Hollywood se moviliza por la paz
Más de cien artistas del cine y la televisión envían una carta antibélica al presidente Bush
Agrupados bajo el nombre de Artistas para Ganar sin Guerra, grandes figuras de Hollywood se han lanzado al ruedo atacando a la Administración de Bush y utilizando su fama y reconocimiento público en la campaña contra la guerra en Irak. Muchos ponen en juego el futuro de sus carreras, han sido objeto de duras críticas y puestos en ridículo por su ingenuidad, supuesta falta de patriotismo o llano izquierdismo. Martin Sheen ha encabezado la protesta antibélica, a la que se han sumado estrellas como Susan Sarandon, Tim Robbins, Meryl Streep, Martin Scorsese, Anjelica Huston, Jessica Lange, Dustin Hoffman, Sean Penn y Oliver Stone, aunque aún es una incógnita cómo afectará la protesta a la 75ª edición de los Oscar, que se celebra el día 23.
Si en la guerra de Vietnam fue la actriz Jane Fonda quien personificó las protestas del mundo artístico de Hollywood y en gran medida de todo el movimiento antibélico contra la política del Gobierno estadounidense, ante el anuncio de guerra contra Irak es el actor Martin Sheen quien ha tomado el lugar de Fonda. El pasado fin de semana se emitió en televisiones locales de cable en varias ciudades de Estados Unidos un anuncio en el que Martin Sheen, que encarna al presidente en la serie The west wing, implora que no se invada Irak. "Las inspecciones funcionan; la guerra no", advierte el actor en el anuncio, que cadenas nacionales como Fox o CNN se negaron a incluir.
Los artistas jugaron un papel importante llamando al público a que participara el pasado miércoles en el llamado Día de Protesta Virtual, en el que se les pedía a los ciudadanos que enviaran mensajes por correo electrónico y por fax y que hicieran llamadas telefónicas a la Casa Blanca y al Senado en Washington expresando sus opiniones.
Según explicó el actor James Cromwell, la protesta serviría para que "la gente común tenga la oportunidad de expresar su desacuerdo con la política de la Administración Bush".
Sheen señaló que el mensaje a Washington es claro: "No hay que invadir Irak. Es posible contener a Sadam Husein sin necesidad de matar a gente inocente, utilizando lo de la guerra contra el terrorismo y poniéndonos a todos en peligro".
Otras figuras de Hollywood, como la actriz Meryl Streep o el director Martin Scorsese, también han opinado sobre el conflicto con Irak y han comentado que esperan "que haya otra manera" de solucionar la crisis sin necesidad de llegar a la guerra.
Bombardeo diario
Ante la amenaza de un ataque a Irak, la sociedad estadounidense es bombardeada diariamente con el discurso de la Administración Bush sobre la necesidad de la guerra. Y aun cuando hay rumores de que se han cancelado contratos a artistas que se han manifestado contra el conflicto (Sean Penn ha afirmado que es una de las víctimas); o que, en efecto, cierta prensa critica a las celebridades por opinar en un tema del que se dice no saben nada; o que incluso hay divisiones en Hollywood con algunos artistas que están demostrando un apoyo tácito a la guerra (entre ellos, Tom Cruise y Harrison Ford), lo cierto es que la participación en la protesta antibélica es inusual.
"Hay toda una nueva generación de artistas protestando, algunos de los cuales nunca habían hecho antes nada parecido", explicó Robert Greenwald, director y productor, y uno de los dirigentes de la organización Artistas para Ganar sin Guerra. Gente como Jeananne Garofalo, Anjelica Huston, Matt Damon y Esai Morales son algunos de los artistas de esta nueva mentalidad de la que habla Greenwald. Todos ellos forman parte del grupo de más de cien artistas del cine y la televisión que enviaron una carta al presidente Bush en la que se advierte de que una invasión de Irak dañará el interés nacional de Estados Unidos y la posición moral del país en el mundo, sin contar con el sufrimiento humano que provocará.
Entre los firmantes hay viejos conocidos del mundo liberal de Hollywood, como Martin Sheen, Mike Farrel, Ed Asner, Jessica Lange, Danny Golver, Tim Robbins y Susan Sarandon.
"Considerando que la guerra ni siquiera se ha iniciado y que la gente en Hollywood está siempre al cuidado de su interés económico y profesional, sin duda que existe una alta participación en las protestas", señaló Marc Cooper, comentarista del semanario Los Angeles Weekly. "Está sucediendo algo que no se veía desde los inicios de los años ochenta, cuando mucha gente en Hollywood se involucró en los conflictos en Centroamérica".
La fama, sin embargo, no es garantía en Estados Unidos de ser escuchado y puede llevar incluso a ser ridiculizado. En una conferencia de prensa de hace unas semanas, en la que se anunció la carta al presidente Bush, un reportero de televisión les preguntó a los artistas si aceptarían estar equivocados si una vez que Sadam Husein sea derrocado aparece la gente en las calles de Irak celebrando la invasión de Estados Unidos, o si había algún republicano entre los que protestaban.
Habitualmente, además, en programas de radio y televisión, se critica a los actores por ser "antiamericanos", "comunistas" o "lo que sea", o se dice que utilizan su fama para venderle "esta basura al público".
Ha sido tanta la controversia que el prestigioso crítico de televisión del diario Los Angeles Times, Howard Rosenberg, escribió una columna en defensa del derecho de los artistas a dar su opinión sobre la guerra. "Las estrellas tienen derecho a pensar", titula Rosenberg la columna, en la cual hace un recuento de las recientes intervenciones, criticando a la Administración Bush, de Dustin Hoffman, Edward Norton, George Clooney y Oliver Stone en sus últimos viajes a Europa. "La fama es una arma potente y debe ser usada como ciudado. Expresarse en público forma parte de la manera de ser estadounidense", añade el crítico.
Como ha declarado el actor y director Tim Robbins, los artistas simplemente hablan por los millones de personas que carecen de voz: "Es un privilegio y un honor, pero también sé que hay mucha gente que no puede ser escuchada".
Babelia
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