Amnistía reúne 3.500.000 firmas contra la lapidación de Amina Lawal
Un tribunal islámico de Katsina (norte de Nigeria) revisará hoy la apelación de Amina Lawal, de 31 años, contra la sentencia a muerte por lapidación que le fue impuesta el 22 de marzo de 2002 por tener una hija fuera del matrimonio. El tribunal religioso de Funtua (Katsina) que la condenó aplicó la sharía (ley islámica basada en el Corán) en una interpretación propia de 12 Estados del norte de Nigeria de mayoría musulmana.
Amina, que supo el fallo el mismo día en que fue liberada de morir lapidada otra mujer, Safiya Hussaini, vive en su pueblo, Kurami, después de que un juez, en junio de 2002, ratificara la sentencia y le concediera la libertad provisional hasta enero de 2004 para permitirle alimentar a la hija, Wasila, nacida de la relación extramatrimonial.
La vista que se celebra hoy es la tercera de revisión de la sentencia de Amina. En un año, Amnistía Internacional (AI) ha recogido en su página web (www.amnistiapornigeria.org) más de 3.500.000 firmas (aproximadamente un 40% de españoles) para que no se realice la ejecución. El último millón de ellas, obtenidas desde mediados de febrero pasado, fue entregado ayer por AI en la Embajada de Nigeria en Madrid.
La impresión entre las ONG que trabajan en Nigeria por la defensa de la libertad de Amina era ayer optimista, informa France Presse. Incluso una nueva ratificación de la condena podría ser rectificada apelando al Tribunal Superior del Estado Federal, que se basa en la Constitución de 1999, defensora de los derechos humanos. Una Carta Magna que deja, sin embargo, vía libre a los gobernadores para aprobar leyes que no la respetan, como sucede con la interpretación penal de la sharía en los 12 Estados musulmanes. Una contradicción que sobre todo los campesinos analfabetos del norte pagan muy caro.
De estos rincones proceden otros cuatro condenados a muerte por relaciones extramatrimoniales, como Yunusa Rafin Chiyawa, condenado a muerte por adulterio por un tribunal islámico de Ningi (Bauchi) el pasado 21 de junio. Yunusa no dispuso de asistencia letrada y reconoció, sin ser consciente de las consecuencias, que había mantenido relaciones sexuales con la esposa de un amigo. La confesión resultó prueba suficiente para el tribunal que le sentenció. El hombre ha decidido no apelar, lo que implica que puede ser lapidado en cualquier momento, si bien el caso está pendiente porque el Departamento de Justicia de Bauchi lo ha remitido al Consejo de Estado, surgiendo con ello un conflicto de jurisdicciones entre el Estado Bauchi y el Estado Feferal.
Similar situación está viviendo la pareja Ahmadu Ibrahim y Fátima Usman, ambos de 32 años. Fueron detenidos y acusados de adulterio en New Gawu (Estado de Níger) a partir de un informe policial presentado ante un tribunal islámico en mayo pasado. En un principio fueron condenados a cinco años de prisión y una multa equivalente a 100 euros, pero las autoridades judiciales decidieron que merecían un castigo mayor.
El cuarto proceso conocido es el del hombre Sarimu Mohammed, condenado a muerte por lapidación en mayo de 2002. Sarimu, que ha apelado la sentencia y se encuentra en prisión, afirma que la policía le golpeó para que confesara. Luego se retractó de las declaraciones en las que reconocía haber violado a una niña de nueve años. En la actualidad se desconoce si el juez ha aceptado su segunda confesión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.