El Gobierno calcula que la limpieza del fuel en el mar y la costa costará mil millones de euros
Montoro pide a la Comisión Europea nuevos medios financieros para afrontar la catástrofe
El Gobierno calcula que los gastos de recogida de fuel del Prestige en el mar y en tierra se situarán "entre los 950 y los 1.000 millones de euros, sin contar las ayudas a los afectados ni los costes de los trabajos" en el lugar del hundimiento, según indicó ayer en A Coruña el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy. Éste añadió que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha pedido por carta al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, nuevos instrumentos financieros para afrontar la catástrofe ecológica, "además de los actuales fondos de solidaridad y de cohesión".
Rajoy reconoció en la torre de control marítimo de A Coruña que en las últimas horas el fuel del Prestige ha llegado a 19 nuevas playas de la costa guipuzcoana, "aunque en pequeñas cantidades". Asimismo informó de que 45 barcos pesqueros han salido a recoger pequeñas manchas de chapapote en aguas de Fisterra y del norte de A Coruña y Lugo, donde anteayer el crudo llegó a zonas hasta ahora no contaminadas, como Cariño o Burela. El portavoz del Gobierno consideró que la nueva llegada de fuel a los extremos de la costa cantábrica "puede proceder de la cola de la principal concentración de manchas". Los vientos han acercado a la costa española y alejado de la francesa a esa gran concentración de fuel, que ayer estaba a 75 millas del Cabo de Peñas y a 140 de Francia.
Mariano Rajoy sostuvo, por el contrario, que las manchas que están llegando continuamente a la Costa da Morte han sido arrancadas por la fuerza del oleaje de zonas rocosas o de calas de difícil acceso que no han sido limpiadas. ¿Adónde han ido a parar entonces las 5.690 toneladas que el comité científico estimó a principios de semana que había vertido el Prestige? "En esa zona ha habido vientos muy variables..., lo estamos analizando... Realmente, de momento, no sabemos", contestó el vicepresidente. Lo que sí se sabe es que "vamos a tener que convivir una temporada con la llegada de pequeñas cantidades", según dijo.
Rajoy aprovechó la comparecencia para presentar públicamente al recién designado comisionado del Gobierno para la catástrofe del Prestige, Rodolfo Martín Villa. Éste se limitó a manifestar: "El ofrecimiento de Rajoy, el pasado jueves, no me extrañó, porque todos somos hijos de nuestra biografía". Resaltó que su obligación será "purificar la acción del Gobierno. Ojalá nos disolvamos pronto, porque eso supondría la vuelta a la normalidad".
Rajoy puso especial énfasis en que el mes que viene el Comité Científico del Prestige propondrá al Gobierno una solución técnica para los vertidos del petrolero hundido. También destacó que el Consejo de Ministros aprobará antes de que termine enero un plan especial para Galicia a fin de "promocionar el turismo y todo lo gallego, y para financiar diversas infraestructuras".
Lo que no constituye una "especial preocupación en este momento", según él, son las medidas legales que solicitará la oposición sobre el veto gubernamental a la comparecencia ante la comisión de investigación del Parlamento gallego de cargos de la Administración central y de empresas privadas contratadas por el Gobierno. BNG y PSdG-PSOE solicitaron a los servicios jurídicos de la Cámara gallega un informe sobre las responsabilidades penales de los no comparecientes, y los socialistas instaron a comunicar los hechos a la fiscalía del Tribunal Superior de Galicia.
La comisión de investigación tuvo ayer su primera baja. El diputado y ex portavoz socialista Miguel Cortizo comunicó a su grupo parlamentario su renuncia a participar en lo que consideró "una farsa y una burla a todos los gallegos", según Europa Press. El portavoz del BNG, Alfredo Suárez Canal, señaló a este periódico que "ésta es una Cámara legislativa del Estado, de ámbito territorial gallego. En estas circunstancias, la comisión no vale para nada".
Por otra parte, permanecen a la espera los tres barcos contratados por la Generalitat de Cataluña a la empresa Tuna Supplies, a instancias de ayuntamientos gobernados por el BNG, para colaborar en las tareas de limpieza. Los buques arribaron a primera hora de ayer al puerto de A Coruña, después de que la Consejería de Pesca les prohibiese actuar en las Rías Bajas por temor a que introdujeran en las costas gallegas el mejillón cebra.
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