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CRISIS FINANCIERA EN EL CONO SUR

Paul O'Neill sugiere que el FMI auxiliará a Brasil y a Uruguay, pero no a Argentina

El secretario del Tesoro de EE UU rectifica su posición contraria a nuevos préstamos a la región

Enric González

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acudirá al rescate de las economías de Brasil y Uruguay. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, parece haber superado su desconfianza hacia Latinoamérica y garantiza ahora que la institución multilateral, en la que Washington ejerce una influencia casi hegemónica, auxiliará a 'Brasil y otros países que mantienen políticas económicas sólidas'. O'Neill, que unos días atrás enfureció al Gobierno brasileño al sugerir que sus miembros eran corruptos, rectificó el jueves y limitó sus críticas a Argentina, que, de momento, seguirá sin ayuda del FMI.

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Las negociaciones iniciadas en Washington el pasado miércoles entre una delegación brasileña y el FMI concluirán, según fuentes de ambas partes, en un acuerdo satisfactorio. Las señales positivas emitidas por O'Neill y los portavoces del Fondo causaron una notable recuperación del real, que desde enero se había depreciado un 30% respecto al dólar, y calmaron la ansiedad de los mercados monetarios. Brasil solicita 10.000 millones de dólares (probablemente conseguirá algo menos) y libertad para utilizar parte de sus reservas en la tarea de apuntalar el real. El FMI sugiere la necesidad de que todos los candidatos a las próximas elecciones presidenciales se comprometan a respetar los acuerdos firmados con el Fondo y a mantener una política económica aceptable para Washington.

El interés del Fondo por evitar un colapso del gigante brasileño, que representa el 40% de la actividad económica suramericana, se reflejó ayer en la participación en las conversaciones de Anne Krueger, la subdirectora general. El Banco Interamericano de Desarrollo envió asimismo a varios de sus dirigentes a una reunión matutina en la sede del FMI, para expresar su apoyo a Brasil.

El secretario del Tesoro de EE UU, que el domingo pasado declaró que Brasil y otros países suramericanos sólo merecerían nuevos préstamos cuando ofrecieran garantías de que el dinero no sería desviado a cuentas bancarias en Suiza, indicó ayer que haría uso de toda su autoridad en el FMI para que el Gobierno del presidente Fernando Cardoso recibiera lo antes posible los fondos necesarios para reforzar la moneda. Su tesis, ahora, consiste en que hay que ayudar a los países que sufren 'contagios' de los problemas económicos de sus vecinos o los temores más o menos injustificados de los inversores, y cerrar la puerta a los países culpables de sus propias dificultades. Ejemplos del primer caso serían Brasil, afectado por la incertidumbre sobre el resultado de las próximas elecciones presidenciales, y Uruguay, cuyos bancos (tradicional refugio de los ahorros de las clases medias argentinas) padecen las consecuencias del 'corralito' decretado por el Gobierno de Buenos Aires. Argentina es, según O'Neill, el mejor ejemplo del segundo caso.

Paul O'Neill necesitaba tranquilizar los ánimos brasileños antes de iniciar este fin de semana una gira en la que visitará Brasilia, entre otras capitales suramericanas. Pero también pesó sobre su rectificación la presión de los técnicos del Tesoro, temerosos de una crisis continental y bastante hartos de la locuacidad de su jefe y de su tendencia a rechazar por sistema la concesión de ayudas financieras. El jueves por la tarde, cuando dio a conocer su posición favorable a Brasil y Uruguay, ratificada ayer, leyó sus declaraciones y no se permitió la menor improvisación.

O'Neill, que presidía la corporación metalúrgica Alcoa antes de acceder a la secretaría del Tesoro, ha causado en varias ocasiones intensos revuelos en los mercados financieros (que desprecia, en comparación con la industria, a la que considera el auténtico soporte de la economía) con declaraciones sobre la sobrevaloración del dólar o la gestión de gobiernos extranjeros, y se especula con su desaparición del gabinete de George W. Bush en los próximos meses.

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