Osborne diversifica el negocio
Ha invertido más de 160 millones de euros en los sectores de vino, aguas y cárnicos
El brandy supone el 50% de las ventas y los beneficios, y sigue siendo piedra angular del grupo. Sin embargo, Osborne ha hecho una clara apuesta por la diversificación con fuertes inversiones en vinos tranquilos, aguas y derivados del cerdo. Una situación que ha supuesto para la bodega un mayor endeudamiento y la necesidad de dar entrada en el grupo a un socio financiero.
Osborne constituye uno de los pocos casos de empresas del marco de Jerez que han mantenido en los últimos años la propiedad del grupo, no solamente en manos españolas, sino en poder de las familias históricas. La amplia familia Osborne ha mantenido su apuesta por seguir en la sociedad, pero abriendo la misma a nuevas actividades del conjunto del sector agroalimentario, siguiendo la estrategia de su actual consejero delegado, Ignacio Osborne Cólogan.
El grupo dará entrada en las próximas semanas como accionista a una entidad financiera para reducir su endeudamiento
El proceso de diversificación ha supuesto ya para el grupo Osborne en los últimos años inversiones por unos 160 millones de euros, lo que ha llevado a la sociedad a un endeudamiento cercano a los 300 millones de euros. Esta cifra, según fuentes de la empresa, es perfectamente asumible por los resultados de la sociedad, con un beneficio de unos 20 millones de euros. El objetivo de los actuales responsables es seguir creciendo y diversificando, aunque a un ritmo inferior al desarrollado en los años precedentes. Para ello, en las próximas semanas la familia Osborne decidirá la entrada en el grupo de un accionista financiero, que accedería aproximadamente al 25% de la sociedad. En los últimos meses se han barajado varias entidades, entre las que se hallan BBVA, SCH, Unicaja y Rabobank.
El sector del vino tranquilo de calidad ha sido uno de los objetivos prioritarios del grupo Osborne fuera del marco de Jerez. Esta estrategia de crecimiento se ha concretado en la entrada en la Bodega Alto, en Ribera del Duero, y construida en Quintanilla de Arriba, en Valladolid, con una inversión de 7,2 millones de euros. En esta línea de diversificar la actividad se halla igualmente la bodega Montecillo, en La Rioja. Un paso más en esta dirección la constituye la reciente inauguración de una nueva bodega en Malpica de Tajo, en Toledo, para la producción de vinos de la tierra, donde se prevén inversiones de unos 48 millones de euros. Osborne ha elegido Castilla-La Mancha para la instalación de nuevas plantas para elaborar un tipo de vino a medio camino entre de mesa y el de una denominación de origen con calidad contrastada a un precio bajo. La inversión será tanto para la bodega como para la compra de varios cientos de hectáreas. La política de expansión en el vino se orienta también hacia países iberoamericanos, donde ya hizo el grupo su primer desembarco con la compra del 25% del grupo mexicano Herradura, propietario de la marca de tequila Herradura y principal distribuidor de Osborne en ese país.
Fuera del sector de bodegas, la diversificación de Osborne se centra en la alimentación, derivados del cerdo y las aguas. La primera apuesta fue la incorporación al grupo de Sánchez Romero Carvajal Jabugo.
La segunda, la entrada en aguas Solán de Cabras. Osborne cuenta con el 40% de la empresa manchega y el 60% restante está en manos de la familia propietaria de El Pozo. Osborne inició negociaciones para el control total de Solán de Cabras mediante un intercambio de acciones con sus actuales propietarios. Esa operación, que se inició hace unos meses, en la actualidad se halla en compás de espera.
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