Uno de cada tres tratamientos fracasa a causa de las resistencias
Olvidar una pastilla de 20 entraña ya riesgo
Un 32% de los tratamientos del sida acaba fracasando porque el virus se hace resistente a los fármacos antirretrovirales. De acuerdo con los estudios presentados en la conferencia de Barcelona, el índice global de fracaso terapéutico está en torno al 40%, del cual un 80% se debe a resistencias del VIH, según resume José María Gatell, presidente de la conferencia. Cuando el VIH no responde a un tratamiento, la solución está en cambiar la combinación de fármacos, pero hay pacientes que ya han tenido que cambiar de terapia tres y cuatro veces y, con los fármacos disponibles, las combinaciones se agotan.
El problema de la aparición de cepas resistentes del VIH es similar, aunque más complejo, al de las resistencias bacterianas a los antibióticos. La razón principal es el uso inadecuado de los fármacos, y en ambos casos el resultado es el mismo: el agente patógeno desarrolla mutaciones contra las que los fármacos ya no son eficaces, pudiendo entonces multiplicarse libremente.
Gracias a su gran variabilidad genética, 'el VIH desarrolla resistencias de forma más rápida y sencilla que las bacterias ante los antibióticos', explica José Luis Casado, de la Unidad de Sida del hospital Ramón y Cajal de Madrid.
La única forma de evitar resistencias es que el cumplimiento del tratamiento (adherencia) sea perfecto, o casi. 'La adherencia podría constituir el factor más importante para el éxito de la terapia HAART .
En ausencia de concentraciones activas del fármaco, la replicación viral se reactivará e inevitablemente se producirá un incremento de la diversidad genética y de la carga viral', afirma François Raffi, del departamento de enfermedades infecciosas del hospital Universitario de Nantes (Francia). Cuando la adherencia baja del 80-90% (dejar de tomar una o dos pastillas de cada 10 o tomarlas a destiempo), en la mitad de los pacientes pueden detectarse ya virus circulantes que podrían dar resistencias.
Incluso con un 95% de adhesión (que implica olvidar o retrasar la toma de 1 de cada 20 pastillas), sólo el 81% de los pacientes consigue mantener una carga viral indetectable (menos de 50 copias por microlitro). 'Si el tratamiento no consigue reducir la carga viral por debajo de las 50 copias, existe el riesgo de que aparezcan resistencias', afirma Gatell.
Puede ocurrir, además, que un paciente se infecte con un virus que ya es resistente a uno o varios de los fármacos disponibles. Estas resistencias primarias se presentan en un 5-7% de los casos. Aunque se consideraba que estaban estabilizadas, un trabajo publicado el miércoles pasado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) indica que 'están aumentando'.
Datos de este estudio indican que en algunas poblaciones las resistencias han aumentado de un 0% en 1996 a un 13,2% en 2001 para algunos fármacos inhibidores de la transcriptasa inversa. Las resistencias del VIH a los inhibidores de la proteasa, en cambio, permanecen relativamente estables desde 1997.
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