La Semana Negra reivindica la novela de denuncia social

Los autores participantes en la Semana Negra de Gijón creen en las virtudes de un género que ha roto sus propios corsés para erigirse en una propuesta abierta, diversa y dinámica, fiel y cercana a la realidad de cada día, capaz de comprender la complejidad turbulenta de las fuerzas que mueven el mundo. Con ello, aseguran, la novela negra deja de ser un recurso para la evasión y pasa a convertirse en el más crudo testimonio literario de la compleja realidad circundante y en un instrumento eficaz de reflexión y denuncia social.

Ése es el criterio compartido por la generalidad de los 50 autores que se reúnen en Gijón durante diez días, junto a cientos de miles de personas que asisten a un recinto en el que lo lúdico, la música y la gastronomía convive con las letras. Se trata de un ambiente propicio porque, como explica el autor cubano Justo Vasco, 'el género negro es la novela costumbrista del presente'.

El autor colombiano Jorge Franco Ramos, que hace dos años ganó en este certamen el premio Hammet con su novela Rosario Tijeras y que este año presenta su última creación, Paraíso travel, cree que 'el género negro ha roto sus fronteras tradicionales y ya no se limita a descubrir al asesino, sino que aborda los problemas sociales, políticos y culturales de nuestro tiempo. Cuando escribí Rosario Tijeras la concebí como una historia romántica y Gijón me enseñó que era también género negro, porque trata de sicarios y narcotráfico'.

El cubano afincado en Gijón Justo Vasco, que trabaja simultáneamente en seis novelas, y cada año escribe sólo un capítulo de cada una de ellas, considera que 'el género está en evolución y en ebullición más en Europa y en el Tercer Mundo que en EE UU, donde se limita al puro entretenimiento, repitiendo fórmulas, y apenas aborda la reflexión social'. Vasco elogia la 'fantástica' nueva novela criminal escocesa, que 'describe los posos de pobreza y miseria, y una realidad de violencia callada pero dura', y la que ahora mismo están haciendo en Francia y Alemania descendientes de inmigrantes, que abordan 'la violencia en los barrios marginales y en los cinturones de pobreza'.