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Tribuna:DESAPARECE UN MAESTRO DE LA LITERATURA
Tribuna
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La amargura irremediable

José Andrés Rojo

"Hasta hoy lo mejor contra la muerte es mantenerse vivo el mayor tiempo posible, siempre que no se haga un esfuerzo tan fuerte o prolongado que dé al traste con la idea original". La anotación está incluida, bajo el epígrafe "Muerte (Lucha contra la)", en la tercera parte de Lo demás es silencio. La vida y obra de Eduardo Torres, que Augusto Monterroso publicó en 1978. Es una parte en la que Monterroso incluye la selección realizada por el estudioso Don Juan Manuel Charrasquilla de "aforismos, dichos famosos, refranes y apotegmas del doctor Eduardo Torres". La frase citada, concretamente, fue publicada por Torres en El Heraldo de San Blas, en "Dos o tres textos sobre Juan Rulfo". La siguiente anotación lleva el epígrafe "Mujer", y dice: "La mujer es el ser más maravilloso de la Creación; pero no deja de dar sus problemas (ver ilustración)", y es una nota de Torres a Efraín Huerta.

"Un anuncio decía: 'No hable mucho, telegrafíe'. Y yo lo interpreté al pie de la letra"
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En Los buscadores de oro, el libro autobiográfico que Monterroso publicó en 1993, reconoce formar parte de "una familia errante, inestable". "Toda mi infancia fue un pasar de una casa a otra, de la que apenas recuerdo habitaciones espaciosas y de altos techos, cuartos aislados, tragaluces por los que la luz del sol caía en las mañanas dejando ver infinitas partículas de polvo en movimiento...".

Una partícula de polvo en movimiento, y mantenerse vivo como la mejor manera de luchar contra la muerte. Ahora que le ha llegado a Monterroso, se vuelve a establecer de nuevo como una verdad incontrovertible cuán efímero puede ser el viaje de una partícula de polvo. Pero cuántas alegrías da, cuántos momentos de complicidad en el humor, cuánta sencillez, cuánto amor a la vida. Todo eso, por lo menos, en el caso de Monterroso. "Cuando vine a México tropezaba mucho con un anuncio que decía: 'No hable mucho, telegrafíe', que yo interpreté al pie de la letra y quizá, habiéndolo tomado demasiado en serio, sea de donde procede mi tendencia a escribir con brevedad, o por lo menos con frases breves", escribió en La letra e, su atípico diario, que reúne anotaciones de los años 1983, 1984 y 1985.

Telegramas. De un sitio a otro, de un libro a otro de Monterroso, recomponiéndolo con recortes de su prosa, con sus estallidos y sus ráfagas y sus comentarios. "Único propósito del Año Nuevo", escribió también en La letra e al empezar 1985: "Perdonar a mis colegas ser mejores escritores que yo". Y en una conversación con José Miguel Oviedo, tomada de El viaje al centro de la fábula, Monterroso dijo: "Debería desterrarse a todo artista que tome su arte como una tragedia. Tal vez uno tenga derecho a quejarse de la vida, pero no de su oficio. Y menos del de escribir. Escribir es una manía, una afición como cualquier otra, o una manera de llamar la atención y de satisfacer la vanidad como hay tantas".

"He anotado aquí los nombres de Miguel de Cervantes, de Jonathan Swift y de Herman Melville; tendría que añadir los de Quinto Horacio Flaco y Miguel de Montaigne, así, como han ido saliendo", escribió en uno de los textos reunidos en La vaca (1998) y donde Monterroso reflexionaba sobre los autores que lo habían influido. "Cinco autores entregados a lo suyo hasta el último día de sus vidas, sus vidas enteramente mezcladas con su arte; dedicados a observar, aceptar o rechazar: tres de ellos con una sonrisa; dos, con amargura irremediable. Si es que he de hablar de mí, desde muy joven caí en sus brazos, por no decir en sus garras".

¿Pueden servir estos fragmentos para hacerse un retrato a todo correr de la hermosa obra de Monterroso, de toda esa vida manteniéndose vivo para luchar contra la muerte? Quién sabe. Que sirvan, cuando menos, como homenaje a cuanto escribió y donde siempre hubo sitio para despertar una sonrisa y luego el golpe que abre ese hueco del interior donde se descubre a veces la amargura irremediable, la tristeza, el dolor, la melancolía.

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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