Los 'telecos' se ven a años luz de los centros europeos, pero su título se aprecia en la Unión
Los futuros ingenieros debaten en Gandia sus perspectivas tras la Declaración de Bolonia
'Estudiar teleco ya no es un chollo'. Los alumnos de ingeniería de Telecomunicaciones tienen claro que su futuro tras la carrera, considerada tradicionalmente como una baza segura para el empleo, es algo incierto. El intrusismo, la competencia por el gran número de licenciados en ingeniería y el estrangulamiento de ofertas laborales han hecho mella en la profesión. 'Hay crisis económica, y en esta situación lo primero que se recortan son las ayudas a la investigación y a las comunicaciones', señala Santiago López, delegado de la Escuela de Telecomunicaciones de Valencia. A pesar de ello la demanda de estos estudios no merma. Sólo en la Universidad Politécnica hay una lista de espera de 800 alumnos y la demanda de plazas ha aumentado en la mayoría de universidades, frente al retroceso experimentado por otras carreras.
Alumnos procedentes de todas las universidades españolas que imparten estudios de ingeniería en Telecomunicaciones se reunieron la pasada semana en Gandia para reflexionar sobre la situación actual de la carrera y sus perspectivas de futuro. En el debate surgieron temas como la aplicación de las tecnologías de la información y comunicaciones en el sistema educativo; la implantación de la Ley Orgánica de Universidades (LOU); la calidad del Sistema Universitario Español y el papel de los colegios profesionales. Los estudiantes asumen que los sistemas de ingeniería 'cambian muy rápido', y ello obliga a las universidades a ajustar continuamente los planes de estudio. Pero lamentan que esta adaptación no se realice a un mayor ritmo. Como ejemplo, denuncian el retraso en la aplicación de los sistemas tecnológicos a las aulas, como el campus virtual, que ha implantado la Universidad Miguel Hernández. 'Estamos a años luz de las universidades europeas', lamenta Hugo Coll, estudiante de telecomunicaciones y delegado de alumnos de la Escuela Politécnica Superior de Gandia. Posibilidades como conseguir apuntes, programas, realizar gestiones por Internet, son una realidad desde hace años en otras universidades europeas. 'Aquí tenemos las herramientas pero no las usamos', cuestiona José Ángel Velasco, representante de los alumnos de la Miguel Hernández. Reclaman además que el Ministerio de Educación fomente el uso de las nuevas tecnologías desde la escuela. 'Hay que crear una nueva cultura, enseñar que la red no sólo te ofrece la posibilidad de chatear', señala David Ballesteros, de la Escuela de Telecomunicaciones de Burjassot.
La implantación generalizada de la enseñanza de otros idiomas europeos es otra de las carencias que los futuros ingenieros echan en falta en los planes de estudio. La crítica no es baladí. El bajo nivel en el conocimiento de idiomas supone para estos profesionales una auténtica barrera a la hora de encontrar trabajo en el resto de Europa. 'Los ingenieros españoles están muy bien valorados fuera de España, pero a la hora de salir se encuentran con el problema del idioma', comenta Pedro Martínez, delegado de Telecomunicaciones en la Escuela Politécnica Superior de Gandia. Esta universidad imparte también los estudios de Turismo, lo que ha posibilitado que el resto de estudiantes de otras carreras puedan acceder a las clases de inglés, francés o alemán. Pero es una excepción. 'La enseñanza de idiomas está relacionada con el riesgo que asuma cada universidad', comenta Martínez. Como ejemplo los alumnos resaltan la iniciativa de la Universidad Carlos III de Madrid, que dispone de un grupo íntegro de enseñanza en inglés.
A pesar de las trabas del idioma, los ingenieros españoles continúan siendo los profesionales de este sector más demandados en Europa. 'Ya no se valora el lugar donde se estudia, sino la nacionalidad, y los ingenieros españoles son buscados por su intuición y formación', asegura Santiago López. Los estudiantes de Telecomunicaciones no lo dudan: 'Las grandes empresas están en el extranjero, y en países como Alemania se investiga mucho', por lo que tienen claro que tras la carrera, o incluso durante los estudios, darán el salto al exterior. Sobre la política en materia de intercambios formativos con otras universidades extranjeras también se muestran reticentes con el ministerio. 'Las ofertas actuales de becas no facilitan los desplazamientos, y a ello hay que añadir el problema de las convalidaciones', apunta Alba Barba, estudiante de la universidad Miguel Hernández. Los alumnos sólo pueden optar a ampliar sus estudios en los centros europeos que mantienen convenios con su universidad. 'Si pretendemos llegar a una convergencia con Europa hay que replantearse los acuerdos de intercambio', señalan.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Titulaciones
- Comunidades autónomas
- Estudiantes
- Universidad
- Unión Europea
- Política educativa
- Comunidad Valenciana
- Comunidad educativa
- Administración autonómica
- Educación superior
- Centros educativos
- Organizaciones internacionales
- España
- Telecomunicaciones
- Sistema educativo
- Investigación científica
- Relaciones exteriores
- Administración pública
- Comunicaciones
- Educación
- Ciencia