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LA LUCHA ANTITERRORISTA

ETA se radicaliza en Francia con un conjunto de planes contra las instituciones

El descubrimiento de las vigilancias a la juez Le Vert tiene en vilo a las autoridades de París

La banda terrorista ETA ha estado preparando acciones espectaculares en Francia durante las últimas semanas, de las cuales se han filtrado indicios importantes en tan sólo 48 horas. Al plan de fuga en la cárcel parisiense de La Santé, descubierto el jueves de la semana pasada y mantenido en silencio hasta el martes, sucedió ayer la filtración de vigilancias a un alto representante del Estado, en este caso a la juez antiterrorista Laurence Le Vert, encargada de instruir todos los sumarios que afectan a los miembros de ETA detenidos en Francia.

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Las autoridades de París están tomando la medida del problema que implica el arresto constante de jefes de la organización, la pesada tarea de controlar a tantos presos y la posibilidad de que ETA haya decidido responder con contundencia. "Todo parece indicar que las cosas se están poniendo serias", admite una fuente jurídica, mientras las autoridades políticas guardan silencio en público. Se acumulan los indicios de que estas autoridades sienten hoy su territorio más amenazado y es probable que los proyectos espectaculares revelados en las últimas 48 horas no sean los únicos de los que tienen noticia, pero los ministros más directamente afectados, como Nicolas Sarkozy, de Interior, y Dominique Perben, de Justicia, no se han pronunciado.

Los datos sobre la vigilancia y eventualmente el asesinato de la juez Le Vert proceden de documentos encontrados por la policía tras las detenciones de diciembre pasado. Se asegura que tales hallazgos proceden del registro efectuado en un piso usado por Ibon Fernández Iradi, Susper, el presunto jefe de los comandos de ETA que se escapó de la comisaría de Bayona (País Vasco francés) el 22 de diciembre pasado, huyendo a través de un simple conducto de ventilación.

La juez Le Vert ya fue objeto de seguimientos por parte de la organización terrorista a principios de los años 90, lo mismo que la entonces fiscal contraterrorista Iréne Stoller. "Que se hayan descubierto datos sobre nuevas vigilancias no me sorprende en absoluto", comentó Stoller, que por su situación de jubilada tiene menos inconvenientes para hacer comentarios que una magistrada en activo.

Inquietud

Pero los detalles del plan contra la juez Le Vert inquietan a las autoridades francesas tanto o más que el proyecto de fuga de dirigentes de ETA abortado en la prisión parisiense de La Santé, y que ha dado origen a la dispersión de entre seis y ocho etarras -fue imposible confirmar ayer el número exacto por distintas cárceles de la región de París-. Los sindicatos de funcionarios de prisiones y el Ministerio de Justicia se toman muy en serio ese plan con aires de guión cinematográfico -voladura de los muros de la prisión y de las puertas de las celdas de los detenidos, comandos listos para disparar sobre los guardias- y lo han mantenido en secreto durante seis días, para dar tiempo a investigarlo y asegurarse de que los presos implicados quedaban de nuevo a buen recaudo.

"Los miembros de ETA están muy organizados y muy decididos, y cuentan con fuertes apoyos exteriores", comenta una fuente jurídica. La prueba es que Susper se escapó tranquilamente de la comisaría de Bayona y dos semanas y media más tarde no hay rastro del huido, por más empeño que ha puesto Sarkozy en incitar a sus servicios a que den con un dirigente de la nueva generación de jefes de ETA, que se escurrió de entre las manos de la policía cuando ésta había puesto fin a sus tres años de clandestinidad.

Las noticias y las presunciones sobre las intenciones de ETA se mezclan en vísperas del juicio previsto para hoy contra quien fue el máximo dirigente de esta organización, Iñaki de Rentería, hasta su detención en septiembre de 2000 junto con su compañera Fabienne Tapia. Iñaki de Rentería ya está condenado en Francia a cinco años de prisión por una causa juzgada a finales de 2000. Esa condena anterior lo fue por actividades anteriores a 1999, y lo que se pretende juzgar ahora son acusaciones que pesan sobre él hasta el momento en que fue arrestado. En el juicio anterior, Iñaki de Rentería protagonizó el pequeño golpe de efecto de lanzar un zapato contra un periodista en plena sala de audiencia, después de que otros compañeros de banquillo montaran una batalla campal contra los guardias que les custodiaban y el tribunal que les juzgaba, todo ello en el Palacio de Justicia de París.

La juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, en una foto de archivo.
La juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, en una foto de archivo.EPA

109 presos particularmente difíciles

El descubrimiento del plan de fuga de presuntos jefes de ETA en la cárcel parisiense de La Santé lanza de nuevo el debate sobre la vigilancia de los presos de esa organización, que en este momento suman la cifra de 109 personas, 14 más que a finales de septiembre, lo cual permite hacerse una idea del ritmo de aumento. La vigilancia de este colectivo resulta particularmente difícil para un Gobierno que había contemplado la hipótesis de reagrupar a una parte de ellos, en un proyecto que no era para mañana, pero estaba sobre la mesa. De los 109 etarras presos en las cárceles francesas -cifra válida hasta ayer- 64 tienen condenas en firme y sólo ellos podían esperar la medida del reagrupamiento. El resto se encuentra a la espera de juicio o de sentencia definitiva, muchos de ellos en lugares próximos a París, porque existe la obligación legal de que permanezcan a disposición de la juez antiterrorista aquellos que tienen causas pendientes de instrucción.Hace menos de tres semanas, una autoridad francesa, en este caso el secretario de Estado de Justicia, Pierre Bedier, declaró que era "posible" el reagrupamiento de presos vascos en nombre de "la perfecta igualdad republicana y la igualdad de trato". El proyecto es de medio plazo, porque está condicionado a que se construya un establecimiento penitenciario nuevo en Mont-de-Marsan, en el departamento de Las Landas. Pero constituía un gesto hacia los grupos que piden el acercamiento de los presos de ETA, que insisten en que éstos deben ser equiparados a los presos de grupos independentistas corsos. La medida, destinada a favorecer el acercamiento de los encarcelados a los lugares donde residen sus familias, quedaría limitada, desde luego, a los que no presentasen un grado de peligro elevado. Batasuna -que en Francia lleva una existencia legal- se declaró escéptica sobre el propósito del reagrupamiento desde el primer momento. Pero el plan de fuga descubierto ahora en La Santé abre todavía más interrogantes sobre el futuro de ese reagrupamiento, sobre todo después de que funcionarios de prisiones, vinculados al sindicato Force Ouvrière, haya observado una relación entre el plan de fuga abortado en La Santé y el hecho de que una decena de simpatizantes de ETA escalaran el muro de esta prisión, enclavada en pleno corazón de París, el 21 de diciembre, reivindicando un trato para los vascos igual al de los corsos. Estos funcionarios de prisiones presumen ahora que el acto propagandístico podía ocultar la intención de observar desde lo alto del muro el interior del recinto penitenciario, para hacerse una idea más exacta de la viabilidad del plan.

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