Los científicos defienden la investigación con embriones contra el criterio de Sanidad
Varios miembros de la Comisión de Reproducción Asistida, 'decepcionados' con Ana Pastor
Un grupo de destacados científicos españoles expresaron ayer su rechazo a cualquier intento de prohibición para investigar con células madre embrionarias. Por el contrario, reclamaron a la ministra de Sanidad, Ana Pastor, que impulse medidas para regular este tipo de investigaciones introduciendo si es preciso' modificaciones en la ley. Pastor aseguró el miércoles que quienes defienden el uso de células madre embrionarias 'ocultando sus riesgos' son unos 'irresponsables' y mostró su negativa a que se investigue con los embriones sobrantes de fertilización. La Comisión Nacional de Reproducción Asistida recomendó en 2001 que se investigue con ellos. Muchos de sus miembros se mostraron decepcionados con Pastor.
La mayoría de los científicos del congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular que se celebra estos días en León cree que la investigación con células madre embrionarias se va a efectuar con independencia de que algunos países pretendan prohibirla. Si esto es así, declaró el director del Centro de Biología Molecular de Madrid, Jesús Ávila, lo razonable sería que la investigación se realizara 'en las mejores condiciones'. Y denunció que 'muchos investigadores se están desplazando a países en desarrollo para trabajar con células madre embrionarias'. Ávila consideró que el anuncio de la ministra de Sanidad, se asemejan a una declaración de 'punto y final' que no se corresponde con la realidad.
En el mismo sentido se manifestó la bióloga del Instituto Dexeus de Barcelona y miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, Anna Veiga: 'Las declaraciones de la ministra suponen una decepción, porque con esta política podemos perder el tren de la revolución de las células madre. Cuando estas terapias se desarrollen fuera de España, los españoles tendremos que ir a otros países o importar las técnicas'. Montse Boada, también del Instuto Dexeus y miembro de la Comisión coincidió al señalar su 'decepción con la nueva ministra de Sanidad'.
Miguel Torres, del Centro Nacional de Biotecnología, y experto en células madre, opinó que las declaraciones eran 'esperables' debido a la trayectoria del Gobierno. Torres cree que en caso de que se produjera la prohibición implicaría que España quedaría relegada a un papel secundario.
Santiago Grisolía, secretario de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados y miembro de diversos comités científicos y éticos, declaró: 'En la investigación, cualquier prohibición es negativa, y más si se mezclan ciencia y creencia'. Veiga señaló que la separación Iglesia Estado 'parece estar disminuyendo en España, ya que el Gobierno está influido por sectores muy conservadores y católicos'. Grisolía pidió que se emprendiera senda de la regulación escuchando a todas las partes, con criterios científicos y bioéticos.
Antes de conocer las declaraciones de Pastor, Carlos Martínez, del Centro Nacional de Biotecnología, y Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk de San Diego (California) defendieron la necesidad de 'cambiar las leyes' para facilitar unas investigaciones de las que se esperan 'grandes beneficios terapéuticos' en cinco o diez años. Si ello no se produce, señalaron, España correrá el riesgo de 'volver a quedarse al margen' de una de las líneas de investigación más prometedoras.
Las células madre, en condiciones adecuadas, pueden formar cualquier tejido. Muchos investigadores creen que las que tienen más posibilidades son las que se obtiene de los embriones. En las clínicas españolas hay unos 40.000 embriones sobrantes de los tratamientos de fertilidad. Por ley, no se pueden destruir ni investigar con ellos. La Comisión Nacional de Reproducción Asistida, que asesora a Sanidad, pidió en noviembre de 2001 que se usaran en investigación. Pastor aseguró que no se permitirá.
El andrólogo y miembro de la comisión, Lluis Basas, aseguró: 'Esto no desautoriza a la comisión porque llevamos varios años desautorizados por el Gobierno. Si no quiere que se investigue, la ministra debe ordenar la destrucción de los embriones, otra cosa es esconder la cabeza'.
Otro miembro, el catedrático de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco y director de la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano Carlos María Romeo lamentó que Pastor no ofreciera ninguna alternativa a la investigación. Y aseguró: 'Esta es una comisón asesora. Si no nos quieren hacer caso, bien, pero que por lo menos nos dejen reunirnos y hagan públicos los informes'. El responsable de medicina reproductiva del Hospital Clínic de Barcelona, Juan Antonio Vanrell, coincidió con Romeo.
El profesor de Humanidades Biomédicas de la Universidad de Navarra e integrante de la comisión, Gonzalo Herranz, pidió 'humildad' para asumir que sólo es una comisión asesora. Herránz, que mostró su discrepancia con el dictamen de la comisión con un voto particular, pidió que cambios en la ley para que en los tartamientos de fertilización no sobren tantos embriones.
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