EE UU estudia boicotear el vino y otros productos franceses y alemanes

Irritados por la oposición de Francia y Alemania a los planes bélicos de Washington, destacados miembros del Congreso de EE UU están estudiando la posibilidad de imponer sanciones económicas a los dos países europeos. Según el diario The Washington Post, el propio presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, ha comunicado a sus colaboradores que su objetivo es restringir las importaciones de dos de los productos franceses más populares en EE UU: el vino y el agua mineral. Un restaurante de Nueva York anunció ayer que ha retirado los caldos franceses de su carta de vinos, y una empresa francesa de venta de quesos por Internet ha recibido numerosas cancelaciones de los pedidos procedentes de EE UU.

"Francia y Alemania están perdiendo credibilidad cada día que pasa y, en mi opinión, están perdiendo influencia en el mundo", declaró el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Tom DeLay. "Están caminando por una cuerda floja muy peligrosa".

Hastert, número tres en la línea de mando de EE UU, ha dado instrucciones a sus compañeros de partido para que estudien la posibilidad de imponer por ley nuevos requisitos sanitarios a las botellas de Evian y otras aguas minerales francesas. Francia, primer exportador de agua a EE UU, vendió casi 250 millones de litros en 2001 en ese país.

Un grupo de senadores, incluyendo al republicano John McCain y el demócrata Joseph Lieberman, ha anunciado que propondrán una resolución para dar las gracias a 18 países europeos por su apoyo a EE UU y condenar la postura de Francia y Alemania.

El diario económico Financial Times señalaba ayer que las empresas alemanas están preparando campañas publicitarias para impedir que la disputa diplomática con EE UU acabe convirtiéndose en una trifulca comercial. "Hay señales claras de que las dificultades políticas están comenzando a afectar a las transacciones comerciales", dijo la asociación de exportadores alemanes, BGA. Alemania exportó en 2001 a EE UU -su segundo socio comercial, tras Francia- bienes y servicios por valor de 67.800 millones de euros.

Entre las señales de que la llamada brecha transatlántica está dañando los intercambios comerciales figura Camembert.com, una empresa francesa de venta de quesos por Internet, que ha visto caer los pedidos de EE UU. "Pam y yo hemos disfrutado mucho de sus envíos en el pasado, pero, a causa de la posición actual de su Gobierno de no respaldar a EE UU con respecto a Irak, no queremos apoyar a Francia de ningún modo. Lo sentimos", afirma un mensaje de correo electrónico enviado a la empresa, que vende el 80% de su producción en EE UU.

Ayer, el propietario de un restaurante de Manhattan anunció que ha decidido retirar de su carta de vinos todos los productos franceses. "Mi gesto no va a arruinar la economía francesa", dijo el italoamericano Enzo Lentini, de 37 años. "Quiero, simplemente, protestar".