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Dos buques parten hacia la Antártida al rescate de los tripulantes del 'Magdalena'

Los 108 pasajeros del barco atrapado por el hielo se encuentran a 4.300 kilómetros

Un barco surafricano partió ayer del puerto de Ciudad del Cabo para intentar rescatar con vida a los 108 tripulantes del Magdalena Oldendorff, un navío alemán que se encuentra atrapado por el hielo del invierno austral cerca de la Antártida. Antes de partir a esta arriesgada misión, el responsable de la expedición, Gerald Hagemann, dijo que, a pesar de las extremas condiciones de frío y oscuridad (la noche austral ocupa 20 horas del día), confía en salir airoso, gracias a que el buque oceanográfico que comanda, el Agulhas, será auxiliado por el rompehielos argentino Almirante Irízar.

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En condiciones normales, los barcos de auxilio Agulhas y Almirante Irízar, procedente de Buenos Aires, deben encontrarse dentro de una semana a 250 millas náuticas de donde se encuentra atrapado el navío alemán.

Pero la zona antártida no es precisamente el Mediterráneo en verano. Además de disponer de tan sólo cuatro horas de luz al día, los expertos de la Armada surafricana afirman que la temperatura reinante en la zona alcanza los 50 grados bajo cero. Con las frecuentes tormentas de hielo imperantes en esta época del año y la oscuridad, temen que la operación de rescate sea extremadamente peligrosa para quienes la realicen.

'Si tenemos en cuenta la situación meteorológica actual, creemos factible rescatar el barco y devolverlo a la mar abierta, pero podrían cambiar inesperadamente', afirmó Hagemann. 'Lo más arriesgado será navegar a través de la masas de hielo, teniendo en cuenta que debemos hacerlo en la oscuridad', añadió el patrón surafricano del Agulhas.El apresamiento polar del Magdalena Oldendorff al norte de la base rusa de Novolazarevskaya fue comunicado por las autoridades marítimas de Nueva Zelanda y Suráfrica el pasado viernes, pero nadie ha podido confirmar cuánto tiempo lleva en esa situación. Dispone de víveres para 20 días.

A bordo del Magdalena Oldendorff, que desplaza 18.000 toneladas, viajan 79 científicos rusos y 29 tripulantes tras concluir un periodo de investigación en la base rusa de Novolazarevskaya el pasado 11 de junio. El navío buscó refugio en el fiordo de Muskegbukta después de intentar sortear un cordón de hielo, pero se quedó atrapado a unos 300 kilómetros al noreste de una base expedicionaria surafricana.

Aunque ahora navega con bandera alemana, su origen es ruso. Se construyó para recorrer el Ártico y operar desde la base de Murmansks y prestar asistencia a los mismos rompehielos que ahora intentarán rescatarle. Primero se llamó Nizhneyanks. Luego le pusieron Belnor cuando fue vendido a los noruegos y finalmente adquirió su nombre actual al ser trasferido a los alemanes, sus actuales armadores, Oldendorff Carriers, con base en Luebeck. En los últimos tiempos se ha destacado por trasladar a científicos a la base que la India posee en la Antártida. Su tripulación, pues, está familiarizada con las condiciones extremas de navegación, aunque haya fracasado en su última misión.

El Agulhas acude en su auxilio con un gran dispositivo a bordo; 13 tripulantes, 12 militares un especialista ruso en navegación olar y un médico. Va provisto de dos helicópteros Oryx con la finalidad de rescatar a los ocupantes del Magdalena y facilitar provisiones a la tripulación que se mantenga en el barco para vigilarlo.

Los organizadores del rescate aseguran que la operación costará alrededor de 2,1 millones de euros. No tienen claro quién se hará cargo del gasto, informa Reuters. El Agulhas pertenece al Ministerio de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Suráfrica. Lleva el casco reforzado, pero no suficiente como para abrir una brecha en los témpanos antárticos.

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