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Las consecuencias políticas de un vertido | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Los cambios de Gobierno que prepara Fraga desatan una batalla contra su 'número dos'

Consejeros y dirigentes del PP gallego aprovechan la crisis para intentar la salida de Xosé Cuiña

Xosé Hermida

La crisis en el PP gallego tras el naufragio del Prestige se ha agudizado en los últimos días sin que el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, consiga zanjar las disputas. La proximidad de la remodelación del Gobierno autónomo, anunciada por Fraga para finales de enero, aviva la batalla, con el eterno debate sobre la sucesión del veterano presidente, de 80 años, como telón de fondo. Miembros del Ejecutivo y dirigentes del partido piden a Fraga que aproveche el cambio para deshacerse del que durante mucho tiempo ha pasado por su delfín, el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Xosé Cuiña.

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Las fricciones, según han confirmado fuentes del PP gallego, arrancan de antiguas rencillas internas y han estallado definitivamente por las diferencias que se suscitaron en la crisis del Prestige sobre el papel de cada consejero y las relaciones con el Gobierno central. A Cuiña sus detractores le acusan de haber estado ausente en los días que siguieron al naufragio para no comprometer sus aspiraciones de suceder a Fraga, y le achacan que, cuando la situación se había puesto más tensa, tratase de abanderar un cambio en el manejo de la crisis.Cuiña niega estas acusaciones.

Esa actitud enfureció a algunos de sus compañeros, especialmente al consejero de Pesca, Enrique López Veiga, que dio la cara ante los afectados desde el primer día e incluso tuvo que sufrir alguna bronca pública. A las críticas a Cuiña se han sumado otras voces del partido. La dirección nacional siempre fue recelosa al protagonismo del consejero de Política Territorial, incluso en la etapa en que ocupó la secretaría regional del PP. Pero los detractores han llegado ahora más lejos, y al menos un consejero ha planteado abiertamente a Fraga que su continuidad en el Gobierno es incompatible con la de Cuiña, según señalaron fuentes de la Xunta. El presidente no ha dado indicaciones de cuál será su decisión final, pero ayer defendió la labor del encausado. "Ha estado absolutamente en su sitio", declaró.

La disputa se remonta al pasado 1 de diciembre, durante una reunión extraordinaria del consejo de Gobierno, horas después de que 150.000 personas exigiesen dimisiones en las calles de Santiago. Cuiña, con otros consejeros, planteó al gabinete que era necesario que la Xunta tomase una actitud más decidida ante la crisis, sin ir a remolque de la Administración central. Además, propuso que se votase a favor de la investigación parlamentaria que reclamaba la oposición, y que finalmente se ha frustrado por la negativa del Gobierno central a que compareciesen representantes de la Administración del Estado.

La intervención de Cuiña provocó un agrio debate con los titulares de Pesca, Enrique López Veiga, y Economía, José Antonio Orza, que se sintieron cuestionados. Fraga cedió entonces a parte de las pretensiones de Cuiña y le nombró coordinador de una comisión para dar apoyo a los marineros que recogían el fuel con sus medios particulares.

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Fraga deberá tomar una decisión en los próximos días, una vez que ha anunciado que el cambio de Gobierno estará listo a fin de mes. Es seguro el relevo de las consejeras de Familia, Manuela López Besteiro, y de Asuntos Sociales, Corina Porro, que se van a dedicar por entero a sus respectivas campañas para las alcaldías de Lugo y Vigo.

El titular de Medio Ambiente, Carlos del Álamo, puede convertirse en la víctima más directa del Prestige, según fuentes del PP gallego, que tampoco descartan la entrada en el gabinete de Jesús Palmou, secretario regional del partido, y de Jose Manuel Barreiro, diputado regional del PP y vicesecretario general de este partido en Lugo.

Xosé Cuiña y Manuel Fraga, durante un congreso del PP gallego celebrado en Santiago de Compostela.
Xosé Cuiña y Manuel Fraga, durante un congreso del PP gallego celebrado en Santiago de Compostela.LALO R. VILLAR

Xosé Cuiña: "No voy a dimitir"

"No voy a dimitir", sentenció rotundamente Xosé Cuiña, el consejero gallego de Obras Públicas y secretario general del PP en Galicia hasta 1999, en una breve conversación con este periódico. Cuiña desmintió además que haya puesto su cargo a disposición del presidente de la Xunta Manuel Fraga en respuesta a los intentos de apartarle del Gobierno autonómico, como informó ayer la cadena SER y señalaron también algunas fuentes del Partido Popular.El propio Fraga aseguró que el consejero no le ha presentado su renuncia. Cuiña subrayó que su departamento estuvo volcado durante varios días en la crisis del Prestige, después de que Fraga le encargase a principios de diciembre la coordinación de medios para colaborar con los marineros en la lucha contra el fuel, y negó que hubiera trazado estrategias de confrontación con las que marcaba el Gobierno central desde Madrid. La consejería que dirige Cuiña gastó más de seis millones de euros (1.000 millones de pesetas) de sus presupuestos en el reparto de contenedores, grúas y equipos de limpieza.Fraga, por su parte, admitió la existencia de "pequeñas divisiones" en su ejecutivo, pero sostuvo que no se le pueden otorgar la categoría de "enfrentamientos". El presidente de la Xunta explicó que está consultando la futura remodelación del Gobierno con todos sus consejeros, a quienes ha invitado a que se expresen libremente. "Nos dimos mutuamente permiso para entrar en todos los terrenos", comentó.Según Fraga, la mayoría de los miembros del ejecutivo está de acuerdo en que la remodelación no debe ceñirse al cambio de las dos consejeras que se presentarán a las elecciones municipales, como estaba previsto antes de que estallase la crisis del Prestige. "Es un buen momento para plantear otras cuestiones de tipo general e incluso orgánicas".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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