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ELECCIONES EN MARRUECOS

Poca participación en las primeras elecciones del rey Mohamed VI en Marruecos

Sólo el 30% había acudido a votar tres horas antes del cierre de los colegios electorales

Ahmed anota cuidadosamente en unas hojas impresas cada una de las irregularidades que observa en los colegios electorales que visita. Él es uno de los 2.500 observadores movilizados por la sociedad civil marroquí para averiguar si se cumplen los anuncios de las autoridades sobre la transparencia y limpieza de las primeras legislativas del reinado de Mohamed VI, celebradas ayer en Marruecos. La primera prueba del interés de la ciudadanía será el índice de participación, que, tres horas antes del cierre de los colegios, era tan sólo del 30%.

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El Ministerio del Interior daba a entender que se daría por satisfecho con que el 60% de los marroquíes provistos con la documentación requerida -11,6 millones de personas retiraron hasta el jueves su carné de elector sobre un total de 14 millones- acudiesen a las urnas.

Menos optimistas, los institutos de sondeos vaticinaban una participación del 50%. Es posible que esté incluso por debajo de esa cifra. En las legislativas amañadas de 1997, el 58% de los inscritos votaron y el 45% lo habían hecho tres horas antes del cierre de los colegios. Para conocer los resultados habrá que esperar a primera hora de la tarde de hoy, cuando el titular de Interior, Driss Jettu, comparezca ante la prensa.

A primera hora de la mañana no había colas en la escuela Al Masira del populoso barrio de Takeddum, en Rabat. Gentes mayores, ayudándose a veces mutuamente para votar, depositaban su sufragio después de pasar por la cabina. El día no es festivo, aunque la Administración ha dado facilidades a los funcionarios para que se ausenten del trabajo y ha cerrado las escuelas.

Ahmed sigue minuciosamente rellenando sus hojas. Es miembro de una asociación cultural que, junto con otras 21 Organizaciones No Gubernamentales (ONG), se han reagrupado para vigilar la pureza de los comicios. La iniciativa, sin precedentes en Maruecos, ha sido alabada por Jettu, pero las restricciones que les ha puesto a los 2.000 observadores para poder acceder a los colegios y la prohibición de que asistan al recuento le restan eficacia.

No siempre le dejan a Ahmed, de 24 años, licenciado en Derecho, franquear la puerta de los colegios. Lleva colgada la acreditación del colectivo, pero el Ministerio del Interior sólo difundió la circular en la que pide que se les den facilidades el jueves por la noche.

Muchos presidentes de mesa ignoran incluso su existencia y a una tercera parte le deniegan el acceso. 'Tráigame una autorización del mokadem ', le dice uno de ellos. Con una tarjetita del Ministerio del Interior pinchada en la solapa, el periodista que le acompaña tiene más libertad de movimientos y hasta le ofrecen té a la menta.

'Me intriga por qué a muchos electores no les mojan el dedo en tinta indeleble', comenta el observador. El Ministerio del Interior ha comprado 55.000 botellas para marcar el dedillo y evitar así que los electores tengan la tentación de votar dos veces. Tampoco suele tapar el presidente de mesa la ranura de la urna de cristal con una hoja de cartón después de cada votación.

Ahmed vuelve a apuntar el fallo. Si el observador padece restricciones, no puede permanecer más de un cuarto de hora en cada mesa, y los 26 partidos que concurren tampoco disponen de todos los medios para ejercer su labor de control. Sentados al fondo de la sala, sus interventores nunca rebasan la decena.

Más de la mitad de las formaciones políticas que se presentan no cuentan con representantes en varias mesas. 'Son demasiados colegios [37.517], con varias mesas en cada uno, para tan sólo 12 millones de votantes', se queja un militante del antiguo partido comunista. 'Ninguna formación marroquí tiene la capacidad de estar en todas partes'.

El móvil de Ahmed suena. Son sus compañeros de Sjirat, a unos treinta kilómetros de Rabat. Le cuentan que los partidos en esta localidad balnearia han seguido repartiendo propaganda toda la noche -en Marruecos no hay jornada de reflexión, pero la campaña acabó el jueves a medianoche- y distribuyen octavillas a la puerta de los colegios. 'Falta de hábitos democráticos', comenta el observador. Nadia Yassin, la hija del jeque Yassin y líder del movimiento islámico Justicia y Caridad, también intervino ayer pero para hacer un llamamiento al boicoteo de los comicios.

Estos pequeños problemas no perturbaron el buen humor del primer ministro marroquí, Abderramán Yussufi, convencido de que culminó ayer la tarea que emprendió cuando, en marzo de 1998, se hizo cargo del Gobierno. 'La jornada electoral se desarrolla de manera satisfactoria y parece que la calma y tranquilidad durarán todo el día. Los ciudadanos expresan hoy libremente su voluntad respetando las leyes'.

Una mujer deposita su voto en Casablanca en las elecciones parlamentarias marroquíes de ayer.
Una mujer deposita su voto en Casablanca en las elecciones parlamentarias marroquíes de ayer.ASSOCIATED PRESS

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