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VISTO / OÍDO
Columna
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Legionario y bandera

Algunas trincas celebraron el 18 de julio, no sin cierta comicidad: la foto del legionario colocando la bandera de España en el islote tonto, desplegada a toda página, les pareció simbólica: hemos vuelto, por el imperio, hacia Dios. A mí no me parece mal el aniversario del día en el que el pueblo español cortó el golpe de Estado de los militares exterminadores. Lástima que el Gobierno burgués de la República tuviera más miedo al pueblo que a los militares y no les entregara las armas o les diera fusiles sin cerrojo, con los que salieron a que los mataran sin defensa, y el golpe se convirtió en guerra civil. Con un astuto Franco que engañó a los señoritos monárquicos, a la aristocracia, a los jovenzuelos falangistas, a las derechas republicanas, y se quedó con todo. Él, personalmente: y algunos de su familia. No consiguió crear un bonapartismo, y no sería porque la Señora y la Niña y la Nieta no lo consideraran posible y nupcial. El bonapartismo fraguó mejor en los otros, en los cómplices, que han ido colocando nietos y sobrinos en la salida burguesa al régimen. Un 'Segundo Imperio' que en realidad fue perdiendo los despojos del que quedaba: está más allá del territorial y entra de lleno en el imperialismo económico. El ejemplo para seguir es el del único imperio real que queda en el mundo, el de Estados Unidos; pero no se puede.

El imperio americano tiene un trío seguro: la economía, la tecnología y las armas. Aquí nos llegan de segunda mano, y no estoy seguro de que sean menos o peores que las de Marruecos. Los nefastos pesimistas dicen que esta vez los moros llegarían a Covadonga y que pasarían Roncesvalles. No habría lugar, claro, ni habrá guerra, ni nada: el rey Mohamed es ahora el moro amigo de Estados Unidos, y la ridiculez amenazante del frágil piquete en el peñón es tan ridícula como la foto de la bandera española colocada por el legionario. El recién casado está ahora guardando la frontera occidental de los monstruos de Al Qaeda (si es que no lo devoran sus propios islamistas, algún Bin Laden escondido en alguna cabila del país).

Las fotos de este 18 de julio no harán más que llenar de alegría a las trincas. (Trinca: grupo o pandilla reducida de amigos. Trincar: robar para sí lo ajeno. Academia.).

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