Rehacer todos los papeles

La imposibilidad de anticipar la financiación de proyectos de investigación con fondos europeos de cohesión (fondos Feder) va a obligar al Ministerio de Ciencia y Tecnología a rehacer cada una de las resoluciones por las que se aprobaron cada uno de los más de 5.000 proyectos en los que aparece esta fuente de financiación en los últimos dos años (2001 y 2002). Cada proyecto tiene una duración de tres años y se financia anualmente, lo que quiere decir que los que empezaron en los años citados siguen vivos y además muchos proyectos no han recibido todavía el dinero correspondiente a fondos Feder en la anualidad de 2002 por los ya habituales retrasos en la gestión.

Como no se puede financiar la anualidad correspondiente a este año bajo una resolución no ajustada a la legalidad, habrá que rehacer las resoluciones para establecer que el dinero adelantado para los proyectos es español en su totalidad y no europeo. Luego, a proyecto terminado, se podrán presentar las facturas o certificaciones pertinentes para que Bruselas pague el dinero adelantado por el Ministerio de Hacienda español, siempre que se habilite la línea de crédito que Ciencia y Tecnología va a solicitar.

Este ministerio aseguró ayer que todo este papeleo se hará internamente y no se verán afectados los investigadores y las instituciones en las que trabajan (universidades y centros públicos de investigación fundamentalmente). La negociación en los últimos días con la Comisión Europea ha permitido, según fuentes conocedoras del tema, que no haya que justificar las anualidades ya vencidas ni rehacer todo el expediente de cada proyecto, sino sólo la resolución correspondiente a las anualidades pendientes.

Los investigadores deben empezar a recibir el dinero correspondiente a este año en septiembre. La mera enumeración de todo el papeleo que habrá que hacer en el ministerio en muy pocos meses hace temblar a los que han sufrido la mala gestión del nuevo departamento, denunciada por última vez por las universidades hace sólo tres días. Los vicerrectores de investigación de las 67 universidades calificaron entonces de calamitosa la gestión y señalaron la falta de una dirección política, en alusión al ministro Piqué.