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La investigación de Gescartera destapa que sus clientes mantienen fuera de España 30 millones

El arzobispado de Burgos dice ignorar 4 millones colocados a su nombre en Caimán y EE UU

José María Irujo

Antonio Camacho, propietario de Gescartera, utilizó la identidad de decenas de sus clientes para evadir dinero de España y colocarlo a buen recaudo en diversos paraísos fiscales, según se desprende de la investigación policial. El examen de miles de operaciones en el exterior ha sacado a flote nuevas pistas: 30 millones de euros (5.000 millones de pesetas) se mantienen hoy fuera de España y 12 millones se colocaron en el exterior a espaldas de sus titulares. A nombre del arzobispado de Burgos aparecen cuatro millones en las islas Caimán, EE UU y Francia desde cuentas que su ecónomo dice ignorar.

Se utilizó la identidad de más de 40 personas para evadir al exterior sumas multimillonarias
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Tema:: El 'caso Gescartera'
Participación:: La opinión de los lectores

Cuando se cumple un año de la intervención de Gescartera por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el paradero de los 100 millones de euros desaparecidos (16.600 millones de pesetas) continúa siendo un misterio, pero la labor de los peritos y de la policía ha conseguido colocar algunas piezas del complejo entramado financiero mediante el que Camacho, desde hace un año en prisión, estafó su dinero a 2.000 inversores privados e institucionales. Las salidas de dinero al exterior fue una de las vías empleadas.

La Fiscalía Anticorrupción ordenó que se investigaran todas las operaciones en el exterior superiores a 300.500 euros (50 millones de pesetas) de los 2.000 clientes de la agencia de valores, tuvieran o no que ver con Gescartera, y el gigantesco cuadro de salidas que ha facilitado a los peritos la Oficina de Balanza de Pagos del Banco de España arroja algunas sorpresas.

Más de 30 millones de euros (5.000 millones de pesetas) continúan todavía fuera, una buena pista a juicio de los investigadores, aunque ahora hay que discriminar si ese dinero corresponde a operaciones de Gescartera o a otras distintas llevadas a cabo por los mismos clientes, pero mediante otros bancos o agencias de valores. 'Esa cantidad no ha vuelto. O se perdió en inversiones, algo muy poco probable, o sigue oculta', señala una fuente policial.

El dinero se colocó en Luxemburgo, Suiza, Alemania, Francia, EE UU e islas Caimán. Se conoce el destino, pero no los bancos a donde se transfirió, ya que los datos que proporcionan las entidades españolas al Banco de España son genéricos y se limitan al NIF del titular de la cuenta, la cantidad transferida, el concepto y el país adonde va la inversión. La policía las llama 'operaciones invisibles'.

La Fiscalía Anticorrupción prepara peticiones de ayuda judicial a estos países, pero no se enviarán hasta que la información sea más precisa para evitar que se devuelvan sin contestar, como ocurrió al inicio de la investigación.

El principal hallazgo de la información facilitada por el informe de la Oficina de Balanza de Pagos radica en el hecho de que muchas de estas inversiones de clientes de Gescartera en paraísos fiscales eran desconocidas para sus titulares, pese a que figuran con su NIF y se han hecho desde cuentas bancarias que dicen no haber abierto y con bancos con los que aseguran no trabajaban.

En algunos casos las cantidades millonarias transferidas fuera de España superaban las posibilidades de los ordenantes, de lo que se deduce, según la investigación judicial, que se usaron sus identidades para sacar dinero y colocarlo a buen recaudo. Destaca el ejemplo de un cliente que había invertido un millón de pesetas y a su nombre se sacaron fuera 160.

Más de 40 clientes de Gescartera fueron utilizados como testaferros para evadir dinero de la agencia de valores, según se desprende de sus declaraciones a la policía, al fiscal anticorrupción, Luis López Sanz, y a la juez Teresa Palacios. A su nombre se sacaron fuera de España 13 millones de euros (unos 2.000 millones de pesetas). Varias entidades religiosas clientes de Gescartera se han llevado una sorpresa mayúscula cuando se les ha informado de que en el Banco de España figuran salidas millonarias de dinero con su NIF hacia diversos paraísos fiscales. Entre ellas está el arzobispado de Burgos, cliente de Gescartera, que retiró su dinero en 1999, antes de que la agencia fuera intervenida por la CNMV; las Escuelas Cristianas de Valladolid, agustinas misioneras, agustinos y cistercienses, entre otros. En una reciente comparecencia judicial, todos sus responsables negaron tener relación con estas inversiones.

Amplios poderes

El caso más llamativo ha sido el del arzobispado de Burgos, a cuyo nombre figuran 4,2 millones de euros (700 millones de pesetas) invertidos en las islas Caimán, EE UU y Francia. José Luis del Rincón, ecónomo, declinó hacer ningún comentario. 'No tengo nada más que decir. Me remito a lo que dije al juez'.

Silvano Maeso, ecónomo de los Hermanos Escuelas Cristianas de Valladolid, entidad religiosa a cuyo nombre se sacó también dinero al extranjero, mantiene una postura similar. 'Es un asunto mío y privado. No voy a a hacer ninguna declaración'. Estas escuelas, regentadas por los hermanos de La Salle, declararon haber perdido en Gescartera su inversión de 300.000 euros (49 millones de pesetas).

Los contratos que firmaban los clientes de Gescartera otorgaban poderes muy amplios a la agencia de valores y ahí puede estar la explicación a las inversiones descubiertas en el exterior a nombre de personas y entidades que aparentemente fueron utilizados. Según la versión facilitada por José María Ruiz de la Serna, número dos de la agencia e imputado en el caso, Camacho sacaba el dinero de sus clientes fuera de España desde 1989 y lo colocaba en manos de asesores externos, que, en su opinión, eran del Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC), un gigantesco banco británico que trabajó para la agencia.

La fiscalía ha constatado que muchos clientes de Gescartera, en especial entidades religiosas, invirtieron en Gescartera más de lo que se declaró a la CNMV.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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