Europa debate las ventajas e inconvenientes de patentar los programas informáticos
EE UU protege el 'software' con patentes y derechos de autor, mientras que Europa sólo con estos últimos
"¿Si patentamos el software, patentamos una idea?". "¿Vamos a patentar el saber?". "Si el copyright ya da protección, ¿para qué cambiar lo que funciona?". "¿Cómo es posible que la Oficina Europea de Patentes (OEP) ya las conceda si la Comisión dice que su propuesta no cambia el status quo?". "Sin patente se protege a quien investiga?". "El desarrollo del software libre en Estados Unidos no demuestra que las patentes no son un obstáculo?".
Éstos son los interrogantes que se plantean europarlamentarios como el ex primer ministro francés Michel Rocard (PSE), Piia Noora Kauppi (PPE), Paul Lannoye (Verdes) o Marco Cappato (Radical) y otros, que la semana pasada debatieron en Bruselas la propuesta de Directiva de patentar el software. Kauppi lo resumió así: "La propuesta no aclara, sino que enturbia: ¿éste es un debate sobre innovación o sobre patentes de software?". La Directiva prevé que sí se pueda patentar el software, algo que hasta ahora prohíbe el Convenio sobre Patente Europea, pero que la OEP, el organismo que las concede, ajeno a la UE, no aplica de hecho: ha dado unas 30.000 basándose en que no sólo son algoritmos sino aplicaciones.
Se trata de dilucidar si negar la patente implica un retroceso de la innovación, y, por tanto, de la investigación y el desarrollo, como dice la Comisión y parte de la industria, o si conceder la patente fomenta el monopolio. En Estados Unidos se patenta desde 1981. El último caso amenaza a eBay. MercExchange, que registra patentes, le acusa de usar un sistema de subastas registrado por ella. eBay reconoce que si pierde podría trasladar su negocio a otro país.
eBay no es la única afectada. Ni los estándares informáticos se salvan. Ya hay patentes del formato de imágenes JPEG y el formato de compresión de música MP3. Varias empresas norteamericanas como Cisco o Adobe se quejan de que este sistema les obligan a gastar mucho dinero en abogados para investigar si sus productos infringen alguna patente; "un dinero que destinaríamos a I+D", según dijo el representante de Cisco, Robert Barr, a la Comisión Federal que investiga sus efectos anticompetitivos. Incluso James Rogan, director de la Oficina de Patentes estadounidense, declaraba a News.com que "el status quo actual está dañando la tecnología; está dañando la economía".
Y ésta es una de las reivindicaciones de los que rechazan la propuesta de Directiva. En Bruselas, François Pellegrini, profesor de informática de la Universidad de Burdeos, aseguró que Europa puede aprovechar la situación: "muchas empresas pueden trasladar su I+D aquí para evitar las fuerte cargas legales que se derivan del sistema de patentes en otros países". En Europa, los programas informáticos están protegidos por los derechos de autor, al igual que una sinfonía musical: se considera una creación. La nueva legislación pretende que el software pueda patentarse: se considerará invención. Ambas normas coexistirán y se equipararía al sistema de EE UU. La propuesta se encuentra en fase de codecisión: falta que el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la UE le den el visto bueno, si no hay retrasos, en febrero de 2003. Hay diversas opiniones.
Sin límites claros
Francia ya ha notificado que está en contra, porque no impone límites claros a la patentabilidad, y tampoco sirve a los intereses de los creadores europeos de software; ni tiene en cuenta otras políticas que se verían afectadas, como eEurope.
España todavía no se ha pronunciado. La última reunión se celebró en el Senado, donde varias asociaciones profesionales como el grupo Proinnova pidieron que se aplazara la decisión hasta que se analicen sus efectos en profundidad.
En el Parlamento Europeo, la británica Arlene McCarthy es la encargada de redactar el informe sobre la propuesta de Directiva que sirve para que otros diputados se formen una opinión. Mccarthy es favorable a las tesis de la Comisión: patentar el software. Sin embargo, el Comité Económico y Social ya ha pedido que se revise la propuesta porque "la Comisión no ha demostrado que la protección jurídica que ofrece el derecho de autor sea menos eficaz para el software que la patente industrial".
En este contexto se celebró la semana pasada, a petición de Los Verdes, un debate entre parlamentarios europeos, representantes de la Comisión y del movimiento del software libre, desarrolladores europeos de programas informáticos propietarios, juristas y economistas. Se echó en falta a McCarthy, que declinó asistir a la reunión.
Richard Stallman, presidente de la Free Software Foundation, habló de las similitudes entre un programa informático (conjunto de fórmulas matemáticas) y una sinfonía musical (conjunto de notas), para defender la protección del copyright.
La propuesta de Directiva, además de fomentar la innovación, pretende "clarificar la legislación actual y armonizar los derechos nacionales de los países miembros para evitar las divergencias actuales, -hay países que las conceden y otros no-, que perjudican la libre circulación de mercancias", dijo el representante de la Comisión, Anthony Howard. También aseguró que el objetivo de la propuesta no es ampliar el campo de patentabilidad: sólo se concederá si tiene aplicación técnica". En favor de la patente se argumenta la protección a quien invierte en investigación y el hecho de que empresas europeas tenganque patentar en Estados Unidos para entrar en su mercado. Pero algunos parlamentarios lo dudan. "La Directiva sólo legaliza la jurisprudencia de la OEP", dijo la diputada verde Heidi Hautala. También se habló de conceder un status específico al software, con protección de cuatro años. Este sistema significaría quedar fuera de los TRIP (acuerdos multilaterales de la propiedad intelectual) que no exige que el software esté protegido por la patente, pero que, si se concede, debe cumplir todos los requisitos. Por ejemplo, 20 años de protección.
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