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Reportaje:

El futuro verde

Una treintena de entidades participa en la primera feria andaluza dedicada a la tecnología ambiental

Tereixa Constenla

La actividad económica que genera el sector medioambiental en Andalucía ronda los 1.800 millones de euros al año. Y es sólo el principio. Las previsiones de crecimiento señalan que en unos años se multiplicará por tres una actividad que ya emplea en la Comunidad Andaluza a 43.000 personas. El optimismo de este panorama es una de las razones que esgrimió ayer la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, para destacar el valor de la primera Feria de la Innovación y Tecnología Ambiental (FITA), que se celebrará en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla hasta el domingo 20. 'Se hacía necesaria por la expectativa de crecimiento del sector empresarial', indicó.

Las directivas comunitarias, cada vez más exigentes a la hora de proteger los recursos naturales, obligan además a dinamizar el sector para dar respuestas empresariales a nuevos retos. No siempre se consigue. Coves recordó ayer que la contaminación generada por la industria del aderezo de la aceituna todavía sigue sin tener soluciones tecnológicas adecuadas.

A veces hay respuestas, pero hay que vencer ciertas resistencias para comenzar a implantarlas, como ocurre con las plantas de tratamiento de los purines procedentes de granjas porcinas, que son altamente contaminantes. Befesa, la empresa de Abengoa dedicada a la ingeniería ambiental, muestra en la feria la planta que ha construido en Vílches (Jaén), una comarca donde se concentran alrededor de medio centenar de granjas. Es la primera que se abre en Andalucía y permitirá resolver un grave problema ambiental -trata 20 metros cúbicos a la hora-, pero los productores no siempre la saludan con entusiasmo. 'Por desgracia sigue siendo más rentable contaminar, si es más barata la multa por el vertido que el tratamiento de purines van a seguir vertiendo', lamenta el representante de Befesa que atiende el expositor, aunque también reconoce que avanza la concienciación ambiental.

Entre la treintena de entidades que participa en la feria, organizada por la CEA y la Asociación de Empresas del Sector Medioambiental, se citan varias firmas andaluzas que revelan que la visión empresarial se anticipa a menudo a la propia demanda social. A finales de 2001, Diego Velarde y Sergio Vázquez crearon en Sevilla junto a otros dos socios la empresa Laycon, que oferta, entre otros, servicios de limpieza y desinfección de conductos de aire acondicionado. Su actividad es vital para evitar casos de legionela o para impedir el síndrome del edificio enfermo (la transmisión de bacterias a través de conductores que son la única fuente de ventilación en edificios herméticos). En opinión de Vázquez, en Andalucía 'todavía no hay bastante concienciación sobre el problema'. La firma cuenta con 20 empleados en Sevilla.

También Forestam, otra empresa sevillana creada en 1999, comercializa con más facilidad fuera de la Comunidad Autónoma sus proyectos de divulgación ambiental que dentro. Después de haber diseñado varias aulas medioambientales en Madrid han recibido el encargo para construir una en el antiguo pabellón de Hungría, en La Cartuja. 'En Andalucía da la impresión de que se dedican aún más a la instalación que a la divulgación', explica su director gerente, José González. La empresa también se dedica a la instalación de equipos solares, térmicos y fotovoltaicos.

Una de las pocas que tiene más negocio en el interior de la Comunidad Andaluza es Forestgreen, la firma que se encargó de suministrar todos los postes de vallado para las obras del corredor verde del Guadiamar. Desde que se creó en Antequera (Málaga), ha vendido sus productos de madera tratada al parque Selwo, de Estepona, o el acuático de Algeciras, entre otros. La decoración, a base de la madera de pino y picea, convierte al expositor en uno de los más peculiares de la Feria al ofrecer un aire rústico frente a la proliferación de material industrial y tecnológico de los restantes.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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