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"Lula vivió tanto la pobreza que quiere que todos entren en contacto con ella"

La ministra Silva niega que la gira de los ministros brasileños sea un acto de propaganda

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, ha cumplido la promesa electoral de dar un baño de pobreza a los integrantes de su Gobierno con un viaje a algunas de las zonas más míseras del país, para que vean con sus propios ojos la situación en la que viven millones de personas. De buena mañana, el jefe del Estado y 29 de sus 34 ministros salieron ayer de Brasilia para iniciar un recorrido de dos días que comenzó en el Estado de Piauí y continuó en el de Pernambuco, ambos en el pobre noreste brasileño. Hoy seguirá por Minas Gerais (sureste).

Se trata del primer viaje oficial que Lula da Silva realiza como presidente de la república desde su investidura, el pasado 1 de enero. Antes de partir de la capital, la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, que forma parte de la comitiva, rechazó las críticas de quienes califican el viaje de operación de mercadotecnia.

"Está dando el primer ejemplo de que va a hacer política social"
La renta familiar mensual es de menos de 550 reales (unos 150 euros)
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"Lula vivió la pobreza tan intensamente que quiere que todas las personas entren en contacto con esta realidad. No hace este viaje buscando un efecto propagandístico, sino que está haciendo algo muy consistente, que es el programa Hambre Cero", precisó la ministra.

La caravana gubernamental llegó a la ciudad de Teresina, capital del Estado de Piauí, donde el 70% de los 2,8 millones de habitantes son pobres, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La renta familiar mensual es de menos de 550 reales (unos 150 euros) de promedio, una de las más bajas de Brasil. Altos índices de analfabetismo, ausencia de saneamiento básico, servicios médicos precarios y desempleo conforman el cuadro en el que vive la mayoría de habitantes de Piauí. La situación adquiere mayor dramatismo en la periferia de Teresina, adonde llegaron miles de inmigrantes del interior del Estado que huyen en vano del hambre.

El presidente y sus ministros visitaron esta zona, concretamente la favela Hermana Dulce, que alberga a 16.000 personas que viven sin agua corriente, sin baño en sus viviendas y con una elevada proporción de analfabetos.

Lula da Silva recibió una carta de los pobladores de Guaribas, ciudad a 653 kilómetros, en la que el 3 de febrero se pondrá en marcha el programa Hambre Cero, prioridad del Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) para erradicar la subalimentación. Este plan de ayuda, que tenía que ser presentado públicamente en este viaje, se aplicará durante el primer semestre en 959 ciudades que viven en condiciones desesperadas a causa de la sequía. El programa, según anunció el ministro de Seguridad Alimentaria, José Graziano, beneficiará a 2,2 millones de familias. El retraso en el lanzamiento oficial del programa Hambre Cero tiene que ver con las dificultades para definir los recursos financieros. De momento hay una reserva en el presupuesto del Estado de 1.800 millones de reales (514 millones de dólares). En el aeropuerto de Teresina, el presidente brasileño tuvo que escuchar la primera protesta popular en su condición de primer mandatario. Grupos de sindicalistas expresaron sus quejas por la decisión del gobernador de Pernambuco, Wellington Dias (miembro del PT), de aplicar la decisión de la justicia laboral de despedir a más de 10.000 funcionarios públicos que no obtuvieron su puesto de trabajo mediante concurso.

La comitiva presidencial viajó por la tarde a Recife, capital de Pernambuco, Estado natal del presidente. El contacto con la pobreza fue en el barrio periférico Brasilia Teimosa, donde 20.000 personas viven en palafitos construidos sobre el agua. La inmersión de la comitiva gubernamental al Brasil profundo se inspira en la experiencia de la Caravana de la Ciudadanía, con la que Lula recorrió todos los Estados brasileños durante la campaña presidencial de 1994. Inicialmente, estaba previsto que el viaje que comenzó ayer tuviera un itinerario más amplio y una mayor duración, pero problemas logísticos y las dificultades para garantizar la seguridad del Gobierno aconsejaron un cambio de planes. Se habló después de que el presidente Lula da Silva viajaría con un grupo de ministros, preferentemente los del área social. Finalmente, cuando la Secretaría de Prensa dio la lista de participantes, la sorpresa fue mayúscula al comprobarse que prácticamente el Gabinete en pleno acompañaría al presidente.

"Está dando el primer ejemplo de que va a hacer política social a pesar de la situación de dificultad", explicó la ministra Marina Silva. "Con este viaje quiere demostrar que éste no tiene que ser sólo un esfuerzo del ministro José Graziano , sino que debe comprometer a todo el Gobierno. ¿Cuál es la contribución que el Ministerio de Medio Ambiente puede aportar a la cuestión social? Éste es el desafío".

Para la ministra, el contacto con la realidad es muy importante para comprometerse en la lucha contra pobreza. "Yo nací pobre y viví pobre, pero cuando trabajé en la Comisión de Combate a la Pobreza recibí un impacto muy fuerte por la situación de pobreza extrema en el Noreste, de los niños de la calle en São Paulo, de jóvenes delincuentes. Vi lo que es vivir en la inseguridad, sentir miedo, no tener para comer. El presidente quiere lograr ese impacto. Tal vez no para él, ni para mí, ni para Benedita da Silva [ministra de Promoción Social], que vivimos en carne propia la pobreza, pero sí para el Gobierno como colectivo. Y éste es un momento de química colectiva".

Lula da Silva y varios de sus ministros, ayer en una favela de Teresina.
Lula da Silva y varios de sus ministros, ayer en una favela de Teresina.AP

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