Irak cree que Bush falseará las pruebas sobre su arsenal
Los inspectores encuentran una ojiva y el molde para fabricar cohetes
El general Amir Saadi no sólo es uno de los tres científicos más relevantes de Irak, y en calidad de tal, asesor presidencial para asuntos científicos, sino un excelente orador. Apoyándose en su buen inglés y su tono cordial, Saadi defendió ayer ante una delegación de parlamentarios europeos que su país no oculta en la actualidad armas de destrucción masiva y que acepta de buen grado las inspecciones de desarme.
Pocas horas antes, un equipo de expertos de la ONU descubrió una vieja ojiva, que los iraquíes se apresuraron a precisar estaba incluida en su declaración del pasado diciembre, y un molde para fabricar cohetes.
Blix y El Baradei regresarán el sábado a Bagdad para pedir más cooperación
"Nos sorprendería que sacaran a la luz algo que nosotros no sabemos", contestó el general con un punto de sarcasmo cuando se le preguntó si le preocupaban las pruebas que EE UU ha prometido presentar mañana ante el Consejo de Seguridad. "Es un gran país y puede fabricar un incidente o falsificar una prueba", bromeó. "No esperamos nada nuevo, porque si tuvieran alguna prueba, lo lógico es que se la hubieran facilitado a los inspectores. Se habla de fotos de alta tecnología y de llamadas interceptadas entre altos funcionarios iraquíes, pero tienen bastantes iraquíes que se pueden hacer pasar por funcionarios", añadió escéptico.
Sin embargo, el propio Saadi se vio sorprendido cuando una eurodiputada le preguntó por la ojiva y el molde que uno de los equipos biológicos de la ONU había encontrado poco antes en el complejo de Al Nidah, a una quincena de kilómetros al sur de Bagdad. Se trata de la cabeza momificada de un misil de fabricación rusa Luna (con 70 kilómetros de alcance) y de un molde para fabricar cohetes de 20 centímetros de diámetro, ambos inutilizables, según los iraquíes. El general dijo desconocer este hallazgo que, sorprendentemente, fue difundido antes por la agencia oficial de noticias iraquí INA que por los propios inspectores.
"Da la impresión de que tratan de evitar que el menor incidente pueda convertirse en un pretexto para el ataque", señaló un observador. Y en efecto, ése parecía el tono de Saadi, quien con posterioridad aseguró a un pequeño grupo de periodistas: "Voy a trabajar hasta el final para demostrar que este país se ha deshecho de sus armas de destrucción masiva. Dennos una oportunidad".
Este alto responsable del programa militar iraquí, reconvertido en supervisor del desarme, explicó a los eurodiputados que las dos principales diferencias con los inspectores se centran ahora en el uso de aviones de reconocimiento estadounidenses U-2 y en las declaraciones sin testigos de los científicos. "Hemos pedido a la ONU que durante el vuelo de esos aparatos sobre territorio iraquí se suspenda la intromisión en las llamadas zonas prohibidas al vuelo", dijo Saadi, quien adujo razones de seguridad. "Los U-2 son aviones pequeños que vuelan a baja altura y por lo tanto constituyen un objetivo fácil, así que la Fuerza Aérea nos pediría que dejáramos de responder a los ataques angloamericanos".
Respecto a las entrevistas con quienes supuestamente han trabajado en programas de desarrollo de armas prohibidas, repitió la postura oficial. "Es una decisión de cada cual", dijo, aunque le pareció razonable que los científicos deseen la presencia de algún miembro del Departamento Nacional de Seguimiento (DNS). Dado el hermetismo del régimen iraquí, existe la sospecha de que las personas requeridas por los inspectores reciban amenazas para que no revelen lo que saben. Ambos asuntos estarán en la agenda de Hans Blix y Mohamed el Baradei, los responsables de los equipos de inspección de la ONU, cuando el próximo sábado regresen a Bagdad.
De momento, un portavoz oficial ya ha anunciado que no va a recibirles el presidente Sadam Husein, tal como se había especulado. "Los responsables encargados de atenderles cuentan con su autorización", precisó la fuente, en referencia al propio Saadi y al general Husam Mohamed Amín, que dirige el DNS, el organismo iraquí que atiende a los inspectores.
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