Tiroteada la casa de la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo
'Esto no me va a frenar en nada de lo que hago', aseguró ayer la presidenta de la organización humanitaria argentina Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, después de salir ilesa de un presunto atentado perpetrado por desconocidos que tirotearon su vivienda en la ciudad de La Plata, vecina de Buenos Aires. Carlotto explicó que a las 4.20 de la mañana escuchó dos estruendos en el exterior y la rotura de cristales. 'Si hubiese tenido el impulso de salir de mi dormitorio cuando escuché los tiros, me hubieran dado en la cabeza, porque las balas quedaron incrustadas en la pared a esa altura', dijo la presidenta, quien calificó el ataque de 'mensaje espantoso de muerte'. 'Hemos recibido agravios durante la dictadura, pero nunca hechos de esta magnitud, que ocurren en un periodo constitucional', añadió.
Carlotto no sufrió ninguna herida, pero la puerta de la vivienda y diversos objetos resultaron dañados. Nadie ha reivindicado la responsabilidad del ataque, que la víctima atribuyó a sectores autoritarios que tratan de impedir las denuncias contra actuaciones delictivas de la policía. Recientemente, Carlotto presentó a la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires un duro documento en el que comparaba la actuación de la policía bonaerense con las violaciones de derechos humanos de la dictadura. El jefe del controvertido cuerpo policial, Alberto Sobrado, negó ayer que las fuerzas bajo sus órdenes practiquen el terror. Pero el comisario Carlos Belén, jefe de la Bonaerense de La Plata, indicó que según los primeros peritajes realizados en la vivienda de Carloto, los autores del tiroteo utilizaron una escopeta calibre 12,70 del tipo que usa la policía en determinados procedimientos. El comisario no descartó ninguna hipótesis.
Abuelas de Plaza de Mayo, que celebra estos días el 25 aniversario de su fundación, es un símbolo de la lucha contra la impunidad por los crímenes de la dictadura. La acción de las Abuelas se ha centrado en la búsqueda de sus nietos, hijos de detenidos desaparecidos que fueron sustraídos cuando eran bebés en los centros clandestinos de detención y entregados a familias que usurparon el papel de los padres verdaderos.
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