Un congreso reclama la necesidad de mejorar la Red y los fondos de las bibliotecas públicas
El rey Juan Carlos inaugura en Valencia un encuentro que se centra en el papel de Internet
Se ha mejorado mucho, pero también falta mucho camino por recorrer. El número de bibliotecas públicas en España, que cumplen 'el acto supremo del acceso al conocimiento', ha aumentado considerablemente en la década de los años noventa, si bien la relación de libros por habitante está muy lejos de la media de las bibliotecas europeas. Éstas fueron algunas consideraciones que planteó ayer el historiador y ex director de la Biblioteca Nacional Juan Pablo Fusi en la sesión inaugural del primer congreso La biblioteca pública, portal de la sociedad de la información, que presidió el rey Juan Carlos en Valencia.
La dotación de las bibliotecas públicas españolas es aún insuficiente. Ése fue uno de los argumentos de Fusi en la apertura del congreso organizado por el Ministerio de Educación y Cultura en el Palacio de Congresos de Valencia. El historiador aludió a la mejora que se ha producido en los últimos años a partir de la 'desoladora' situación, propia de la mitad de los años ochenta. En 1990 había 2.456 bibliotecas públicas y ocho años después el número se elevaba a 3.763 (el 94%, municipales; el 4,5%, autonómicas, y el 1,4%, estatales), según un estudio realizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en el año 2001, en colaboración con el ministerio.
Durante ese mismo periodo de tiempo se duplicó además el porcentaje de libros por habitante, hasta alcanzar el 0,97, una cifra, no obstante, muy inferior al 1,54 de Francia, el 1,78 de Alemania o el 2,23 del Reino Unido. Fusi, que fue director de la Biblioteca Nacional hasta 1990, estimó que la relación 'óptima' es de 2,5 libros por habitante.
'Corresponde a las autoridades' corregir la situación, añadió Fusi en su apasionado elogio del papel que desempeñan las bibliotecas públicas. Citando a la escritora Toni Morrison, premio Nobel de Literatura, el historiador recordó que el 'acceso al conocimiento es el acto supremo' y sólo las 'bibliotecas públicas cumplen tal misión'. Una misión para la que deben 'estar plenamente equipadas' con el fin de propiciar la corrección de los desequilibrios sociales en el acceso a la información, a las nuevas tecnologías y a la educación en general. 'Es la gran apuesta de la sociedad democrática', afirmó.
Parafraseando esta vez a Ortega y Gasset, el historiador arguyó que 'el sistema democrático es hijo del libro'. La época actual es impensable sin las bibliotecas, sin el paraíso del que hablaba Borges. Pero sobre el sistema cultural se cierne una 'una verdadera amenaza', alertó Fusi. Desde los últimos 15 o 20 años 'cuentan más las operaciones publicitarias, los grandes lanzamientos del cine, arte y libros con independencia de su calidad'. 'La alta cultura ha perdido la autoridad moral', agregó, al tiempo que incidía en que los productos culturales insignificantes, basados en la explotación de lo efímero y de lo banal, han ocupado la 'agenda cultural' en detrimento de la cultura más profunda, 'de los grandes valores que siguen pasando por el libro, las bibliotecas y la cultura escrita'.
La 'brecha digital'
También la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, subrayó la función 'democratizadora' de las bibliotecas y se refirió a una de las cuestiones que centran el debate del congreso: el acceso a Internet. En este sentido, la ministra anunció en el acto inaugural presidido por el rey Juan Carlos la próxima firma de un convenio entre el departamento que dirige y el Ministerio de Ciencia y Tecnología con el fin de conseguir la implantación de Internet en todas las bibliotecas públicas. Hay que evitar el riesgo social que supone la 'brecha digital' que se origina por las diferencias a la hora de acceder a las nuevas tecnologías, indicó Del Castillo.
Precisamente, en uno de los foros del congreso se abordó ayer la importancia de la función de la infoalfabetización en las bibliotecas públicas y el papel que desarrollan estas 'puertas locales de acceso al conocimiento', como las define la Unesco. El responsable de la Biblioteca de Andalucía, Jerónimo Martínez, resumió la sesión argumentando que no se trata sólo de enseñar a acceder a Internet, sino que la biblioteca pública se ha de convertir también en el instrumento para hacer presente lo local, 'lo suyo', en la Red, no limitándose a constituirse en mero elemento globalizado. En este contexto, el bibliotecario es el que da el valor añadido a la información, agregó Martínez.
También asistieron a la sesión inaugural del congreso, que concluye mañana, el presidente de la Generalitat valenciana, José Luis Olivas, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
Babelia
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