El Gobierno coloca a José Antonio Sánchez al frente de RTVE en sustitución de González Ferrari

El presidente del Gobierno, José María Aznar, dio ayer luz verde al relevo como director general de RTVE de Javier González Ferrari, que ha ocupado el cargo durante 25 meses. Ferrari solicitó en abril su salida, pero el jefe del Ejecutivo le pidió permanecer en su puesto hasta el fin de la presidencia comunitaria. El 30 de junio quedó despejado el camino. Aznar ha optado por el periodista José Antonio Sánchez, adjunto a la presidencia de Admira y bien visto en círculos del PP. Su nombramiento fue rechazado ayer por los consejeros socialistas. PP, CiU y CC votaron a favor.

El timón de la gestión económica, no obstante, está en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, organismo al que fue adscrita RTVE en enero de 2001. Su principal reto será negociar con los sindicatos el nuevo marco laboral y la reestructuración de la maraña de categorías existentes (165). Los sindicatos temen una demora en el plan de saneamiento y el PSOE reclama mayor pluralismo político en la radiotelevisión pública.

Sánchez estará al frente de la poderosa maquinaria informativa pública en una etapa política clave, con elecciones municipales en la próxima primavera y generales dentro de 18 meses.

Su nombramiento fue una incógnita hasta el último minuto. El Consejo de Administración de RTVE celebró ayer por la mañana una sesión ordinaria para tratar asuntos de trámite. A primera hora de la tarde, el presidente de turno de ese organismo, el socialista José Nevado, recibió la notificación para la convocatoria de una reunión extraordinaria a las 18.00 horas. Algunos consejeros, ajenos a los planes del Gobierno, se habían desplazado a sus lugares de origen. El representante de CiU, Marc Puig, regresó a toda prisa de Barcelona para votar, según establece el Estatuto de RTVE, al candidato.

Tanto Puig como el PSOE criticaron las 'formas' empleadas por el Ejecutivo. El portavoz de los socialistas, Miguel Ángel Sacaluga, arremetió contra el 'ocultismo' del Gobierno a la hora de comunicar el nombramiento, 'por la puerta de atrás y sin respetar las formas'.

También se quejó de la escueta nota del Ministerio de la Presidencia, que ni siquiera incluía el currículo del candidato, y justificó el voto negativo de los cuatro consejeros socialistas por razones de fondo y de forma. 'Nos hemos enterado por los teletipos, el consejo se ha convocado sólo con tres horas de antelación, no nos han ofrecido las razones por las que se aceptaba la dimisión de Ferrari y no conocemos los méritos del nuevo director general', dijo Sacaluga.

Pese a todo, el consejo emitió un voto favorable a la designación de José Antonio Sánchez, gracias a los seis votos de los representantes del PP y los dos de CiU y Coalición Canaria. El periodista superaba así el trámite del consejo, tras emitir este organismo su parecer favorable y conseguir la mayoría de dos tercios exigida en el Estatuto de RTVE. No obstante, la decisión no es vinculante, de modo que el hasta ahora adjunto a la presidencia de Admira, filial de medios de Telefónica, será nombrado mañana quinto director general desde que el PP alcanzó el poder, en 1996, tras Mónica Ridruejo, Fernando López-Amor, Pío Cabanillas y Javier González Ferrari.

Sánchez dirigirá una compañía con un abultado endeudamiento (4.817 millones de pesetas hasta la fecha) y sin un horizonte económico y financiero despejado. Junto a la gigantesca deuda, el ente arrastrará este año un déficit de 768 millones de euros.

El timón de la gestión económica, no obstante, está en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, organismo al que fue adscrita RTVE en enero de 2001. Su principal reto será negociar con los sindicatos el nuevo marco laboral y la reestructuración de la maraña de categorías existentes (165). Los sindicatos temen una demora en el plan de saneamiento y el PSOE reclama mayor pluralismo político en la radiotelevisión pública.