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La Colonia Sedó será restaurada y acogerá viviendas protegidas

Acuerdo para recuperar esta joya de la arqueología industrial de Esparreguera

Uno de los principales tesoros de la arqueología industrial de Cataluña, la Colonia Sedó de Esparreguera, va camino de convertirse en un emblema para este municipio del Baix Llobregat, que pretende convertir la antigua colonia industrial en un nuevo barrio donde se combinarán viviendas, historia, naturaleza y turismo. El Ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno central se han implicado en el proyecto.

El Instituto Catalán del Suelo (Incasol), dependiente de la Generalitat, ha adquirido los edificios y terrenos del entorno para construir vivienda de protección oficial. Por su parte, el Ministerio de Educación y Cultura ha incluido la colonia en el Plan de Patrimonio Industrial, que preservará 49 edificios industriales de toda España en peligro de desaparecer.

La rehabilitación se llevará a cabo preservando el estilo arquitectónico tradicional de la colonia, con el objetivo de que la Unesco la declare Patrimonio de la Humanidad. Durante un periodo de seis años, el Incasol urbanizará en diferentes etapas el barrio y rehabilitará los antiguos edificios obreros para construir 150 viviendas de protección oficial, la mayoría de alquiler, a las que tendrán acceso prioritario los vecinos del municipio. Por su parte, la cincuentena de familias que aún ocupan algunas viviendas de la colonia podrán comprar la casa en la que viven a precio de coste.

El plan de rehabilitación de la Colonia Sedó prevé también abrir al público el llamado jardí de l'amo, que se ampliará hasta el río Llobregat; restaurar la iglesia como centro cultural, y ampliar el museo, que se abrió hace 10 años y en el que se puede visitar la turbina gigante que generaba energía eléctrica para todo el complejo y que es la más grande que se conserva en Cataluña. La Generalitat calcula que el coste aproximado del proyecto es de unos diez millones de euros y que el año que viene se podrían iniciar las obras.

La Colonia Sedó fue fundada como fábrica textil en 1846 y pronto se convirtió en la principal industria del municipio y una de las más importantes de Cataluña. Con los años se fue ampliando con la compra de maquinaria más moderna y la construcción de viviendas para trabajadores y otras dependencias, como una escuela, una iglesia, un dispensario e incluso un teatro, de modo que formaba un recinto cerrado que a principios del siglo XX daba trabajo a 2.000 trabajadores, por lo que se llegó a plantear su segregación de Esparreguera.

La crisis del sector textil la llevó al cierre en 1980, cuando trabajaban en ella 400 obreros. Posteriormente, un proyecto de reutilización industrial propició la instalación de una cincuentena de talleres y pequeñas empresas.

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