Argentina espera reactivar el comercio con el Brasil de Lula
El FMI felicita al presidente electo y Estados Unidos prepara una reunión bilateral
La abrumadora victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil no ha desatado, pese a los augurios, tormenta alguna: los mercados permanecen sosegados y las felicitaciones son unánimes. Eduardo Duhalde, presidente de Argentina, país que depende del éxito del vecino del norte para paliar su grave crisis económica, considera un 'privilegio' que Lula realice su primer viaje como presidente electo a Buenos Aires. Será el 19 de noviembre. Después irá a Chile.
Esta cálida reacción no obedece a un mero formulismo diplomático. El ministro de Exteriores argentino, Carlos Ruckauf, lo explicó ayer en estos términos: 'Es un día importante: Brasil acaba de decidir quién será su próximo presidente. Ese país es nuestro principal comprador; absorbe más del 25% de nuestras exportaciones, y eso se traduce en puestos de trabajo'. El Gobierno de Duhalde desea que con Lula sea posible una reactivación de Mercosur (que incluye a Paraguay y Uruguay), 'más allá del comercio', en palabras del portavoz oficial Alfredo Atanasof.
El ex presidente argentino Carlos Menem, que aspira a regresar a la jefatura del Estado, recordó el decisivo papel desempeñado por el presidente saliente, Fernando Herique Cardoso, quien, a su juicio, ha ayudado a asentar la democracia en Brasil y ha defendido el juego limpio en las elecciones.
Para el director del Fondo Monetario Internacional, Horst Koehler, la victoria de Lula es 'una afirmación de la democracia' y ofrece 'una oportunidad histórica de responder a las aspiraciones económicas y sociales de los brasileños'.
El Departamento de Estado norteamericano se mostró dispuesto a celebrar un rápido encuentro con Lula. 'Esperamos tener una reunión en la primera oportunidad para trabajar juntos en el objetivo de un hemisferio próspero basado en los valores que compartimos y en el mutuo respeto'. El secretario estadounidense del Tesoro, Paul O'Neill, sostiene que es previsible que los mercados financieros se mantengan en alerta por un tiempo, escrutando las declaraciones y decisiones del nuevo presidente: 'La incertidumbre ha terminado. Creo que todo va a ir bien'.
The Washington Post sostiene que la victoria de Lula refleja 'el desencanto en América Latina hacia las reformas económicas impulsadas desde EE UU'. El conservador The Wall Street Journal ironizaba ayer en su editorial: 'Como dijo Mark Twain acerca de la música de [Richard] Wagner, podemos esperar que no sea tan malo como parece (...). El nuevo presidente de Brasil puede ser mejor que su retórica'. Y añade después: Lula 'se ha pasado su carrera política denunciando a la clase dirigente. Ahora él es la clase dirigente'.
En Europa, la Comisión destaca el 'compromiso' anunciado por el presidente electo de respetar las obligaciones contraídas con las instituciones financieras internacionales. El presidente de la Comisión, Romano Prodi, afirma que la victoria de Lula 'marca una etapa determinante de la consolidación democrática' del país latinoamericano. Y añade: 'La excelencia de las relaciones entre Brasil y la UE incita a consagrar esfuerzos y compromisos personales a su mejora constante' sobre la base de las coincidencias 'en un gran número de grandes cuestiones' mundiales. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, calificó de 'brillante' la victoria de Lula y le ofreció su colaboración en una conversación telefónica. José Blanco, secretario de Organización del PSOE, ponderó 'el triunfo de la democracia en Brasil', hecho que considera es una victoria de Lula y del presidente saliente (Henrique Cardoso). Tanto el canciller alemán, Gerhard Schröder, como el jefe de Estado francés, Jacques Chirac, fueron más lejos al formular sendas invitaciones para que Lula visite sus respectivos países antes de la toma de posesión, en enero.
Entre las felicitaciones destaca la del ex presidente polaco Lech Walesa, obrero de los astilleros de Gdansk y ex líder del sindicato Solidaridad, motor de la lucha contra el régimen comunista, y que, como Lula, recorrió el camino de la lucha sindical a la política logrando la victoria en las presidenciales de 1990. 'Le felicito por su victoria. Estoy feliz. Tengo curiosidad de saber cómo van a marchar las cosas en el futuro', dice.
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