'No hay por qué creer que el sueño de los actores europeos está en Hollywood'
Llega precedida de unas maneras algo caprichosas y estrictas, que si el peluquero, que si el maquillador, que si las luces del set de televisión no son de su agrado. Todo desaparece cuando entra por la puerta una mujer muy delgada y más bien pequeña pero con una mirada seductora, arrebatadora. Sonríe poco pero de manera educada, nada estridente. Isabelle Huppert es una de las grandes actrices del cine europeo, conocida y respetada por su gran capacidad para dar vida a personas muy complejos, siempre cercanos al dolor.
La actriz (París, 1955) presentó ayer en el Festival de Cine de San Sebastián la película a concurso La vida prometida, dirigida por el joven Olivier Dahan, en la que interpreta a una prostituta en busca de su pasado. Un personaje profundo como los que ella va buscando siempre -'es una mujer que, si bien a lo largo de la película se descubre que es una víctima, un ser con una gran fragilidad y un pasado doloroso, es también una mujer muy violenta, capaz de abandonar a sus hijos'. La intérprete de títulos como No va más, Gracias por el chocolate o La pianista aseguró que le gusta explorar y buscar los contrastes. 'Es más fácil abordar personajes simples, pero los verdaderos son los complejos. En la vida nada es simple, todo es complejo. Cuando se interpreta a un pesonaje simple no es real y a mi me interesa, sobre todo, la verdad', aseguró ante un grupo reducido de periodistas. 'Disfruto con personajes con un punto de maldad, no inocentes ni candorosos. Adoro los papeles cómicos pero ácidos', dijo Huppert, recordando su interpretación en Ocho mujeres, un filme de François Ozon, que se estrenará próximamente en España.
Se siente orgullosa de ser actriz europea. Ha trabajado no solo en Francia, también en Hungría, Italia, Yugoslavia. Ha pasado, cómo no, por Hollywood, en películas pequeñas como Amateur o la superproducción La puerta del cielo, de Michael Cimino. 'Para una actriz europea, el futuro está más en el Este que en el Oeste. No hay por qué creer que el sueño de los actores europeos está en Hollywood. El verdadero sueño está en cualquier sitio donde se haga buen cine. En España, por ejemplo, con Pedro Almodóvar, por ejemplo'.
Considerada la musa de Claude Chabrol, con el que está preparando un nuevo proyecto, Huppert, vestida con pantalón tejano, camisa marrón y sandalias claras, compara su relación con el director francés de esta manera: 'Funcionamos como si estuviéramos en un juicio y levantáramos la mano derecha para jurar decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Es agradable decir la verdad, aunque no siempre es tan bueno'.
La vida prometida fue abucheada en el primer pase para la prensa realizado en San Sebastián. Cuando los periodistas se lo hacen saber, Huppert contesta sonriente: 'Puede ser un buen síntoma'.
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