La identidad desde el cuerpo de mujer
El Centro Conde Duque y Casa de América aportan ocho exposiciones con imágenes de testimonios personales 'femeninos'
La artista Carolee Schneemann elogió en público 'la valentía' del Centro Cultural Conde Duque, del Ayuntamiento de Madrid, por exponer sus vídeos y fotografías de actuaciones de los años sesenta y setenta que tuvieron muchos problemas de difusión. La obra de Schneemann, definida por Elga Wimmer, comisaria de la exposición Cuerpo real / Corpo real, como 'uno de los iconos de la erótica femenina, que utiliza el cuerpo como una guía para mostrar atributos animales y humanos', figura en el programa del festival internacional de fotografía PHotoEspaña 2002, dedicado a Femeninos.
La utilización del cuerpo de la mujer como medio artístico reúne en Cuerpo real las obras de Marina Abramovic, Adrian Piper y Carolee Schneemann. Según la comisaria, a través de actuaciones, instalaciones con vídeos y pinturas ofrecen de forma radical la expresión del cuerpo y la mente en situaciones límite, más allá de las fronteras del arte. Las artistas se convirtieron en los años sesenta en objetos de arte y al mismo tiempo en provocación política. En el caso de Adrian Piper, se presentan 14 fotos en blanco y negro, Alimento para el espíritu, con el proceso de reafirmación de la identidad frente a la lectura de Kant.
La mujer como objeto aparece en la serie La más bella eres tú, del fotógrafo italiano Federico Patellani, sobre los concursos de misses en Italia, que documentó durante varios años para la revista Tempo. La comisaria, Giovanna Calvenzi, contó que este trabajo estaba entre los archivos de Patellani, estudiados tras su muerte en 1977. La carpeta La era de las misses muestra los años cincuenta en Italia, con los concursos de belleza para salir de la pobreza y su reflejo en el cine neorrealista. La sala del Conde Duque, de Madrid (Conde Duque, 11), refleja la idea del fotoperiodista de 'contar una historia', de entender la fotografía como 'el cine sin movimiento' y alejada de las bellas artes. En las imágenes aparecen las candidatas pesadas y medidas, el comienzo del mito de actrices como Gina Lollobrígida, Sofía Loren, Silvana Mangano, Silvana Pampanini y Lucía Bosé, en una foto de 1947 donde un periodista estudia la dentadura de la candidata.
La crítica de arte Victoria Combalía está convencida de que Francesca Woodman (Denver, 1958-Nueva York, 1981) es 'una fotógrafa genial'. Ha figurado en un ciclo de mujeres creadoras que Combalía presentó en Barcelona, tras una inicial presentación en la Fundación Cartier, de París. La obra expuesta en el Conde Duque es una parte del material dejado por la artista desde los 13 a los 22 años, en que se suicidó. Los padres de la artista manifestaron en Madrid la aportación de 'una inocencia especial' en su trabajo.
A través de las imágenes, desde los autorretratos a los 13 años, se descubren en blanco y negro y a veces en composiciones de copias de negativos los temas de Francesca Woodman, que, según la comisaria, tratan la búsqueda de la identidad, con una pureza y candor de adolescente, el descubrimiento de su propio cuerpo, y la fusión del mismo con la arquitectura, en una serie realizada en un caserón al utilizar los papeles pintados de las paredes. 'Su obra tiene angustia y sensualidad, espiritualidad y humor, sadismo y candor', afirma Victoria Combalía. La cuarta exposición del Conde Duque, No hablo japonés, es una invitación de la fotógrafa Sophie Dubosc a recorrer con ella sus orígenes japoneses. El montaje, con dos fotos y un vídeo, utiliza también un álbum para viajar con la artista.
Cuatro propuestas y una terraza es la aportación de la Casa de América (paseo de Recoletos, 2, www.casamerica.es) al programa PHE02. En la terraza nocturna, iluminada y amueblada por la artista Ana Laura Aláez, se pasan ciclos de Vídeos XX: femeninos feminismos. La mujer, el exilio, la belleza, es la propuesta del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en una exposición donde 27 fotógrafos quieren demostrar el estilo y la moda de la mujer refugiada. 'Entre la podredumbre del exilio se trasluce la gracia de sus tradiciones más arraigadas, un exotismo rico en formas y estilos en que apenas reparamos'. Tras recorrer el anfiteatro, el visitante entra en la Galería Americana para toparse con las Ricas y famosas fotografiadas por la mexicana Daniela Rossell. En lugar del páramo y Chiapas, entra en las mansiones de la oligarquía para retratar el color del poder y del dinero.
Dos complejas instalaciones ocupan las plantas de Caballerizas. La artista Beth Moysés (São Paulo, 1960) investiga el tema de la violencia doméstica en Memoria del afecto. En un vídeo y en fotos aparecen 150 mujeres vestidas de novias que en procesión esparcen pétalos de rosas y entierran las espinas; en una habitación, el visitante puede caminar descalzo sobre los vestidos de novia. Cuatro generaciones de mujeres aparecen en Álbum, de Ana Casas (1965, española, vive en México desde 1974), que recoge en fotos, vídeo, libros y textos la biografía familiar.
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