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Reportaje:50 AÑOS DESPUÉS DE LA MUERTE DE STALIN

Rusia no llora a Stalin

Asociaciones de derechos humanos denuncian una rehabilitación velada de la figura del dictador y recuerdan sus crímenes

Pilar Bonet

"Está en marcha una rehabilitación velada de Stalin. Las autoridades tratan de que no se hable de la represión". Yákov Étinguer se expresaba así ayer en un acto dedicado al 50º aniversario de la muerte del dirigente comunista, en la organización de derechos humanos Memorial.

A diferencia de otras conmemoraciones, la de Memorial reunía a ciudadanos que no lloraron el fallecimiento del dictador. Cincuenta años después, condenan de forma inequívoca su figura y no trivializan el terror con fórmulas que contraponen los méritos (industrialización, victoria en la II Mundial, respeto internacional) y los errores (el Gulag y la represión).

Étinguer, hijo de uno de los doctores víctimas del proceso de los médicos, recordaba la alegría incontenible que se apoderó de los prisioneros del lager, donde estaba internado en el norte de Rusia. Tal era la euforia que ese día, con 25 grados bajo cero, llegaron a cumplir el plan de tala de leña.

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Al valorar la figura de Stalin está de moda demostrar "imparcialidad" y "objetividad", afirma una declaración de Memorial. La fórmula en boga condena de pasada "la represión y otras deformaciones", para concluir que "Stalin actuó en beneficio de Rusia y fue un gran estadista".

Para que nadie se llame a engaño sobre la responsabilidad de Stalin, Memorial ha publicado la lista de 45.000 funcionarios comunistas, cuyos fusilamientos o confinamientos fueron confirmados personalmente por Stalin y los dirigentes del partido. Las listas, editadas con la colaboración de los archivos del presidente de Rusia, hacen referencia a la represión del 36 y el 37 y pueden consultarse en versión original (www.memo.ru). Son sólo una pequeña parte de un exterminio organizado que afectó a millones de personas.

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"Se celebran ahora muchas conferencias que quieren valorar objetivamente a Stalin, su lado bueno y su lado malo. Esto nos aporta poco si no reconocemos de antemano que era un delincuente. Sólo después podemos analizar las realidades históricas", señalaba Nikita Ojotnik.

La repetición del estalinismo como sistema es poco probable en Rusia hoy, según Yuri Afanásiev, el rector de la Universidad Humanitaria de Rusia, que se confiesa, sin embargo, preocupado por "la pervivencia de elementos de totalitarismo y autoritarismo" y por la demanda de la figura de Stalin que -en función del anhelo de orden o patriotismo- existe tanto entre los ciudadanos de a pie como de los dirigentes de su país. Afanasiev denuncia la publicación de libros que revisan la figura de Stalin y valoran su época de forma positiva aceptando como algo natural que los costes del imperio fueron las vidas humanas.

Rusia no ha sufrido la confrontación con su pasado vivida por Alemania. El eclecticismo domina la exposición dedicada a Stalin en el Museo de Historia Moderna (el antiguo Museo de la Revolución), en la que se exhiben imaginativos regalos al dictador. En el libro de visitantes alguien ha escrito: "Stalin. !Qué fuerte!", y Stalin es comparado con "Prometeo" y "Espartaco". Julia Lechler, de Berlín, sin embargo, ha puesto los puntos sobre las íes: "En la Rusia de hoy, como en esta exposición, se puede dar la impresión de que renace el culto a Stalin. ¿Dónde está la sala para la represión de millones de víctimas?".

"Llegará un día en el que veremos a Stalin como una figura histórica semejante a Pedro I. ¿A quién le importa hoy que Pedro fuera cruel y que edificara San Petersburgo sobre huesos humanos", me comentaba una bibliotecaria jubilada.

Para Guennadi Ziugánov, el dirigente del Partido Comunista de Rusia, no parece tener demasiada importancia, a juzgar por sus lamentos, pronunciados -¡cómo no!- en una conmemoración de aniversario: "No supimos cumplir el testamento de Stalin, no supimos conservar la gran potencia". "Nuestro país no puede vivir sin el poder soviético y sin socialismo y nosotros se lo devolveremos al pueblo", anunció.

El cadáver de Stalin reposa en un ataúd flanqueado por (de izquierda a derecha) Jruschov, Beria, Malenkov, Bulganin, Vorochilov y Kaganovich.
El cadáver de Stalin reposa en un ataúd flanqueado por (de izquierda a derecha) Jruschov, Beria, Malenkov, Bulganin, Vorochilov y Kaganovich.ZARDOYA

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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