Suiza despliega su poderío

"Suiza tiene una de las mayores concentraciones de museos del mundo, una larga tradición de coleccionismo privado así como una activa escena de galerías y artistas. De hecho, es uno de los cinco principales países en el mercado del arte", explica Samuel Keller, director de la feria de Basilea, el encuentro comercial de arte más importante del mundo, y también de la nueva feria Art Basel Miami, cuyos buenos resultados en su primera edición auguran que a Arco le ha salido una feroz competidora a la hora de atraer a los coleccionistas latinoamericanos. Como era de esperar, toda esta potencia se ha hecho notar en esta edición de Arco, que ayer recibió una auténtica avalancha de visitantes, y en la que Suiza es el país invitado.

Algunos galeristas consideran que el público español es aún demasiado conservador

La fuerza del mercado del arte suizo se conocía, pero no tanto la creación propia de este país en el que últimamente sobresalen figuras como Pipilotti Rist, Peter Fischli& David Weiss y John Armleder. Para el comisario de Suiza en Arco, Martin Schwander, desde finales de los años noventa, una nueva generación de galeristas ha conseguido una amplia influencia internacional de la que se han beneficiado los jóvenes artistas suizos, que ya no se ven obligados a emigrar para conseguir entrar en el circuito global. Para explicar este contexto, y pese a ser un país muy descentralizado en el que el principal gasto cultural lo asumen los municipios y cantones, la Fundación Pro Helvetia, de ámbito nacional, ha realizado un espectacular esfuerzo de promoción organizando más de una docena de exposiciones de artistas suizos en museos y centros madrileños que han permitido que el público se familiaricen con buena parte de los creadores a los que representan los galeristas invitados en Arco. Es el caso, por ejemplo, de la galeria Stampa, que representa a Miriam Cahn, de la que puede verse una monográfica en el centro de la Fundación La Caixa, y a Gerda Steiner&Jörg Lenzlinger, con una instalación en La Casa Encendida.

"Arco es una feria muy viva, lo único que encuentro es que el público en general no está muy informado sobre el arte contemporáneo internacional, aunque supongo que esto cambiará en los próximos años", indica Gilli Stampa, directora de esta galería de Basilea. Victor Gisler, de la galería de Zurich MAI 36, también considera un tanto conservador y poco internacional al coleccionista español. "La organización ha sido buena y he vendido cosas, pero como ya conocía la feria he optado por traer más pintura, que es casi lo único que se vende aquí", explica Gliser, que se extraña de que en España haya pocos galeristas jóvenes.

Al igual que muchos de sus colegas, el galerista Urs Meile, de Lucerna, está satisfecho con el resultado de la feria. "Me ha sorprendido porque especialmente los dos primeros días fueron muy buenos", comenta Meile, que en su galería presenta a artistas suizos y chinos.

Pero si las 18 galerías invitadas tienen una oferta del arte contemporáneo, tanto suizo como internacional, más puntero, otras cuatro salas muestran en la feria que su poderío abarca todas las épocas. Los espacios de las históricas galerías Jan Krugier Dithesheim & Cie y Beyeler presentan grandes obras de los maestros de la vanguardia como Picasso, Tanguy, Morandi o Miró; en la galería Bruno Bischofberger se exhiben los últimos barcelós, una de las atracciones de esta feria, y en Art & Public, de Ginebra, se presentan trabajos de Paul Morrison, Louse Lawler y Cindy Sherman, entre otros.