas como fuente de material para tratar a un enfermo (normalmente su hermano), la posibilidad de seleccionar características no relacionadas con enfermedades, como el color de los ojos o la tendencia a la calvicie, y también el diagnóstico del sexo del feto para impedir su nacimiento si es una niña, como sucede en la India.

Muy recientemente, en un experimento en laboratorio, se modificaron genéticamente células madre embrionarias humanas, quitando un gen y añadiendo otro, lo que abre una vía para diseñar personas con características que además se heredarían. Pero Galjaard no entiende por qué Annan y Bush se reúnen para hablar de la investigación con células madre: "Deben dejar esos temas a la gente", afirma.

Por ahora los genes cuya relación con una enfermedad se ha probado son sólo seis, recordó el biólogo británico Peter Goodfellow, para quitar dramatismo al asunto de niños de diseño. En el resto de los 166 casos en que los científicos han creído encontrar genes relacionados con enfermedades, su afirmación no se ha probado. Según él, el diagnóstico genético debe hacerse sólo cuando el individuo obtenga un beneficio, aunque reconoció que no se sabe quién ostenta los derechos de fetos y niños.

Que sea inmoral hacer lo posible para tener el hijo deseado no lo comparte John Harris, especialista británico en derecho y ética, quien no cree que haya argumentos considerables contra la clonación humana, aparte del transitorio de que la técnica no es segura. Sobre la investigación con células madre se preguntó: "¿Es que no está mal aprovecharse de la maldad?" . Se refería a la previsible aplicación de la investigación en la sanidad de los países en que se ha prohibido, y a la decisión de Bush de permitir la investigación sólo con líneas celulares embrionarias establecidas antes de una fecha determinada, lo que Galjaard calificó de "hipocresía en estado máximo".

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