El Gobierno de EE UU anuncia que instalará una Administración civil en Irak tras la guerra
Washington iniciará el ataque con una lluvia de bombas de precisión en las primeras 48 horas
Estados Unidos ya tiene listas la guerra y la posguerra en Irak. Por primera vez, un miembro del Gobierno estadounidense ha reconocido que Washington planea quedarse en Bagdad - "para evitar que cunda la violencia y mantener la unidad del país"- e instalar una "Administración civil" tras la previsible caída de Sadam Husein si se produce una guerra. Nuevos detalles de la ofensiva hablan de una lluvia de 3.000 bombas inteligentes y misiles de precisión en los dos primeros días del conflicto, diez veces más que los que se usaron en la primera guerra del Golfo en 1991.
En una entrevista publicada ayer en el diario gubernamental egipcio, Al-Ahram, la consejera del presidente George W. Bush en asuntos de Seguridad, Condoleezza Rice, aseguró que "Estados Unidos y sus aliados permanecerán un cierto tiempo en Irak para impedir que cunda la violencia, mantener la unidad del país y asegurar la distribución de la ayuda humanitaria".
Hasta ahora los planes de Washington en la era pos-Sadam sólo se conocían por filtraciones a la prensa de altos funcionarios del Gobierno y reiteradas declaraciones oficiales sobre la necesidad de "un cambio de régimen" en Bagdad.
Según Rice, EE UU no formalizará su ocupación con un Gobierno militar, como hizo en Japón tras la II Guerra Mundial. "Trabajaremos para instaurar una Administración civil y acelerar el funcionamiento de los ministerios. (...) Recurriremos a un grupo procedente de EE UU para poner en marcha de nuevo la Administración". "En cuanto a los detalles políticos", precisó la consejera, "debemos tener en cuenta que Sadam Husein lleva gobernando Irak desde hace más de 20 años y los futuros líderes políticos tardarán en aparecer".
Las declaraciones de Rice son parte de la campaña de relaciones públicas que Washington ha desplegado para apaciguar a la opinión pública árabe, asegurando que no tiene intenciones colonialistas en Irak. Ayer también quiso transmitir que la guerra es inelubible y llegará muy pronto.
En una entrevista a otro diario árabe, el rotativo saudí Asharq Al-Awsat, Richard Perle, uno de los principales consejeros del Pentágono, afirmó que "la guerra empezará dentro de poco (...) y EE UU tendrá la situación controlada en 30 días".
El último sondeo, hecho público por el Washington Post y la cadena de televisión ABC, indican que cada vez más estadounidenses están a favor de un ataque, el 66% respecto al 57% de mediados de enero. Más de la mitad, el 51%, apoyaría la guerra incluso sin Naciones Unidas. En diciembre eran tan sólo el 37%. La mayoría quiere ver más pruebas de las presuntas infracciones de Sadam Husein, de ahí que la presentación del secretario de Estado, Colin Powell, el próximo miércoles en la ONU, se considere como la pieza clave para conseguir el respaldo del resto de la opinión pública estadounidense.
El ataque será masivo, total y contundente y arrasará en 48 horas los principales símbolos y centros de control del régimen iraquí, preservando, sin embargo, las infraestructuras civiles de cara a una futura reconstrucción. Los datos de la ofensiva que desvelaba ayer el New York Times hablan de una lluvia de 3.000 bombas inteligentes y misiles de precisión, diez veces más que las que se usaron en la primera guerra del Golfo.
Bombas de microondas
La idea es romper la cadena de mando para provocar deserciones masivas en un Ejército iraquí desanimado e infraequipado. La intensa campaña área se llevaría desde las bases de los países vecinos, esencialmente Qatar, Kuwait, Bahrein y probablemente Turquía, y los cuatro o cinco portaaviones que naveguen por las aguas del Golfo.
El Pentágono también podría usar un nuevo tipo de bomba de microondas de alto voltaje, llamadas HPM (high-power microwave), que pueden paralizar las instalaciones electrónicas del enemigo, incluidos radares y ordenadores, sobrecargando sus sistemas con millones de voltios.
Fuerzas especiales del Ejército de EE UU encabezarían el despliegue terrestre, atacando simultáneamente más de 20 objetivos dentro de Irak, puestos estratégicos de mando y presuntas instalaciones de armas químicas o biológicas. EE UU tiene desplegados en la zona unos cien mil soldados y otros 50.000 deberían llegar en las próximas dos semanas. El Reino Unido debería aportar alrededor de 25.000 soldados.
El New York Times daba la evolución del calendario lunar indicando que los mejores días para el ataque son entre fines de febrero y la primera semana de marzo. EE UU espera usar Turquía como corredor hacia el Kurdistán. Para evitar tensiones con Ankara, que aún no ha confirmado su participación en la guerra, Washington evitaría tener estacionadas un gran número de tropas en el país.
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