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Juicio por un trozo de la Luna

Un juez de Miami otorga al Gobierno de EE UU la custodia de una roca lunar que Nixon regaló al Gobierno de Honduras

Los astronautas del Apolo 17 la trajeron a la Tierra hace más de 30 años y aquí estuvo la diminuta roca lunar, de mano en mano, hasta ayer, en que un juez federal de Miami resolvió el juicio por su custodia a favor del Gobierno de Estados Unidos. El perdedor de la paternidad legal es un empresario que asegura habérsela comprado a un coronel de Honduras, años después de que el presidente Richard Nixon se la obsequiara al Gobierno de ese país. Alan Rosen presentó la factura por 50.000 dólares y la autentificación de la Universidad de Harvard para demostrar sus nobles intenciones al adquirirla, pero pesaron más las pruebas de la acusación: era robada, no la había declarado en la aduana, e intentó venderla ilegalmente a unos agentes encubiertos del FBI por cinco millones de dólares.

En 1998 Rosen respondió a un anuncio en la prensa de Florida de un supuesto coleccionista que quería comprar "recuerdos de la Luna". Concertaron una cita, a la que el empresario acudió con la roca de un centímetro y certificados de autenticidad de Harvard, del Museo Smithsonian e incluso del experto de la NASA, James Gooding. El encuentro era una trampa tendida por los agentes federales que se incautaron del trofeo lunar de 3.500 millones de años.

Las leyes federales prohíben comerciar con memorabilia de las misiones lunares del Apolo, a excepción de una pequeña cantidad cuyo origen se puede rastrear con documentación oficial. La pista de la roca obtenida por Rosen se desvanece en 1990, fecha en que misteriosamente desapareció del palacio presidencial de Tegucigalpa. El empresario testificó en Miami que el Gobierno hondureño se la regaló al coronel retirado al que él se la compró durante una de sus visitas de negocios a ese país. Los fiscales, sin embargo, lo calificaron de un claro caso de robo y tráfico ilegal de propiedad del Gobierno estadounidense. Y de esa afirmación se deriva ahora el segundo dilema: ¿Quién es el propietario, EE UU o Honduras?

El Gobierno de Honduras ya ha reclamado oficialmente el disputado fragmento lunar, aunque no lo ha hecho como parte interesada en el proceso legal que se ha seguido en Miami.

Washington deberá ahora decidir si lo que un presidente regala otro no lo quita. Nixon regaló 135 fragmentos de la "roca Madre Lunar", de aproximadamente un gramo cada uno, a varias naciones y personalidades, el paradero de 125 de las cuales es desconocido, según explica un experto que ha seguido la pista durante años, Robert Pearlman, editor de collectspace.com, un sitio de Internet sobre colecciones de objetos espaciales. Rumanía, por ejemplo, subastó la suya y Canadá arrinconó la suya en el almacén de un museo. Pearlman no se ha sorprendido de la decisión del tribunal. "Si se la hubieran otorgado a Rosen habría sentado un precedente sobre la propiedad de material lunar", dice. Según él, el caso de Miami quizá sirva para enviar un mensaje a posibles traficantes de la Luna.

Aunque se han dado casos esporádicos de venta ilegal de rocas lunares -como el de cuatro estudiantes de la NASA que intentaron vender hace dos años unos 100 gramos robados, también en Florida-, las probalidades de traficar con ese material son escasas. Primero porque la cantidad de rocas-recuerdo esparcidas por el mundo es mínima, y segundo porque la NASA custodia celosamente la casi totalidad de los 379 kilos de material lunar extraidos por los astronautas.

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