Un partido religioso que acepta la monarquía
Descrito como moderado, el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), el que ha logrado el mayor avance en las elecciones marroquíes, se diferencia de los islamistas radicales por su estrategia y su aceptación de la monarquía, pero el modelo social que busca aplicar en Marruecos es similar al de sus correligionarios.
Revitalizado en 1996, el PJD entró de llenó en la vida política al año siguiente, participando en las legislativas, en las que el reparto de la tarta electoral del Ministerio del Interior le atribuyó nueve escaños que, gracias a unos tránsfugas, logró ampliar a 14. Cuenta también con concejales y con algún alcalde, porque las instituciones son los resortes en los que se apoya para impulsar su programa.
A diferencia del PJD, Justicia y Caridad, el principal movimiento islamista de Marruecos, no reconoce al rey como Amir el Muminin (Comendador de los Creyentes), y preconizó activamente el boicoteo de los comicios, que consideraba de antemano amañados. Rechaza, sin embargo, el uso de la violencia para alcanzar sus objetivos.
A favor de la 'sharia'
Ambas formaciones han coincidido, codo a codo en la calle, en sus movilizaciones contra la modernización del estatuto de la mujer (mudawana), y ambos abogan por la islamización de la sociedad implantando la sharia (ley islámica), aunque para el PJD bastaría, primero, con aplicar con rigor la ley. En Marruecos está prohibido, por ejemplo, vender alcohol a los musulmanes, algo que se incumple sistemáticamente.
El PJD es, en realidad, un cascarón vacío controlado en buena medida por el Movimiento para la Unificación y la Reforma que primero, en 1993, intentó infiltrarse sin éxito en el partido Istiqlal (nacionalista) y acabó, tres años después, adueñándose de una formación más pequeña para gozar de un estatuto legal.
Su presidente es Abdelkrim Jattib, un histórico resistente al colonialismo francés, pero sus verdaderos dirigentes son, más bien, el profesor Abdelilá Benkiran, el abogado Mustafa Ramid y el psiquiatra Saadedin el Othmani. Provienen del Movimiento de la Juventud Islámica Marroquí, que en los años setenta coqueteó con la violencia. Se escindieron en 1981 para fundar la Asamblea Islámica, que, siete años más tarde, se convertiría en el Movimiento para la Unificación y la Reforma.
Sin formar parte de la coalición gubernamental, el PJD llegó a brindar, durante dos años y medio, un 'apoyo crítico' al Ejecutivo del socialista Abderramán Yussufi. En octubre de 2000 rectificó y desde entonces sus diputados son el único azote parlamentario del Gobierno. Buena parte de su campaña electoral la ha centrado en atacar a los socialistas.
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