El reto del billón
El sucesor de González Ferrari hereda una audiencia récord y una enorme deuda
'El déficit es la gotera y la deuda es la mancha en el techo'. El presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ignacio Ruiz Jarabo, dibujó así el estado de la radiotelevisíón pública cuando presentó el Plan Marco de RTVE, en febrero de este año. La mancha que se encontrará en el histórico edificio de Prado del Rey el nuevo director general del ente público, José Antonio Sánchez, será de proporciones gigantescas: 4.871 millones de euros. Y amenaza con crecer hasta los 6.000 millones, el temido billón de pesetas, que asfixiará aún más la frágil situación de la radio y la televisión estatal.
Sobre todo porque el déficit crece a un ritmo próximo a los 700 millones de euros al año. Los ingresos (fundamentalmente publicitarios) apenas cubren la mitad del presupuesto. El resto lo aportan los bancos. Sólo en el pago de los intereses, la cadena pública desembolsará este año alrededor de 248 millones de euros. La subvención estatal es ridícula: 66,3 millones.
La receta de la oposición pasa por 'poner el cuentakilómetros de RTVE a cero'
Ninguna televisión pública europea vive una situación semejante. El modelo de financiación sigue siendo la asignatura pendiente del Partido Popular. En seis años de mandato, el Gobierno de José María Aznar no ha sido capaz de atajar el mal endémico de RTVE. 'El Gobierno ha adquirido el compromiso de cancelar la deuda acumulada en 2004', recuerda el consejero del PP Gerardo Conde, para quien el Plan Marco diseñado por Ignacio Ruiz Jarabo y Javier González Ferrari está llamado a cortar radicalmente las fugas de agua en el techo del ente público.
'Aunque se vendiese el terreno de Prado del Rey para operaciones inmobiliarias, no se saldaría una deuda que se creó artificiosamente y se mantiene sin ningún sentido', pronostica Francisco Andújar, presidente del Comité General Intercentros del ente.
Para el portavoz socialista en la comisión de Control parlamentario, Máximo Díaz-Cano, el problema del endeudamiento sólo se resolverá con voluntad política, donde el Estado actúe de garante, La receta que apunta Izquierda Unida pasa por alcanzar un gran pacto entre las fuerzas parlamentarias para dibujar una estrategia según la cual el Estado 'ponga el cuentakilómetros de RTVE a cero', según el diputado Felipe Alcaraz.
Harían falta, además, muchas Operaciones Triunfo para cerrar el grifo de la deuda. Con este programa -el más visto de la temporada televisiva que acaba- TVE admite que ha hecho un buen negocio. Ha contribuido a mejorar la cuenta de resultados y también la imagen de la televisión pública, que ha atraído a un espectador más joven, tradicionalmente captado por las cadenas privadas.
El diputado del PP Alejandro Ballestero asegura que González Ferrari ha perseguido una televisión 'más familiar' y con vocación de 'servicio público'. No duda incluso en afirmar que ha sido el mejor director general en los últimos años. Series como Cuéntame o Ana y los 7 han ampliado el abanico de espectadores y contribuido a que TVE-1 haya cerrado la temporada con el 25,2% de la audiencia, a la que se suma el 7,7% de La 2.
Sin negar el abrumador éxito de audiencia, el consejero socialista Miguel Ángel Sacaluga considera que no son tan buenas noticias como para acallar el problema de la deuda. 'El panorama es bastante desolador. En el Gobierno hay un absoluto inmovilismo. No le interesa mover ficha en RTVE y menos antes de las elecciones generales de 2004', añade. Sacaluga está convencido de que el nuevo director general llega al cargo con menos poder de gestión que su antecesor: 'No tendrá gran capacidad de maniobra, la SEPI no le va a dejar. Se va a encontrar en septiembre con unos presupuestos que no son suyos, sino los de la SEPI'.
En los últimos seis años, el único cambio introducido en el Estatuto -y por la puerta de atrás, a través de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales- ha sido la definición de servicio público. 'Un concepto ambicioso que marca el nuevo modelo de futuro', según Ballestero. También despeja dudas sobre hipotéticas privatizaciones, pero no aclara cómo pagar ese servicio público. Para el diputado popular, el reto de José Antonio Sánchez será pelear por un aumento de las subvenciones. Al menos para financiar RNE, que consume 150 millones de euros.
Un artículo que sigue vigente, pese a las protestas de la oposición, es el referido al mecanismo de nombramiento del director general de RTVE. A cargo del Gobierno y sin ningún tipo de negociación con las fuerzas parlamentarias. 'Es el sistema que hay, mientras esté vigente el Estatuto', dice Gerardo Conde. Y subraya que el Gobierno lo ha utilizado legítimamente, como se viene haciendo desde 1980.
Pero para Díaz-Cano, el modelo está agotado. El sistema de nombramiento no tiene parangón en ninguna televisión pública europea, a excepción de Italia, 'un caso peculiar y en absoluto imitable'. En su opinión, la elección de un director general 'al margen del Gobierno de turno' pasa por la creación de un consejo audiovisual por encima de los partidos. De momento, es pesimista. 'Sin menoscabo del respecto personal, el nuevo director general no va aportar ni un ápice de pluralismo ni evitar la manipulación intensiva de los últimos años. No hay voluntad política del Gobierno para que ésto cambie'.
Díaz-Cano refleja ese pesimimo en el 'obsceno trasvase' de lo público a lo privado -y viceversa- entre el director general entrante y el saliente. 'El Gobierno tiene un gran grupo mediático privado y otro público, hasta el punto de que es difícil distinguir el batiburrillo'. Recuerda que José Antonio Sánchez salta de Admira a RTVE, mientras que González Ferrari hace el viaje inverso: del ente público a Onda Cero, la cadena de radio de Admira (filial de medios de Telefónica).
Antes de su dimisión -aceptada el pasado jueves-, Ferrari ha dejado firmado un protocolo a tres bandas (RTVE, SEPI y sindicatos) para abordar el espinoso asunto de la plantilla, que forman 9.441 trabajadores, nueve veces más que Tele 5, aunque las dimensiones del grupo público son muy superiores. A Sánchez le corresponderá aplicar el nuevo marco laboral, que en todo caso sería pactado con los agentes sociales. Éstos piensan darle un margen de tiempo 'antes de ponerle etiquetas' y confían en que 'sea dialogante', en palabras de Andújar.
El martes, cuando Sánchez tome posesión de su cargo, el cuentakilómetros seguirá corriendo.
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