_
_
_
_
_

Savater y Pardo recorren los desafíos de la filosofía en un libro de conversaciones

Los autores defienden la necesidad de un pensamiento que refleje los conflictos del mundo

José Andrés Rojo

El asesinato a manos de ETA de Joseba Pagazaurtundua, militante socialista y destacado miembro de ¡Basta Ya!, el pasado sábado en Andoain se convirtió en el inevitable telón de fondo del encuentro que mantuvieron este lunes Fernando Savater y José Luis Pardo con un grupo de periodistas para hablar de Palabras cruzadas (Pre-Textos). La brutalidad terrorista volvió así a reclamar la atención de los pensadores que, en su libro, no dejan de reflexionar sobre los conflictos del mundo. Y es que la filosofía que defienden no puede practicarse a espaldas del presente.

"Si sólo hubiera que defenderse de la superstición para estar por encima de todo, seríamos muy dichosos. Pero hay que vivir con los hombres; queremos que nos tengan en consideración; deseamos encontrar en ellos sentido común, justicia, benevolencia, franqueza, y no encontramos más que los defectos y vicios contrarios". Así le escribía Madame du Deffand a Voltaire en una de las múltiples cartas que la dama aristocrática, culta y libertina, le mandó en el siglo XVIII al gran filósofo de la Ilustración. Fernando Savater (San Sebastián, 1947) se acordó de ella cuando habló de Palabras cruzadas, el libro que reúne las conversaciones que ha sostenido -vía correo electrónico- con José Luis Pardo (Madrid, 1954) durante el último año. "Lo fascinante de Madame du Deffand era que siempre lograba provocar o seducir a Voltaire, y conseguía que le contestara, por liado y lleno de compromisos que estuviera".

También Savater lleva una vida llena de trabajo y muchas complicaciones, pero José Luis Pardo ha sabido también provocarlo y seducirlo, y así, "al final de cada tarde, y después de haber estado el día entero con las memorias que estaba escribiendo, acudía al correo para enfrentarme al nuevo envite que Pardo me proponía". "La idea surgió del editor", comenta este último, "y se lo comenté a Savater, pero nunca pensé que finalmente su interlocutor iba a ser yo. Pero los correos fueron viajando de un sitio a otro y, al final, nos encontramos embarcados en la propuesta. Menos mal que fue por correo electrónico, que puedes pensarte las cosas. No es nada fácil mantener un pulso con Savater a viva voz".

Una invitación a la filosofía: ése es el subtítulo del libro. En una de sus intervenciones, Savater recuerda a Isaiah Berlin, que una vez respondió a las críticas que se le hacían por haber abandonado la filosofía diciendo: "Quise dedicarme a un estudio en el que al final se supiera más que al principio". De eso precisamente hablan Pardo y Savater, del carácter gratuito y arriesgado de la filosofía. "Nunca se sabe más", comenta Savater, "nunca adquieres más conocimientos. La filosofía no produce ganancias que se puedan medir. Es una práctica, una gimnasia". En el libro es más preciso: "¡La filosofía no es un modo de llegar al conocimiento, sino un pretexto para ejercitar el pensamiento!".

"Ver un poco más claro lo que nos pasa", así define José Luis Pardo el propósito de estas conversaciones, que discurren sin seguir un itinerario prefijado y en las que el ruido del mundo invade con frecuencia las consideraciones más abstractas en las que se afanan los dos pensadores. "La filosofía es la mirada de la ciudad sobre sí misma", escribe Pardo en una de sus intervenciones, y ése tal vez sea el mayor reto del libro, el de pensar lo que nos pasa en el interior del desorden que habitamos y no desde la distancia impoluta de la torre de marfil. Luego está, también, la reflexión sobre la propia situación de la filosofía en la sociedad actual. "Si en este mundo lo que interesa es lo que se puede medir, pesar, consumir, es lógico que la filosofía haya pasado a un segundo plano", observa Savater. Y en el libro hay un pasaje en el que el propio Savater escribe: "Ahora dejemos por un instante nuestro diálogo, volvámonos hacia la platea invisible por los focos de nuestra arrogancia amistosa que nos ciegan y gritemos al unísono: '¿Hay alguien ahí?".

Sentido común

¿Hay alguien todavía interesado en esta vieja disciplina que los griegos practicaron con tanta destreza para iluminar la variedad de conflictos de la vieja polis? "Hay que vivir con los hombres", le escribía Madame du Deffand a Voltaire, y le decía que en ellos "deseamos encontrar sentido común". Hay mucho sentido común en estas páginas en las que, sobre todo, se habla de vivir con los hombres. Alguna vez se cuenta en ellas, citando a Marcel Gauchet, que hemos pasado de la "oferta de sentido" a la "búsqueda de sentido". Pardo: "Ese cambio se produce con la Ilustración, cuando se pone en cuestión a las religiones y hace falta ponerse a pensar". Savater: "Las religiones producían un consuelo que las ideas no ofrecen. Hace unas horas, cuando visité el tanatorio donde estaba el cuerpo de Joseba Pagazaurtundua, a los pocos minutos no sabía qué hacer. Las personas religiosas, en cambio, tienen recursos. Se persignan, rezan. Tienen sus rituales".

Y así, poco a poco, vuelve de nuevo el ruido del mundo. Los filósofos, y todos los demás, se retiran. Afuera están los conflictos. Afuera es donde la filosofía tendrá que seguir sirviendo como espejo de las contradicciones del presente.

Fernando Savater (a la izquierda) y José Luis Pardo.
Fernando Savater (a la izquierda) y José Luis Pardo.CLAUDIO ÁLVAREZ
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_