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Mohamed VI mantiene el mismo equipo de Exteriores en su nuevo Gobierno

Los islamistas tendrán el monopolio de la oposición al nuevo Ejecutivo

Cuarenta y un días después de las elecciones, Mohamed VI nombró ayer a un Ejecutivo pletórico, con 38 ministros y secretarios de Estado, para dar cabida a los seis partidos que integran la coalición gubernamental, muy similar a la anterior que gobernó Marruecos hasta septiembre. Encabezado por el tecnócrata Driss Jettu, el Gobierno se sustenta en las dos grandes formaciones marroquíes, los socialistas y los nacionalistas del Istiqlal.

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Socialistas e Istiqlal ocupan cada uno ocho carteras ministeriales. Otros cuatro partidos cuentan también con ministros: los conservadores del Reagrupamiento Nacional de Independientes, un grupo de barones con escasa implantación; los ex comunistas, y dos movimientos, el popular y nacional popular, ambos de inspiración bereber.

Para dar cabida a todos, el nuevo Gobierno se compone de 38 miembros -25 ministros, 7 ministros delegados y 6 secretarios de Estado-, seis más que el anterior. Varios departamentos, como el de Economía, han sido troceados para poder crear nuevos ministerios como el de Turismo o el de Comercio.

Numerosas figuras del anterior equipo forman parte del nuevo. Es el caso, por ejemplo, del nacionalista Abbas el Fassi, que se convierte en el ministro con más alto rango, pero sin cartera. También permanece al frente del Ministerio de Urbanismo Mohamed el Yazghi, el número dos de los socialistas, pese a las reticencias de Jettu a seguir contando con un político que se atrevió a poner en duda, en julio, ante el rey, la oportunidad de enfrentarse a España en la isla de Perejil.

Además de Jettu, un primer ministro sin adscripción política designado por Mohamed VI, el monarca ha mantenido en el Ejecutivo a tres ministros de soberanía -los titulares de Interior, Asuntos Religiosos, Asuntos Exteriores y al encargado de la Defensa- que él elige directamente y que no están afiliados a ningún partido.

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El soberano cede, sin embargo, a los partidos un ministerio que hasta ahora era de soberanía, el de Justicia. Un socialista, Mohamed Buzubaa, se hará cargo de ese departamento que hasta ahora dirigía el hispanista Omar Azziman.

Tres mujeres se incorporan también al equipo gubernamental pero en puestos menores. La socialista Nuzha Chkruni es la ministra delegada encargada de ayudar a los marroquíes afincados en el extranjero. Otras dos ocuparán sendas secretarías de Estado para la familia y para la lucha contra el analfabetismo.

Pese a la reputación de hombre eficaz que tiene Jettu, le resultará difícil lograr un funcionamiento coherente de un Gobierno tan pletórico cuya primera tarea es superar la mala racha económica que atraviesa Marruecos.

Los grandes vencedores de las elecciones de septiembre, los islamistas, supuestamente moderados, del Partido de la Justicia y del Desarrollo, serán, según anunciaron ellos mismo, la 'locomotora' de la oposición.

Dejar a los islamistas monopolizar la labor de oposición conlleva el riesgo de que capitalicen el descontento y, en las elecciones municipales que tendrán lugar en junio, amplíen su victoria de septiembre. En las legislativas triplicaron sus escaños.

Mohamed VI posa junto a su Gobierno. Al lado del monarca, Driss Jettu, y debajo, las tres mujeres del nuevo Gabinete.
Mohamed VI posa junto a su Gobierno. Al lado del monarca, Driss Jettu, y debajo, las tres mujeres del nuevo Gabinete.AP

El mismo equipo frente a España

Mohamed VI no sólo ha mantenido al frente de la diplomacia marroquí al mismo equipo que a lo largo de la crisis se enfrentó con España, sino que lo ha reforzado.A finales de agosto, el rey puso públicamente de relieve, en dos ocasiones, las deficiencias de la diplomacia marroquí. Aun así, ha vuelto a nombrar a Mohamed Benaissa ministro de Asuntos Exteriores.Su segundo era, hasta ahora, el secretario de Estado Taieb Fassi-Fihri, al que la diplomacia española siempre ha considerado como el más reacio, entre los altos cargos de Exteriores, al acercamiento con España. Él siempre lo ha negado.El pasado 28 de octubre, Fassi-Fihri reunió en su domicilio, según tres semanarios independientes marroquíes, a ocho directores de periódicos para informarles del supuesto intento de desestabilizar a Marruecos por parte del Centro Nacional de Inteligencia español. Junto con Fassi-Fihri estaba el número dos de Interior, Fuad Alí Hima.El servicio secreto español se habría inventado, según ambos secretarios de Estado, a un comité de oficiales libres que, a mediados de octubre, denunció la corrupción por parte de altos mandos del Ejército.Fassi-Fihri ha sido ascendido por el soberano a ministro delegado de Exteriores, y Alí Hima, a un cargo similar en Interior.La ministra española de Exteriores, Ana Palacio, declaró en Bruselas que espera que, ahora que está confirmado en su cargo, 'Benaissa dé cumplimiento al compromiso adquirido en Rabat, en julio pasado, de viajar a Madrid en un futuro próximo'. Bajo cuerda, los diplomáticos españoles interpretan el reforzamiento del tándem Benaissa-Fassi-Fihri como un mal síntoma de la voluntad de Marruecos de normalizar la relación con España, sumida en una crisis desde hace 19 meses.

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