Ecuador inaugura la obra más ambiciosa de Guayasamín
Sus herederos se enfrentan por el legado de 'La capilla del hombre'
El pintor más representativo de Ecuador, Oswaldo Guayasamín, falleció en marzo de 1999 sin cumplir su mayor sueño: La capilla del hombre, una obra en la que pretendía narrar con colores y formas los hechos que han marcado la vida y la tragedia de América Latina. Este importante monumento a la humanidad, al que dedicó sus últimos años de vida, fue inaugurado ayer en medio de los enfrentamientos de sus herederos.
Entre los invitados presentes a la inauguración de la primera etapa del monumento estaban, entre otros, Fidel Castro, Hugo Chávez, Danielle Mitterrand y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Castro recordó emocionado la cantidad de retratos que le hizo el pintor a lo largo de 35 años: "Nunca vi a alguien moverse a tal velocidad con los pinceles frente al lienzo. Cuando vi mi retrato, no era yo. Era lo que él deseaba que fuera: una mezcla de Don Quijote con rasgos de personajes famosos de las guerras independentistas de Bolívar". El mandatario cubano agregó: "Fue un genio de las artes plásticas, un gladiador de la dignidad humana y un profeta del porvenir".
Guayasamín, cronista del desgarro de America Latina, nunca cesó de reseñar los desastres y los horrores de la conquista. El ambicioso y monumental proyecto arquitectónico y pictórico de La capilla del hombre abarca 2.500 metros cuadrados de gigantescos murales de un total de 15.000 metros del proyecto completo. Guayasamín se inspiró en el Templo del Sol, edificado hace tres mil años en la línea equinoccial. Soñaba con la construcción de este museo en el corazón de la mitad del mundo (donde está ubicado Quito) para convertirlo en un centro artístico. La obra ha sido "bendecida" por la Unesco como proyecto cultural prioritario.
La capilla del hombre obtuvo el patrocinio de varios gobiernos suramericanos y el mismo Guayasamín organizó subastas y hasta un concierto en 1996. Trabajó incansablemente para acabar la obra y logró pintar y terminar un 15% del total y dibujar un 20% adicional. Bosquejó sobre papel casi el 100% del proyecto. Con su muerte surgió la incógnita sobre cuál sería el destino de este valioso legado y en qué modo concluirían los trabajos que dejó.
"Al principio se pensó en terminarla con artistas que tienen la misma sangre que mi padre", aseguró Pablo Guayasamín, hijo mayor del pintor. "Pero esa idea ya quedó descartada. Como tenemos todo dibujado, respetamos la obra pictórica tal y como él la concibió".
Pero La capilla del hombre, un llamamiento a derrumbar las fronteras latinoamericanas y fortalecer los lazos de amistad entre los pueblos, paradójicamente, se ha convertido en la bandera de la discordia entre los siete hijos de Oswaldo Guayasamín. Un legado en obra artística, cuyo valor comercial se calcula en 80 millones de euros, aparece como el centro de la pugna.
Babelia
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