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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Banderas abre secretos cementerios argentinos

El actor rueda junto a Emma Thompson una película sobre los desaparecidos

Cuando se le ve, con ropa de argentino de clase media de los setenta, bajando como baja de un coche de modelo antiguo, la estrella de Hollywood que altera desde hace dos semanas la respiración de gran parte de las mujeres de Buenos Aires y de la prensa no parece comprender a qué viene tanta guardia especial y cuidados a su alrededor. Será un defecto propio de su oficio, pero Antonio Banderas es también en parte, mientras filma en Buenos Aires Imagining Argentina, a las órdenes de Christopher Hampton y con Emma Thompson como coprotagonista, el personaje de una historia que le duele como si acabara de suceder.

Puedes oírle exclamar: 'Me importa un carajo mi carrera'. ¿Quién habla, ahora? Quizá Carlos Rueda, el hombre de izquierdas desesperado que busca a Cecilia, su esposa, una periodista desaparecida bajo la dictadura militar que devastó el país a finales de los años setenta. O puede que Antonio Banderas, el actor español que lleva ya dos semanas filmando en Buenos Aires un filme que también se rodará en Madrid en agosto y en los descansos lee las cartas que le envían los hijos de los desaparecidos, se encuentra con las Madres de Plaza de Mayo o se interesa por la marcha del país en conversaciones con técnicos, ayudantes y personas que se le acercan.

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Es Banderas el que dice: 'Nunca me he preguntado si tal personaje o tal película sirve a mi carrera. Este de ahora no significa nada especial en ese sentido, me interesa por otras razones. A mí, la verdad, es que me importa un carajo mi carrera. Me preocupo mucho del presente y de las cosas que me van mandando. Lo único que lamento es tener que interrumpir ahora el rodaje en Buenos Aires para marcharme a cumplir compromisos de prensa en Los Ángeles y Nueva York y regresar en una semana; no me gusta salirme cuando estoy tan metido en algo', asegura.

Carrera ecléctica

'Si algo me define a mí como actor puede que sea el eclecticismo, yo he hecho musicales, películas de horror, comedia, películas políticas, drama, underground con Almodóvar... Mira, de aquí nos vamos a Madrid a rodar cuatro semanas de interiores; de allí me voy tres semanas a Los Ángeles a preparar el personaje de Pancho Villa para una película que rodaré en México, luego tengo seis meses en Broadway con Nine, un musical basado en Ocho y medio, la película de Fellini, y enseguida la segunda parte de El Zorro, y probablemente Tarántula, con Almodóvar y Penélope Cruz, a comienzos de 2004. Ya ves, en un año y medio tocaré todos los géneros'.

Fue hace tres años cuando al actor malagueño le llegó el proyecto de Imagining Argentina, aunque se retrasó hasta hace cuatro o cinco meses. 'La razón fue que a nadie le interesaba en principio una película de contenido político', asegura Banderas. 'Los productores americanos creen que debe hacerse un cine de evasión sobre todo después del 11 de septiembre, pero finalmente para este proyecto se encontraron grupos independientes'. La película es finalmente una coproducción hispano-británica en la que participan Arenas Entertainment, Universal Pictures, Arenas Group y Myriad Pictures, con 11,5 millones de euros de presupuesto.

Antonio Banderas asegura que se decidió a hacer la película porque, por un lado, se sintió atraído por la historia política de Argentina -'que tiene un tirón muy fuerte para mí'-, y por otro, por el hecho de trabajar junto a Christopher Hampton y Emma Thompson. El primero es el director de Carrington, también con Thompson como protagonista, y el autor del guión de Las amistades peligrosas, de Stephen Frears. Sobre la actriz, Banderas asegura: 'Yo, generalmente, trabajo con Salma Hayek, Angelina Jolie, Madonna, ese tipo de mujeres mucho más exuberantes, pero Emma está en otra categoría de actriz, es una mujer mucho más normal, entre comillas, con una carga emocional muy importante'.

Hechos no resueltos

Un actor de su experiencia sabe que no será sencillo convertir en éxito de público una película que cuenta una historia basada en hechos relativamente recientes, tan terribles y todavía sin resolver. Él mismo se lo pregunta cada día: 'Uno piensa: ¿hay gente interesada realmente en este tipo de cine político en Estados Unidos? Probablemente, no. Entonces vamos a tratar de darle un carácter distinto, vamos a hacer un truco para que también sea un thriller y que esa parte casi sobrenatural de la película atraiga también al público, porque una vez metido ya en el cine, el mensaje político va a llegar y va a entrar'.

'Mi personaje, Carlos, es un hombre de izquierdas, pero no un militante. Quizá lo sea más mi mujer, el personaje de Emma, que es periodista. Ella lucha por las libertades en los años setenta y trata de denunciar aquellas cosas con las que no está de acuerdo. Mi personaje se va introduciendo muchísimo más en la historia, como creo que le pasó a la mayoría de los argentinos, a través de los hechos, cuando ella es secuestrada'.

Es en ese punto de la historia, cuando comienza la búsqueda junto con los familiares de miles de desaparecidos, cuando al personaje que interpreta Banderas le ocurre aquello que le da el toque sobrenatural a la película. Cuenta Banderas: 'Es que la única forma de expresar lo que le está ocurriendo y la única forma de darle un razonamiento, aunque parezca una contradicción, o algo absurdo, es a través de la imaginación. A este hombre, Carlos, se le abre un sexto sentido que se va a llenar de símbolos y de huellas que él tiene que seguir. Así puede ver, mirando a las personas, tocándolas, qué les ha ocurrido a determinados familiares'.

Antonio Banderas, a la izquierda, junto al director de la película, Christopher Hampton.
Antonio Banderas, a la izquierda, junto al director de la película, Christopher Hampton.ASSOCIATED PRESS

Amigos y tristeza

Antonio Banderas, que cumplirá 42 años el próximo 9 de agosto, y su esposa, Melanie Griffith, que un día más tarde cumplirá 45, lo celebrarán juntos en Buenos Aires. Banderas lamenta que algunos amigos argentinos no estén ahora aquí para encontrarse con ellos. En sus recuerdos asoman sitios, lugares y personas que conoció durante el rodaje de De luces y de sombras, en los años ochenta, y a los que se sumaron luego amigos de los noventa, cuando regresó para trabajar en la versión cinematográfica de la ópera rock Evita, dirigida por Alan Parker y protagonizada por Madonna. El cine le permitió ahondar en pasajes de la historia argentina, como ahora, que rueda escenas en la Casa Rosada, sede del Gobierno, y tomar contacto directo con sus protagonistas en tres momentos muy distintos del periodo democrático que sucedió a la dictadura militar. Por eso, ahora puede sentir el desencanto profundo de la sociedad: 'De aquella ilusión que había después de que Alfonsín ganara las elecciones en 1983 a esto de ahora hay una palabra que define para mí el estado actual, tristeza. He encontrado a la gente muy triste. Cuando uno llega a la ciudad la ve bonita, pero luego ya, cuando se empieza uno a mover, comprende que la situación está muy mal, que la gente está muy triste y sobre todo desencantada, con una falta de fe tremenda en sus políticos. Casi todos con los que hablo me dicen 'esto no tiene arreglo', 'cualquiera que venga da lo mismo'. El otro día, una persona me dijo: 'Salimos de los asesinos y nos metimos en los ladrones. Es muy penoso ver a un pueblo con el potencial del argentino que ha sido violado de manera sistemática, tantas veces y por tantos motivos'. Banderas percibe además cierta resistencia de los argentinos a revisar los temas de los que habla la película: 'Tal vez haya un poco de miedo todavía, porque la situación puede cambiar; es probable también que la gente sienta de verdad un rechazo a volverse a mirar dentro de algo tan doloroso como fue aquello. Nosotros pretendemos hacer entender el mensaje de que esto es una situación intemporal, que puede volver a reproducirse aquí y en muchos otros países'.

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